Las marcas blancas están comiendo terreno a las de fabricante en plena escalada de los precios. Los consumidores buscan ahorrar en sus cestas de la compra y se decantan cada vez más por las marcas propias de las cadenas de supermercados e hipermercados.
Según los datos de la consultora Nielsen, las marcas de distribución han crecido en valor un 11,8% en lo que llevamos de año. Por cuota de mercado, suponen ya un 43% del total de las ventas de productos, frente al 57% de las marcas de fabricantes.
La escalada se ha producido de manera muy notable desde que comenzó el año. A cierre de 2021, estaban en un 40,5% de cuota, frente al 59,5% de los fabricantes. Por su parte, en el último año previo a la pandemia, las marcas blancas representaban el 39,2% de las ventas totales, y las de fabricante rozaban el 61%.
Según los datos expuestos en el 27º Congreso AECOC de Estrategia Comercial y Marketing por la patronal este miércoles y jueves en Madrid, la inflación y la subida de precios están acaparando la preocupación de los consumidores y haciendo que cambien algunos hábitos de compra. En concreto, el 70% de los clientes dice fijarse más que antes en precios y promociones, lo que supone un alza de 10 puntos frente al año pasado.
Ante la actual coyuntura de incertidumbre, los consumidores prefieren simplificar su cesta de la compra y muestran menos interés por la innovación. Según los datos de AECOC Shopperview, el 51% de los encuestados afirma que actualmente compra productos básicos y se fija menos que antes en las novedades que aparecen en el mercado.
Por su parte, el gran consumo acumula un crecimiento en valor del 4,6% hasta el mes de abril, según los datos presentados por NielsenIQ en el evento. La responsable de analítica de la consultora, Ángeles Zabaleta, ha explicado que el volumen de ventas del sector ha caído un 1,3% en estos primeros cuatro meses del año, y ha proyectado un crecimiento del 3,7% en la facturación para final del ejercicio.
Por su parte, según el barómetro ‘Cómo construir conjuntamente valor en Gran Consumo’, el impacto de la guerra en Ucrania sobre las materias primas supone el principal desafío para el sector en el segundo semestre del año, según el 87,5% de los distribuidores consultados. A continuación, preocupa especialmente que se produzcan roturas en la cadena de suministro, posibles cambios de hábitos de los consumidores y la contracción de la demanda.
Los fabricantes, por su parte, también se muestran especialmente atentos a la evolución de la inflación. Más de la mitad de los retailers espera un 2022 de crecimiento para el sector del gran consumo, mientras que el 31% cree que los resultados del sector se estancarán y el 7% prevé un decrecimiento.
En este sentido, el 37,5% de los distribuidores prevé que cerrará el primer semestre del año por encima de sus objetivos -la mayoría proyecta un crecimiento de su facturación de entre el 1% y el 3% en 2022-, con el mismo porcentaje que espera estar en línea con las metas marcadas y un 25% que cree que estará por debajo. En el caso de los fabricantes, el 43% prevé cerrar el primer semestre por encima de los esperado, mientras que un 45% estará en línea con los objetivos marcados y un 12% cree que no llegará a cumplirlos.
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