La subida de precios en alimentación, transporte y energía ha afectado al consumo. Los españoles como gran parte de los europeos, han comenzado a modificar sus hábitos de consumo para compensar la subida del coste de la vida. Lo han hecho reduciendo sus salidas a bares y restaurantes, buscando más ofertas en el supermercado o aplazando compras.

Una encuesta entre 5.000 usuarios de España, Bélgica, Italia, Portugal y Brasil, llevada a cabo por organizaciones de consumidores pertenecientes al grupo Euroconsumers, revela una notable contracción desde enero, a causa del incremento del IPC y la guerra de Ucrania. La contención en el consumo se aplica fundamentalmente al gasto en energía y movilidad, y a las compras y el ocio.

Los encuestados, de entre 25 y 74 años, entre ellos más de mil españoles, fueron consultados en los últimos días de abril. De ellos, un 42 % de los españoles prioriza ya los productos más baratos del súper, el 33 % está recortando sus salidas a bares y restaurantes y el 29 % ha renunciado o aplazado la compra de ropa. Uno de cada tres consumidores no tiene suficientes ahorros para afrontar nuevas subidas de precio. Pese a esta situación, la mayoría apuesta por mantener las sanciones a Rusia.

Bajar la calefacción y desconectar aparatos

El 45 % de los españoles ha bajado la calefacción durante el invierno para ahorrar en la factura, mientras que un 42 % admitió que ha desconectado aparatos o haberlos dejado de usar por el mismo motivo. Un 36 % de los españoles reconoció haber dejado de usar el coche por el aumento del precio de los carburantes.

El IndepLas expectativas de los consumidores españoles, además, no son positivas porque cuatro de cada cinco consideran que los precios de la energía y los carburantes seguirán subiendo. Y por eso dos de cada tres tienen miedo a gastar y prefieren ahorrar para prevenir tiempos aún más difíciles, aunque uno de cada tres consumidores advierte de que no dispone de ahorro suficiente para hacer frente a nuevas subidas de precios en los próximos meses.