Iberdrola celebra este viernes su junta de accionistas más esperada. Ignacio Sánchez Galán, presidente de la mayor compañía eléctrica de España, rinde cuentas ante los inversores tras un año complicado.

El ejecutivo de la empresa con mayor capitalización en el Ibex 35 ha tenido que lidiar con varios frentes abiertos durante los últimos 12 meses. Su relación con el Gobierno de Pedro Sánchez no es la mejor por culpa de las opiniones encontradas que tiene el Ejecutivo y Galán respecto a la gestión de la crisis energética.

El cruce de declaraciones en el último año entre Gobierno y Sánchez Galán ha sido una constante ya que Moncloa entiende que las empresas eléctricas deben hacer esfuerzos para rebajar el precio de la electricidad. La palabra beneficios caídos del cielo ha sido la principal baza de Pedro Sánchez y sus ministros para argumentar que las energéticas han obtenido mayores ganancias durante los últimos trimestres mientras que el directivo ha repetido por activa y por pasiva que no existen tales beneficios.

El distanciamiento fue tal que, como narró este periódico, Galán y Pedro Sánchez se evitaron en su estancia de Nueva York, coincidiendo con un foro económico al que ambos acudieron. No obstante, ambos han intentado redirigir el rumbo de las relaciones instituciones y el presidente del Gobierno y el presidente de Iberdrola mantuvieron una reunión recientemente en el Foro de Davos.

Examen de los proxys a la reputación

Precisamente, el choque con el Gobierno ha provocado que Iberdrola haya tenido que hacer frente a una crisis reputacional. Ignacio Sánchez Galán dijo que “solo los tontos” aún estaban acogidos a la tarifa PVPC y no acudían al mercado libre, en los que se negocian bilateralmente el precio del megavatio a la hora. El Gobierno le contestó duramente y finalmente, el presidente de Iberdrola tuvo que rectificar un día después.

Pero no es el único caso. Ignacio Sánchez Galán se enfrenta por primera vez al veredicto de sus accionistas después de que haya sido imputado por el Caso Tándem. De acuerdo al sumario del juicio, el presidente de Iberdrola contrató al comisario Villarejo para espiar a políticos y a empresarios rivales con el fin de obtener información. “Hay indicios de los que puede desprenderse —lo afirmamos con el carácter provisional que corresponde a esta fase procesal— que la iniciativa de llevar a cabo dicha contratación tuvo que partir de Jose Ignacio Sánchez Galán, y que este fue informado con detalle de los resultados de las gestiones”, señala el auto.

La crisis institucional ha provocado que los proxys, asesores de los inversores, se hayan dividido en cuanto al sentido del voto en los puntos propuestos en la junta que se celebra en Bilbao.

Por ejemplo, Corporance propone votar en contra de la gestión del Consejo durante el último año. En concreto, se acoge al artículo 21.3 del reglamento de Iberdrola, que reza los casos en los que los directivos deben dimitir. “Existe falta de actuación proactiva del consejo ante el desarrollo procesal del caso Villarejo”, señala el proxy. También muestra su rechazo al plan de retribuciones de la cúpula directiva, al igual que Glass Lewis, otro de los proxys con mayor importancia en el mundo.

No obstante, ISS, el mayor proxy del mundo, se posiciona a favor de la gestión de Sánchez Galán durante los últimos 12 meses y aconseja a sus clientes votar a favor de todos los puntos expuestos en la junta general de accionistas. El asesor de voto estadounidense pide a los 600.000 accionistas que tiene la empresa eléctrica el sí a todo el orden del día.

Del metaverso a bicis

Polémicas y dudas aparte, Iberdrola pretende que su junta de accionistas tenga una alta participación. Para ello, ha lanzado diversas campañas para intentar que los dueños de la eléctrica hagan valer su derecho a voto.

Por ejemplo, la compañía puso a disposición sus tradicionales puntos de atención al accionista, que estuvieron cerrados por la pandemia. Además, la compañía energética ha propuesto un dividendo de involucración a la Junta de 0,005 euros brutos por acción (un euro bruto por cada 200 acciones). Si la Junta aprueba este nuevo incentivo, que quedaría regulado en los estatutos, y se alcanza el 70% del quórum de constitución, Iberdrola abonará esta cantidad adicional a todos sus accionistas con derecho a participar.

No es la única gran novedad. Iberdrola, una de las empresas que más innova en el día del accionista, se adentrará en el mundo del metaverso. Así, el inversor podrá “moverse e interactuar con su avatar personalizado junto al resto de participantes dentro de un espacio propio de la compañía en este nuevo entorno virtual, así como visualizar vídeos sobre la compañía y su actividad”.

La multinacional presidida por Ignacio Sánchez Galán sorteará además diez bicicletas eléctricas entre los accionistas que participen a distancia a través de la página web del grupo o del canal telefónico.