El Gobierno se ha reunido este viernes con el sector bancario, representado por las tres patronales, y los primeros espadas de los bancos más grandes (salvo Bankinter), para explicarles el impuesto a la banca que anunció el presidente Pedro Sánchez en el debate del estado de la nación. Sin embargo, Nadia Calviño, vicepresidenta primera del Gobierno, no ha detallado nada del impuesto, que, previsiblemente, se hará público la semana que viene.

Calviño ha destacado la cordialidad del encuentro y ha explicado que la decisión de imponer el gravamen sigue adelante: "La decisión está tomada". Por otro lado, la patronal bancaria ha lamentado no haber recibido ni un detalle de cómo va a ser, pero ha insistido en su postura: "No es el momento ni la medida adecuada".

La también ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital ha anunciado en rueda de prensa posterior a la reunión que el nuevo impuesto a la banca se aprobará a través de una proposición de ley que se negociará con los grupos parlamentarios y cuyos detalles se conocerán la semana que viene, "antes de que finalice el mes de julio".

Momento en el que todo el mundo podrá conocer los detalles, incluso, el sector bancario. Alejandra Kindelán, presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), ha señalado en la rueda de prensa que no conocen los detalles ni de cómo será el impuesto, ni a qué partida se gravará. "No conocemos ningún detalle así que no podemos adelantar si vamos a recurrir al derecho para no tener que pagarlo", ha explicado.

Estas declaraciones las ha hecho en referencia a la intervención de la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa, durante los resultados de la entidad cuando dejó claro su postura en contra de este impuesto y que lo pelearían por si "hay algún resquicio" para no llevarlo a cabo.

"Tenemos que estar fuertes para ayudar a la economía", ha señalado la presidenta de AEB, que se ha mostrado muy crítica con la medida. Además, ha asegurado que el impuesto puede ser contraproducente y no mejorar la economía. Por su parte, José María Méndez, director general de CECA (la asociación de las antiguas cajas de ahorro), ha aseverado que "este impuesto no es el instrumento adecuado" y ha recordado que el sector ya paga más del impuesto de sociedades. Además, ha puntualizado que el verdadero problema es la inflación.

Ambas asociaciones han pedido que no se estigmatice al sector. Una petición que también la ha hecho la vicepresidenta Calviño en una entrevista en La Hora de La 1 y en la rueda posterior a la reunión. Méndez ha pedido que haya una armonización tributaria a nivel europeo que es donde ellos compiten.

Calviño ha comentado que el nuevo impuesto tendrá trámite parlamentario con todos los partidos políticos para incorporar "las mejoras más adecuadas" con el fin de conseguir el objetivo de recaudación, sin afectar de forma negativa al crédito ni a los ciudadanos. La vicepresidenta ha asegurado al sector que este impuesto es "la decisión correcta" para repartir "los esfuerzos" que suponen el impacto de la guerra y de la elevada inflación.

Asimismo, la ministra ha asegurado que el Ministerio de Hacienda tiene los mecanismos adecuados para controlar que este impuesto no se traslade a los ciudadanos. Calviño confía en que la banca no lo haga, ya que, según ha explicado, el sector se ha mostrado comprensiva y con un interés común en que no recaiga en los clientes.

Tal y como explicó Sánchez en el Congreso, el impuesto a la banca tendrá carácter extraordinario y temporal, y tiene como objetivo recaudar 1.500 millones de euros al año. En un principio, la tasa estaría en vigor durante dos años (2023 y 2024).