Plataneras sobre el malpaís, esperanza para Los Llanos en el aniversario del volcán de La Palma

El 19 de septiembre de 2021 Fátima Ramos estaba sentándose en la mesa con su familia cuando anunciaron por televisión que el volcán había erupcionado. “Salimos fuera y vimos la columna de humo, estaba en frente de nosotros. Supe que nos iba a llegar”, relata. Y así fue, su casa estaba en Todoque, barrio de los Llanos de Aridane que casi ha desaparecido por completo. Su vida y la de todo el Valle de Aridane había cambiado para siempre con la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La Palma. “La lava pasó por mi casa para llegar al mar”.

Fátima de 53 años trabaja como contable en Europlatano, una empaquetadora de plátanos. “El inmueble de la empresa [en los Llanos de Aridane] no se ha visto afectado por el volcán pero sí el producto. En el primer semestre del año ya hubo una bajada de 8 o 9 millones de kilos menos. Muchas de las fincas que producían y se traían a nuestra empaquetadora están debajo de la lava”, explica. Su empresa ha tenido que acogerse a ERTEs e incluso ha ido gente al paro porque "la actividad de la empresa ha decrecido considerablemente”.

El plátano en La Palma es uno de sus motores económicos con una exportación media de 140 millones de kilos que aportan a la isla 135 millones de euros, según la Asociación de Productores de Plátanos de Canarias (ASPROCAN). De los más de 400 millones de Kg comercializados por Plátano de Canarias en 2021, el 32% correspondió a la isla de La Palma. El volcán de La Palma atravesó municipios como Los Llanos de Aridane donde el 25% del empleo del municipio dependía de las plataneras dejando a los agricultores muy afectados. 

217 hectáreas de cultivo platanero de 569 propietarios quedaron sepultadas bajo la lava y otras 300 hectáreas de 450 propietarios quedaron aisladas o sin acceso de personas o servicios para la producción. Según la ASPROCAN, las ayudas para el sector ejecutadas ascienden a 13,5 millones de euros, pero ateniéndose a las estimaciones de la Consejería de Agricultura del Gobierno de Canarias las pérdidas ascienden a más de 100 millones de euros.

Futuro para todos

Fátima ha pasado un infierno de año. Tras abandonar su casa se fue a la de sus suegros en Tazacorte, de donde tuvieron que volver a huir ante la llegada de una nueva colada de lava que, afortunadamente, no afectó a su vivienda. Con todo pasaron tres meses en una casa de alquiler. En ese momento barajaron abandonar el valle “como muchos han hecho, unos por jóvenes y otros por mayores”. 

Pero no lo hicieron. Fátima espera, como sus vecinos, que se resuelvan las ayudas y que se determine cuál será su futuro y las ayudas -que no llegan- que lo determine. “Necesitamos que las incertidumbres se vayan disipando”, afirma la contable.

Los plataneros de Canarias quieren apostar de nuevo por su producto como motor de la economía del valle y plantean que el malpaís que ahora ocupa su territorio sea transformado en bancales de platanera.

Su propuesta persigue la ordenación global de la superficie que se encuentra entre la carretera a Puerto Naos (LP-213) y la costa mediante el abancalamiento de la colada existente. Esto es, disponer el terreno en terrazas, que permitan el diseño de infraestructuras públicas destinadas a mejorar la movilidad de toda la población y los servicios agrícolas.

Imposible no es, hay que acordar entre las autoridades y los propietarios la rehabilitación de esos suelos"

Manuel Regueiro, presidente del Colegio de Geólogos

“Yo siempre lo he dicho, la agricultura se va a rehabilitar mucho antes que las viviendas. Los entendidos ven muchas posibilidades en que se puede hacer”, asegura Fátima que no tiene inconveniente en que le expropien -en precio- lo que era su casa y su pequeño huerto. “Hay gente que tiene la esperanza de volver a tener la casa en su terreno. Yo soy realista, estoy segura de que no va a ser así”, afirma.

Preguntamos a Manuel Regueiro, presidente del Colegio de Geólogos de España si ve viable la propuesta de los plataneros. “Los geólogos creemos que las zonas cubiertas con ceniza se van a recuperar muy bien para la actividad agrícola. La ceniza es buena, es porosa y mezclada con suelo de otro sitio son muy fértiles”, explica el presidente de los geólogos. “Pero donde hay lava es una roca dura, hay que hacer obra, además de estudiar con detalle las lavas, porque tienen huecos, túneles y algunas tienen gas y están todavía calientes”.

Según su criterio habría que estudiar qué zonas se pueden trabajar picando el malpaís, “cuidado que es como si me dices oye tengo una montaña y quiero hacer algo ahí. En ese caso lo que hay que hacer es hacer bancales y rellenarlos de tierra. Imposible no es, hay que acordar entre las autoridades y los propietarios la rehabilitación de esos suelos”, concluye.