El euríbor está imparable y ha cerrado septiembre en el 2,233%, su nivel más alto desde enero de 2009. En lo que va de año, el índice ha subido más de un 500% y los expertos apuntan a que seguirá subiendo. Estos avances repercuten en las personas con hipoteca variable, que tendrán que pagar más dinero en su cuota desde el momento que hagan la revisión. Pero también perjudica a todos aquellos que quieran hipotecarse, ya que serán más caras.

El Departamento de Análisis de Bankinter señala en su informe sobre la estrategia de inversión del cuarto trimestre que el euríbor se situará por encima del 3,4% en los próximos 12 meses. Este porcentaje se traduce, según las previsiones de la entidad, en un incremento de más de 350 euros al mes para un nuevo crédito hipotecario, que de media en España es de 144.000 euros. Como consecuencia de este aumento, la tasa de esfuerzo se elevará significativamente por encima de la media histórica del 35%, frente al 33% de diciembre de 2021.

A pesar de que las hipotecas se están encareciendo, los expertos de Bankinter apuntan a que la firma de nuevos préstamos hipotecarios aumentará un 4,5% en 2022. No obstante, consideran que se moderará en los próximos años, pero la nueva producción seguirá creciendo: un 2% en 2023 y un 1% en 2024. Con todo ello, esperan que el stock hipotecario crezca un 1,2% este 2022; un 1,1% en 2023 y un 1% en 2024.

Con todo esto, los expertos de la entidad esperan que el alza del tipo hipotecario haga que reduzca el precio de la vivienda. A su vez, consideran que los precios de la vivienda residencial se reducirán en España un 3% en 2023 y otro 2% el año siguiente, en línea con las principales economías mundiales. Una excepción a esa caída de los precios podría ser Estados Unidos, pero España seguirá la tendencia bajista. Bankinter cree que si bien no será un ajuste severo, sí es un cambio de tendencia que conviene tener "muy presente", especialmente dada la influencia "directa y notable" sobre el consumo privado.

Según apuntan, el aumento del precio de las hipotecas no es la única razón por la que ven un enfriamiento en la actividad inmobiliaria. La menor tasa de ahorro de los hogares también repercutirá en rebajar los precios de la vivienda. Tal y como explican en el informe, la fuerte inflación en bienes de consumo básico, como energía y alimentación, reduce el poder adquisitivo de los hogares y, por tanto, lleva a menores tasas de ahorro. Además, explican que las salarios se incrementaron, de media, un 2,2% en el segundo trimestre, muy por debajo de la inflación, que se situó en septiembre en el 9%.

El mismo informe revela que el fuerte repunte de TIR del bono español a 10 años supone un menor atractivo a la inversión en vivienda para alquiler. La rentabilidad bruta de la vivienda en alquiler se mantiene en torno al 3,7% de media en España, mientras la rentabilidad del bono español a 10A se incrementa de forma significativa (3,10% actual frente al 0,55% de diciembre de 2021).

La suma de todo estos factores supondrá que la actividad inmobiliaria debería enfriarse desde niveles máximos de 15 años. La estimación que hacen es de 610.000 transacciones de vivienda en 2022. No obstante, los analistas auguran que retrocedan un 18% en el plazo de 2 años. (-13% en 2023e y -5% en 2024e), hasta estabilizarse a futuro en unas 500.000 transacciones al año.

Las previsiones de Bankinter para España apuntan a un ajuste inferior al que prevé el Banco Central Europeo para el conjunto de la Eurozona. El organismo estima que las subidas de tipos de interés llevarán a caídas del -9% en precios de vivienda y del -15% en transacciones de vivienda.