El año que acaba de arrancar invita al optimismo al sector turístico español. Pese a todas las incertidumbres económicas, los empresarios confían en que su actividad supere en un 7,1% a la de 2019. Según los cálculos de la patronal Exceltur, el PIB turístico español para el presente ejercicio alcanzaría los 168.453 millones de euros, 9.000 más que en 2022. Esto haría que la contribución del sector turístico a la economía española se situaría en el 12,2%, por segundo año consecutivo, aunque por debajo del 12,6% logrado en 2019.

Alertan eso sí de que no hay correlación entre esa mejora de los niveles de actividad y la rentabilidad del negocio. Según la organización que aúna a las grandes hoteleras y aerolíneas, los márgenes y resultados no seguirán una tendencia simétrica, al estimarse que, aunque bajando, continúe la inflación de costes. A cierre de 2022, los energéticos habían subido un 28,9%, el de los suministros, un 17,1%, y los laborales, un 8,9%. Estas alzas están muy por encima, recalca Exceltur, de la subida media de precios del sector turístico, que se sitúa en el 6,6%, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La mejora de ventas se traslada, eso sí, prácticamente a todos los subsectores de la cadena de valor turística. Los hoteles urbanos (+6,9%), empresas de transporte de pasajeros (+7,6%), más orientados al turismo internacional, largo radio y segmento MICE lideran este crecimiento.

Las empresas de ocio cerrarían 2023 un 4,5% por encima de 2019, los hoteles vacacionales un +4,7%, las compañías de alquiler de coches un +1,1% y, las agencias de viajes (-2,3%) dibujan un escenario algo más negativo por el cambio estructural en el mercado, la evolución de sus modelos de negocio y la tendencia creciente a la autoorganización de los viajes.

Según el análisis de la patronal turística, los destinos urbanos más orientados a la demanda externa y la de largo radio esperan una notable recuperación en 2023. A la cabeza se sitúa Madrid (+9,8% esperado en ventas en 2023 frente a 2019) y Barcelona (+8,3%). También esperan crecer algunos destinos turísticos urbanos andaluces (+5,7%) y valencianos (+13,2%) más internacionalizados.

Por su parte, los destinos de interior posicionados en turismo cultural y de naturaleza comparten el optimismo respecto al desempeño de 2023. Las comunidades de Navarra, Extremadura, Castilla-La Mancha y Castilla y León estiman que se situarán por encima del 7% del nivel de demanda turística anterior a la crisis sanitaria.

En los destinos con mayor presencia de demanda vacacional interna y europea, las expectativas empresariales para 2023 anticipan otro año de notable mejoría en ventas, especialmente en el litoral mediterráneo y archipiélagos balear y canario. Los cálculos de Exceltur reflejan que Baleares cerraría 2023 un 8,4% por encima de 2019; Canarias, un 7,6%; el litoral andaluz, un 4,9%; el valenciano un 3%; el catalán y Murcia, un 7,0%.

Por su parte, los destinos turísticos de la denominada España Verde, anticipan igualmente un positivo avance de sus ventas respecto a los niveles prepandemia. Por ejemplo, esperan mejoras en País Vasco (+4,4%), Cantabria (+4,2%) y Asturias (+4,1%). Además, los empresarios turísticos gallegos estiman reforzarán el dinamismo registrado en 2022 durante el año Xacobeo, con una variación del +7,1% en facturación en 2023 frente a 2019.

2022 cierra por encima de 2019

Los datos expuestos por la patronal reflejan que 2022 marcó la total recuperación de la actividad turística en España, con un PIB turístico que alcanza los 159.000 millones de euros nominales; un 1,4% superior a la actividad de 2019. La organización asegura que el turismo representa el 61% del crecimiento económico del país.

En cuanto al empleo, las empresas turísticas dicen haber recuperado en 2022 los niveles laborales previos a la pandemia (cierran diciembre un +1,4% por encima de 2019), mientras han reducido a mínimos históricos los niveles de temporalidad de los contratos. Exceltur defiende que la tasa de temporalidad desciende al 8,8% por la adopción generalizada del contrato fijo discontinuo y señalan como el mayor reto laboral de 2022 encontrar y fidelizar empleados formados.