El mercado laboral se enfría en enero. Este mes suele ser malo para el desempleo en España debido a la estacionalidad y la campaña navideña de hostelería, restauración o comercio pasa factura, sobre todo, el día 31.

Las empresas contratan a cientos de miles de personas para dar cobertura al incremento de demanda que se produce en los restaurantes, hoteles o tiendas de ropa. No podemos olvidar que las compras de fin de año y las rebajas son las más importantes para el sector y que, en diciembre, hay diversos puentes que intensifican la actividad en los servicios.

Por tanto, la temporalidad es una de las características de enero, que se refleja en las altas y bajas en la Seguridad Social. Según los datos que se han ofrecido este jueves, 215.000 personas se han quedado sin trabajo y gran parte de la destrucción del empleo se centra en dos fechas: la noche de Reyes y el 31 de enero.

En concreto, el 5 de enero se dieron de baja 44.447 personas. Ese día se pone fin al período de la campaña navideña tanto en la hostelería como, sobre todo, en el comercio. Este período ha sido un bote salvavidas para el sector puesto que el Black Friday o el puente de la Purísima (6-8 de diciembre) no fue el esperado ya que el consumo se ralentizó por culpa del encarecimiento de los precios.

Cabe recordar que la actividad comercial minorista retrocedió en noviembre, el mes del black friday, según los últimos datos del INE. La tasa anual del Índice General del Comercio Minorista registró ese mes un retroceso del 0,8% interanual. Un descenso leve, pero descenso al fin y al cabo.

Respecto al 31 de enero, la cifra fue aún mayor. El fin del período de rebajas de enero se reflejó en el sistema de la Seguridad Social y, de acuerdo a las cifras del ministerio dirigido por José Luis Escrivá, se rompieron 105.507 contratos de trabajo.

El flojo año en el comercio se constata en las primeras proyecciones de las asociaciones comerciales. Pimec, por ejemplo, aseguró recientemente que no ha cumplido con las expectativas" del sector del comercio, que ha experimentado una caída del 37% de las ventas respecto al año pasado.

La patronal cree que los comerciantes "ya están sufriendo las consecuencias del aumento del IPC, del gasto energético y de las materias primas", así pues, un 25% de los encuestados afirma tener problemas de liquidez y un 44% prevé que los tendrá si la situación económica no cambia.

De los que manifiestan tener problemas de liquidez, un 35,64% no puede pagar a proveedores y un 21,78% no puede pagar la deuda, el 21,78% de los comercios está en riesgo de cierre, y el 20,79% ha tenido o tiene que reestructurar la plantilla.