La picaresca para engañar a las aseguradoras crece. Según el X Mapa AXA del fraude en España se acerca a una tasa del 2%. En diez años que se lleva haciendo este informe se ha pasado del 0,95% en 2012, al 1,95% en 2022; es decir, en casi 2 de cada 100 siniestros se detecta fraude. El mayor repunte se observó en el año 2020, coincidiendo con la pandemia de Covid-19, si bien después se moderó.

En los últimos años, la aseguradora ha detectado nuevos intentos de fraude en el marco de fenómenos meteorológicos extremos que son una manifestación del cambio climático y cuya frecuencia se espera que aumente en el futuro. El informe señala que “los temporales y las DANAs que están teniendo lugar de forma más intensa en los últimos años se están utilizando cada vez más como móvil para tratar de cometer un fraude al seguro. Esto ha hecho que la garantía de Extensivos, que es la que cubre este tipo de siniestros, sea la segunda más utilizada de su ramo con fines delictivos. Desde 2020 este tipo de causas concentra en torno al 30% de los fraudes”. 

El informe destaca que los casos de fraude “aduciendo daños por agua que no tienen cobertura o que fueron exagerados son la mayoría (casi 54% en 2022), y llevan aumentando desde 2016 (cuando suponían menos del 40%). El fuerte incremento de los últimos años puede deberse a los grandes fenómenos climatológicos (DANAs, borrasca Gloria, etc.) que afectaron a varias zonas de España en 2020 y que terminaron de resolverse en 2021, unidas a la borrasca Filomena en el inicio de 2021”.

Según el informe de AXA, se han reclamado 4 millones de euros aduciendo falsamente estos daños, más del 40% del fraude total del ramo de Multirriesgos, con un importe medio de 1.200 euros. Por otra parte, los intentos de fraude como coartada de daños atmosféricos no dejan de crecer desde 2016. “Entonces suponían el 7% del total, y el año pasado significaban el 28% de todos los casos de fraude de Multirriesgos; casi tres millones de euros y el 28% del total del importe defraudado en este ramo. El año pasado, el importe medio de los casos de fraude que aducían daños por agua fue de 1.600 euros”.

Engaños más sofisticados

El otro ámbito de actuación donde crece el fraude y donde está previsto que siga en aumento es el digital. Las nuevas tecnologías ofrecen nuevas posibilidades de engaño que ya requieren de nuevas estrategias de defensa de las empresas. “La expansión de Internet ha creado más oportunidades de fraude. El cibercrimen ha crecido a proporciones gigantescas. Ninguna empresa o individuo está exento de la amenaza de fraude cibernético. Hay directa conexión entre el desarrollo de innovaciones tecnológicas y la forma de sofisticación del fraude. Piense, por ejemplo, en el fenómeno de las estafas a través de deepfake, una técnica de inteligencia artificial que permite editar vídeos y audios falsos de personas para aparentar que son reales”, asegura Renato Schipani, Criminal Intelligence Officer de la Secretaría General de Interpol

“Aunque todavía son pocos los casos que se han identificado a nivel mundial llaman la atención por su novedad los intentos de defraudar al seguro a través de la suplantación de la identidad con la tecnología que permite recrear la fisonomía facial e incluso la voz de un individuo a través de deepfakes. Los sistemas de reconocimiento facial se han encontrado estos años con el desafío de un nuevo desarrollo tecnológico que está al alcance de cualquier persona y que permite de manera más o menos sencilla la suplantación de la identidad”, explica el informe de la aseguradora.

“El robo de identidad tradicional se ha vuelto digital. Esta digitalización del crimen y en particular de las estafas, ha llevado a todos los países a crear unidades especializadas en cibercrimen”, añade Schipani.

La lucha contra el fraude "es una actividad apasionante por la increíble evolución que ha sufrido en estos diez años", afirma Arturo López-Linares, director de Siniestros de AXA España. "Evolución de las capacidades del defraudador, y evolución tecnológica para enfrentarlas. En particular, la identidad digital en contratos y firmas, la sofisticación en el uso de un dato más accesible y de mayor calidad, la automatización de procesos para gestionar inmensos volúmenes de información en plazos muy reducidos, la inteligencia artificial aplicada al análisis de textos o la conectividad entre los intervinientes en un siniestro ha permitido multiplicar la capacidad que tenemos para detectar situaciones anómalas e investigarlas con gran velocidad", asevera.

Hace una década, en la aseguradora la práctica totalidad de los casos de fraude (un 97%) eran detectados de forma manual, solamente el 3%, afloraba gracias a procesos informatizados. En la actualidad, ese 3% se ha convertido en 17%. Con los procesos de detección automatizados AXA ahorró en 2022 más de 12 millones de euros”.

Engaños de siempre

Según el Mapa AXA del fraude en España la forma en la que se distribuye el fraude en función de su tipología apenas ha variado en los últimos años. Los tipos son los mismos los que aprovechan un siniestro para engañar al seguro y los que provocan un siniestro para hacerlos. Más de la mitad corresponden a casos en los que el asegurado ha sufrido un siniestro real, pero intenta introducir daños que nada tienen que ver con el suceso. De todos estos casos, los que trataban de defraudar menos de 600 euros, han supuesto entre el 50% y el 60% del total en los últimos diez años.

Por otra parte, el 41% de todo el fraude corresponde a casos en los que existe una premeditación, una planificación para tratar de delinquir y obtener un beneficio económico del seguro, ya sea a través de un daño real o ficticio. Este porcentaje se ha mantenido más o menos estable a lo largo del tiempo; y el coste medio ha oscilado entre los 3.000 y los 4.000 euros en el mismo periodo.