La borrasca Gloria ha puesto al Mediterráneo en el punto de mira durante esta semana. Los avisos por lluvias, vientos y fenómenos costeros ha traído aparejados récords históricos: olas de más de 14 metros de altura máxima en puntos de Mallorca y Menorca y precipitaciones durante 24 horas en Barcelona que han superado las estimaciones de lluvia de los tres primeros meses del año, apuntan desde el soporte meteorológico digital eltiempo.es.

Ante las causas que han llevado a este frente a generar efectos tan adversos, Mar Gómez, doctora en Físicas y reponsable del área de meteorología de eltiempo.es explica: “La situación del anticiclón de las Azores desplazado hacia las Islas Británicas —donde, por cierto, se ha batido el récord de presión más alta jamás registrada— permitió junto con las bajas presiones en el Mediterráneo, que se produjese un “pasillo” de vientos desde el nordeste que permitió la entrada de aire frío. Esto hizo que junto con los vientos húmedos de levante se generasen intensos vientos, oleaje y nevadas”.

Ese aire frío en altura, que caracteriza a las DANAs, junto con la orografía del terreno y los vientos húmedos del Mediterráneo suele dar lugar a precipitaciones muy intensas en esta zona, frecuentes a finales de verano y otoño, cuando el Mediterráneo está más caliente.

Durante los meses de otoño, las DANAs se han vuelto más virulentas, entre otras cosas, por el aumento de la temperatura del mar, un factor que no ha estado presente en ‘Gloria’.

Aunque para poder saber si el cambio climático está detrás de la borrasca Gloria es necesario hacer estudios de atribución. La situación no ha sido para nada habitual, pero sí pueden darse este tipo de formaciones meteorológicas en esta época.

“Las lluvias de tipo convectivo, aquellas que que en poco tiempo generan una extraordinaria cantidad de agua, son más frecuentes y sobre todo asociadas a las gotas frías, lo cual indica que pueden estar produciéndose cambios en la circulación atmosférica, con ondulaciones de la corriente en chorro más notables. Esto puede producir estas entradas de aire frío y generación de borrascas con aire frío en altura”, apunta Gómez.

Se aprecia, por lo tanto, un aumento de la torrencialidad de estas lluvias en la costa de Valencia, un cambio que también se da en las nevadas. Mientras las heladas disminuyen, aumentan los días de nevadas en las zonas montañosas de la comunidad.