El Banco Central Europeo tiene un objetivo claro que es conseguir la estabilidad de los precios, es decir, devolver a la inflación al 2%. Para ello, el organismo utiliza una política monetaria más restrictiva, es decir, ha subido los tipos de interés. Esto supone que pedir prestado es más caro, pero beneficia al ahorrador. Sin embargo, en este ciclo parece que lo segundo todavía no se ha dado, ya que los bancos no están remunerando al nivel esperado.

La Junta Europea de Riesgo Sistémico (JERS) se reunió el 30 de marzo para analizar los riesgos de la estabilidad financiera en la Unión Europea (UE). Durante el encuentro, se observó que el sector bancario de la Unión Europea se está beneficiando de la normalización de los tipos de interés: “Ya que la repercusión de los tipos de interés en el activo sigue siendo significativamente superior a la repercusión en el pasivo”. Es decir, los bancos están ingresando más por los créditos y préstamos que lo que pagan por los ahorros de sus clientes. Como consecuencia de ello, “la rentabilidad agregada del sector bancario ha aumentado hasta su nivel más alto desde 2014”.

Según los datos del Banco de España, los bancos españoles cobran un 3,43% de media de intereses por las hipotecas, mientras que en febrero la remuneración media de los depósitos a plazo fue del 0,86%. Es decir, la banca cobra por las hipotecas casi un 300% más que lo que paga por los depósitos. Algo inusual en tiempos de tipos altos. Una subida del precio del dinero aumenta la remuneración por los ahorros, ya sea por los depósitos o en títulos de renta fija. Pero en el primer caso no ha llegado.

En la última reunión de política monetaria del BCE se subieron los tipos hasta el 3,5%, niveles máximos desde octubre de 2008 cuando se situaban en el 3,75%. En ese momento, los depósitos se remuneraban a niveles máximos desde que existen datos comparables. La banca pagaba un 5,04% por los depósitos a plazo en octubre de 2008.

Los últimos datos disponibles del Banco de España son de febrero, cuando los tipos de interés estaban en el 3%. En noviembre de 2008, los tipos estaban en el 3,25% (niveles parecidos a los actuales), en ese mes, los depósitos tenían una remuneración del 4,59%. Este porcentaje supone un 81% más de remuneración que la de febrero de 2023, con los tipos en niveles similares.

Una de las razones de falta de remuneración es que cuando estos suben la retribución de los depósitos se estrechan sus márgenes y dan menores beneficios. Además, otra de las razones es por la cantidad de liquidez que tienen los bancos. Los bancos europeos tienen el ratio medio de cobertura de liquidez en el 161% a finales del cuarto trimestre de 2022. En el caso de los bancos españoles, con datos de febrero, la ratio de cobertura de liquidez (LCR) media de las entidades significativas españolas era del 175% y la mediana era del 195%, mientras que para las menos significativas, la LCR media era de más del 300% y una mediana de más del 400%.

De hecho, el Banco de España asegura que la liquidez de las entidades seguirá siendo alta a pesar de tener que devolver el dinero del programa TLTRO III del Banco Central Europeo. “Los bancos reducirán sus excedentes de liquidez, pero seguirán siendo holgados”, apunta Mercedes Olano, directora de Supervisión del Banco de España.

Vigilantes ante las turbulencias financieras

A pesar de la mejora del sistema financiero europeo, la JERS advierte que los recientes acontecimientos en el sector bancario y en los mercados financieros han puesto de relieve la necesidad de permanecer vigilantes con respecto a las vulnerabilidades en un entorno macrofinanciero difícil.

Por ello, señalan que es necesario tener en cuenta, en primer lugar, la desaceleración del crecimiento económico y el aumento de los tipos de interés, incluido el impacto potencial sobre la calidad de los activos y los volúmenes de préstamos; y en segundo lugar, el efecto del aumento de los costes de financiación para los bancos, con una posible presión sobre los márgenes de interés. Por consiguiente, las instituciones financieras deben garantizar una planificación adecuada del capital y la liquidez y preservar cuidadosamente sus actuales niveles de resistencia.