El calentamiento global ha dejado de ser un tema sobre el que referirse con modelos predictivos. Eso ocurría hace décadas, ahora aquellas predicciones se van cumpliendo una tras otra. Esta semana el Estado del Clima en Europa que publica el Servicio de Cambio Climático de la UE, Copernicus, confirmaba que la temperatura de nuestro continente ya se ha elevado 2,2 °C por encima de la era preindustrial (1850-1900) y al día siguiente la Organización Meteorológica Mundial constataba que los últimos ocho años han sido los más calurosos desde que hay registros.

Según un reciente informe de COAG (Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos), la sequía “asfixia” ya al 60% del campo español, y ha producido pérdidas irreversibles en más de 3,5 millones de hectáreas de cereales de secano. Y aunque aún estamos en un momento clave para saber cuáles serán exactamente las pérdidas de todos los cultivos, lo cierto es que los agricultores ya se preparan para lo peor. No es para menos, porque las precipitaciones de este Año Hidrológico están siendo de un -18,8% respecto a los valores normales registrados entre 1991 y 2020. Y la previsión es que el año se cierre con un “alarmante” -25,6%. 

“Las cosechas de trigos y cebadas en Andalucía, Extremadura, Castilla La Mancha y Murcia y en las zonas más áridas de Aragón, Cataluña y Castilla y León se dan ya prácticamente por pérdidas”, afirman desde COAG. La Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) es aún más categórica al respecto, asegurando que los cultivos de secano (trigo, cebada, avena…), que necesitan la lluvia para desarrollarse, están “prácticamente sentenciados en la mitad sur”, y “críticos” en la mitad norte. Aunque también explican que los próximos días serán “definitivos”, por que la lluvia aún podría salvar algunas zonas tardías de cereal. 

“Las sequías son naturales, pero esta que vivimos está relacionada con el aumento de la temperatura del planeta. Las proyecciones climáticas ya mostraban un aumento de los periodos secos y se está cumpliendo”, asegura Sandra García Galiano, profesora titular del área de Ingeniería Hidráulica del departamento de Ingeniería Minera y Civil de la Universidad Politécnica de Cartagena en un encuentro con medios organizado por Science Media Center España. “En todos los escenarios de cambio climático vamos a disminuciones de agua y más frecuencia de las sequías y no es viable cambiar el regadío por secano y, al revés, es imposible. Se necesita una reconversión del sistema económico y si no se reducen las emisiones se van a cumplir las peores previsiones.

Los cultivos leñosos (frutales, olivar, frutos secos, viñedo…), que habitualmente resisten mejor la sequía, están también muy “afectados”, sufriendo problemas de brotación, e incluso en algunas zonas corre peligro la supervivencia de los árboles. El olivar inicia ahora una etapa clave, que sólo las precipitaciones podrán salvar de una segunda mala cosecha consecutiva. Y las restricciones de agua provocarán que los agricultores reduzcan cultivos de regadío, como maíz, girasol, arroz y algodón, que está aún por ver qué impacto económico tendrá, según explican ambas asociaciones. 

Escasez de agua en el embalse de Sierra Boyera en Bélmez (Córdoba).
Escasez de agua en el embalse de Sierra Boyera en Bélmez (Córdoba). EFE/Salas

“Una situación muy similar es la que atraviesan los apicultores. La falta de vegetación y floración en los montes impide que las abejas puedan alimentarse y producir miel. Y con esta, sería la tercera campaña sin cosecha para estos profesionales”, afirman desde COAG. “Estamos ante la descripción y diagnóstico de un problema que está afectando a los agricultores y ganaderos en primera instancia, pero que después va a afectar al conjunto de la sociedad, detallan desde UPA.

La Unión de Pequeños Agricultores recuerda, además, que sólo el 4,56% del olivar, el 11,40% de frutos secos, el 47,05% de uva y el 46,80% de los cultivos herbáceos españoles están cubiertos por seguros contra la sequía. Por ello, y para atajar el problema, proponen un plan de apoyo urgente para los agricultores y ganaderos más afectados; un Plan Hidrológico Nacional consensuado que tenga en cuenta “criterios sociales” en el reparto del agua disponible; más inversión en modernización y tecnología; la protección y valorización de los regadíos como una técnica de producción sostenible y necesaria y que los seguros agrarios sean accesibles para todos.

Annelies Broekman, investigadora del equipo Agua y Cambio Global del CREAF considera que además de que se llegue a un gran pacto nacional se necesita dejar ajustar nuestra demanda al agua disponible. “Estamos sobreexplotación de los recursos hídricos y hay que restaurar las masas de agua para ser más resilientes al cambio climático”.

La sequía catalana alcanza al Turismo

La situación de extrema sequía que vive Cataluña -32 meses con un régimen de lluvias muy por debajo de lo normal- empieza a tener efectos más allá de la agricultura. El director de la Agencia Catalana del Agua (ACA) Samuel Reyes se reunía este miércoles con 500 representantes del sector del turismo catalán para asegurarles que no habrá nuevas restricciones por la sequía durante la temporada alta.

El gasto extra de agua derivado del turismo está descontado en el plan de sequía del Govern aseguró Reyes ante el sector, apenas un día después de que el propio ejecutivo autonómico reconociera que, si no llueve, Cataluña entrará en situación de emergencia por la sequía en septiembre. "Tenemos una Cataluña muy diferente en cada municipio y los de costa pueden aumentar su población por cuatro" en verano, reconoció. Pero este factor ya se contempló en el decreto de sequía, que fija las restricciones a adoptar en cada nivel de alerta.

Cataluña cuenta con 609.878 plazas turísticas según los datos del Idescat para 2021, entre hoteles, camping y turismo rural. A las que habría que sumar en zonas turísticas como la Costa Brava y la Costa Dorada segundas residencias de nacionales y turistas extranjeros. Estas dos zonas son, junto a Barcelona, las que acumulan más visitantes. Y en las que la incidencia del turismo es mayor, puesto que son las que multiplican su población en temporada alta.

Más consumo de agua

Así, las comarcas de Alt y Baix Empordà y la Selva, que conforman la Costa Brava, acumulan más 195.000 plazas para una población de 460.985 personas. En caso del Baix Camp y Tarragonés, que conforman la Costa Dorada, suman entorno a 120.000 plazas turísticas.

Estas comarcas se sitúan también en la franja alta del consumo de agua por habitante, según los datos del ACA, aunque la Agencia no ofrece datos disgregados por temporada. El Baix Empordà tuvo un consumo de 214 litros por habitante y día en 2021, frente a la media catalana de 119 litros. El año anterior, con el turismo restringido por el Covid, su consumo bajó a los 206 litros, pese a que en 2019 fijó una media de 215 litros por habitante y día.

La secretaria general de Turismo de la Generalitat, Marta Domènech, asegura que el sector turístico “está comprometido con la gestión de los recursos hídricos” en la coyuntura actual y que “hace años que trabaja” para reducir su impacto en el consumo de agua con actuaciones en sus instalaciones. De momento este verano las restricciones no tendrán efecto en servicios como las piscinas, amnistiadas por la Generalitat como “refugios climáticos” a petición de los ayuntamientos. Pero sí en el riego de zonas verdes y usos recreativos.

Un sector amenazado

La situación de Cataluña es un avance de las situaciones que va a tener que enfrentarse el sector turístico en el futuro con el aumento de las temperaturas propiciado por el cambio climático. Más allá de que la situación actual del sector que cuenta con muy buenas previsiones para este año.

“El turismo está muy amenazado, de entrada todo lo que ocurre en el sector primario repercute en el nuestro y porque los pueblos donde hay problemas de abastecimiento afecta a las casas rurales”, asegura Santiago Vallejo, vicepresidente de la Mesa del Turismo de España.

“En cuanto al sol y playa, que somos números uno, es un problema serio porque a la gente le gusta la playa pero también y mucho la piscina. Si llegan las restricciones en el uso de las piscinas afecta muy directamente a los hoteles donde uno de sus principales servicios es la piscina para los clientes. De entrada ya es un problema que en algunas playas de Cataluña hayan empezado a cortar las duchas en las playas. Son cosas que se van acumulando y que hacen que la gente se retraiga de ir a sitios con restricciones”, añade. 

La temporada de nieve este año no ha sido nada buena y hay estaciones de esquí que están casi en quiebra

Además del clásico sol y playa otras formas de turismo se encuentran en peligro por el cambio climático. “La temporada de nieve este año no ha sido nada buena y hay estaciones de esquí que están casi en quiebra porque no han tenido clientes” asegura Vallejo.

Para este experto del sector el turismo tiene una doble exposición porque es muy sensible a las crisis económicas y motivadas por otros sectores y luego están muy afectados por las amenazas del cambio climático como el calor extremo de la olas de calor, la sequía y a medio plazo la subida del nivel del mar. 

No a la Ryders Cup

El vicepresidente de la Mesa del Turismo considera que otro tipo de turismo muy vulnerable a la  subida de las temperaturas es el de golf.  En el escenario de sequía que vive de manera más aguda cataluña el golf es una clara víctima. Resulta difícil en la tesitura actual sostener proyectos como la candidatura de Caldes de Malavella (Girona) para acoger la Ryders Cup de Golf en 2031. Los sectores empresariales de Girona cifran en 1.300 millones de euros los beneficios económicos de acoger el torneo de golf, considerado una de las competiciones deportivas con más seguidores a nivel mundial.

El Govern no ha cerrado la puerta al proyecto, aseguraba la portavoz Patricia Plaja esta semana, siempre que “se respeten las actuales restricciones y se conserve el entorno”. Pero dejó claro que en el actual contexto de sequía no aprobarán el proyecto de un plan urbanístico que implica un nuevo campo de golf en la provincia.