Núñez Feijóo abre el debate nuclear. Mientras el PSOE y el actual Gobierno de coalición no se mueven ni un centímetro en su plan del cierre de las plantas de esta fuente de energía, el PP ha dejado claro que quiere dar un volantazo histórico en materia energética. Así lo confirmó este lunes el candidato de la formación azul en la presentación de su plan económico.

En concreto, el líder de Génova prometió “revertir el desmantelamiento” de las centrales nucleares en España. Esta propuesta no pilla de nuevas ya que el plan energético de Juan Bravo, su gran gurú energético, ya contemplaba alargar la vida útil de las nucleares así como la posibilidad de aumentar la potenciación “cuando sea posible”.

La propuesta pretende que no se elimine uno de los principales proveedores energéticos del sistema energético ya que, de acuerdo a datos de Foro Nuclear, más del 20% de la electricidad consumida en nuestro país, también tiene un coste. Para ampliar la vida de diseño de una central, ésta debe solicitarlo y realizar las inversiones que le requiera el Consejo de Seguridad Nuclear. La consultora PwC, por ejemplo, señala que las centrales deberían hacer una inversión mínima de 3.200-3.500 millones de euros para alargar su funcionamiento 10 años más. Es decir, que si multiplicamos el número de centrales por las que aún quedan en funcionamiento, la cifra se dispara por encima de los 18.000 millones.

Iberdrola, por su parte, aseguró que alargar la vida de las centrales nucleares que tiene en su cartera supondrá un coste total de unos 6.000 millones de euros. No obstante, hay que recalcar, que el cierre de las nucleares también tendrá su coste. El Gobierno estima que la clausura de las plantas provocarán un agujero de unos 27.500 millones de euros.

Tanto las eléctricas como el sector han insistido en que, en caso de alargar la vida de las centrales, se debe abrir una “fiscalidad más flexible” debido a los altos costes que tienen que asumir las centrales durante todo el período de su vida.

El pasado año el presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, advertía de la falta de sostenibilidad económica de sus nucleares si se mantenían las cargas que se aplican a esta actividad. Instó entonces al Gobierno a aplicar una rebaja de las tasas para conseguir que el negocio subsista porque, tal y como ha indicado el comité de expertos energéticos, esas plantas permiten cumplir con los compromisos medioambientales.

Francia ya alargó la vida

El Partido Popular se alinea con la política energética de Francia, que anunció hace un año que construirá 14 reactores nucleares y prolongará la vida de las ya existentes. Nuestro país vecino es uno de los grandes impulsores de la propuesta de taxonomía verde de la Comisión Europea —una clasificación que distingue qué es un bono verde y qué no, y cuyo objetivo es teledirigir las finanzas comunitarias hacia la transición ecológica emprendida por la UE— que sitúa tanto la energía nuclear como la procedente del gas natural al mismo nivel que las energías renovables.

La propuesta gala siempre se encontró con la oposición de España ya que el Ejecutivo de Sánchez mantiene su hoja de ruta para cerrar escalonadamente las centrales que quedan para conseguir un sistema energético 100% renovable. El primer cierre, por tanto, se producirá en 2027, con el cierre de Almaraz I. Dicha planta es propiedad de Endesa y Naturgy. Le seguirán Almaraz II en 2028, Ascó I (Tarragona) y Cofrentes, ambas en 2030, Ascó II en 2032 y las últimas serán Valdellós II y Trillo (Guadalajara), en 2035.

Cambios urgentes

Desde hace semanas, el sector nuclear ha intensificado sus peticiones y sus conversaciones con los diferentes partidos políticos. Más aún con el anticipo de las elecciones generales. En el mes de abril, Foro Nuclear instaba al Ejecutivo a alargar la vida de las nucleares.

“El que venga (en el Gobierno) tendrá que pararse a pensar, sea el que sea, si vamos a seguir con las centrales nucleares o no. El debate nuclear tiene que ser una cuestión energética y no ideológica y política”, explicaba Ignacio Araluce, presidente del Foro Nuclear, en conversación con El Independiente.

Pero la extensión de la vida de las nucleares debe prolongarse casi de inmediato debido a los aspectos técnicos que supone echar el cierre a dichas plantas. Fuentes del sector energético explican a este periódico que el PNIEC (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) ha de ser aprobado antes de finales de junio y en él se contempla el calendario de clausura de las centrales. No obstante, remarcan que las fechas están pactadas con las propias empresas eléctricas por lo que “podría ser revisada sin ningún tipo de problemas”. El propio Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) asegura que dicha alternativa “es compatible con la legislación española en vigor, que no establece tiempo máximo de funcionamiento de las centrales nucleares” y que “tampoco supone, en principio, violar condiciones previstas inicialmente en el proyecto”.

Este periódico se ha puesto en contacto con empresas eléctricas y Foro Nuclear para conocer cuál podría ser el escenario más realista si el Partido Popular llegase a Moncloa, pero todos han preferido declinar hacer valoraciones.