La hotelera Meliá registró un beneficio neto consolidado de 46,2 millones de euros durante el primer semestre de este año, frente a los 3,7 millones en 2022, al tiempo que los ingresos, excluyendo plusvalías, se incrementaron un 22,7%, hasta los 909,7 millones de euros, según informó la compañía a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) al cierre del mercado.

La hotelera asegura que si bien estos resultados no resultan plenamente comparables con los del mismo periodo de 2022 (debido a la incidencia de la variante Omicron durante el primer trimestre del pasado año), éstos "muestran la fortaleza de una demanda sostenida y preludian un tercer trimestre mejor que el del año anterior, con previsión de ocupación y tarifas ligeramente superiores al verano anterior".

La compañía cerró el semestre con un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 218,5 millones de euros (+33,8%) asegurando que se lograrán alcanzar los 475 millones (excluyendo plusvalías) que fueron comprometidos por el presidente del grupo, Gabriel Escarrer, durante la reciente junta de accionistas.

Los ingresos consolidados, excluyendo plusvalías (909,7 millones de euros), se incrementaron en un 22,7% hasta junio, comparado con el primer semestre de 2022, y un 9,3% en el segundo trimestre (513,7 millones de euros) quedando por encima del registrado en el mismo periodo de 2019.

Meliá asegura que este segundo trimestre confirma la solidez de la demanda, con reservas en libros (en términos monetarios) hasta final de año que mejoran en más del 20% las cifras globales de 2022. En los hoteles vacacionales de España la mejora es superior en 2 dígitos a los positivos datos del verano 2022.

La compañía aprecia una recuperación progresiva del Sudeste asiático que se intensificará en el tercer y cuarto trimestre además del correcto comportamiento del segmento de eventos y congresos que se acentuará a partir de septiembre.

Vuelta a la normalidad

La hotelera asegura que el segundo trimestre confirma la "vuelta a la normalidad del sector turístico", continuando la tendencia ascendente registrada en el primer trimestre del año.

Con respecto a las perspectivas para el tercer trimestre, la compañía anticipa una temporada estival "positiva" gracias a la que la demanda turística mantiene su solidez a pesar de la inflación y el endurecimiento de la financiación.

En estos momentos las reservas diarias en los libros superan a nivel global (en términos monetarios) en más de un 30% las registradas en los hoteles vacacionales en 2019, e incluso las registradas en 2022 (con un incremento de más de un 10%).

En cuanto a los hoteles vacacionales españoles las estimaciones para este periodo apuntan tanto a un mantenimiento de la fortaleza en tarifas, tanto en comparación con el verano de 2019, como respecto al año anterior. En cuanto a la evolución de la ocupación, a pesar de la notable evolución, no alcanzaría todavía los niveles pre-pandemia, existiendo un positivo recorrido de mejora.