El grito de socorro de los agricultores vuelve a retumbar. Después de un año donde la sequía ha dejado siniestros por valor de más de 400 millones de euros en los cultivos herbáceos, el campo reclama un cambio "en un sistema que favorece al monopolio de Agroseguro y que se convierte en una catástrofe para los agricultores".

Luis Cortés, coordinador estatal de Unión de Uniones de Agricultores y Ganaderos, lamenta en conversación con El Independiente que, Agroseguro, "con el benepácito del Ministerio de Agricultura y la Entidad Estatal de Seguros Agrarios (ENESA), ha aumentado el precio medio de las pólizas por sequía para cultivos herbáceos de secano un 30%".

Según señala Cortés, el incremento obedece al volumen de indemnizaciones que la entidad ha tenido que pagar por los graves daños sufridos en los cultivos. "Un 30% de media significa que algunos cereales que no tienen sequía, como el maíz o el arroz, mantendrán el precio de su póliza; mientras que las pólizas de los cereales de secano se dispararán un 70% en muchos casos y en otros un 100%. Esto es inviable y el Ministerio de Agricultura no lo puede permitir. Si lo hace, somos los agricultores los que nos tenemos que plantar", asevera el dirigente de Unión de Uniones.

El triángulo Ministerio-ENESA-Agroseguro

El representante de los agricultores argumenta que "al Ministerio le viene bien que los seguros no sean atractivos", ya que cuanto menos cultivo se asegure menor será el dinero a desembolsar para subvencionar las indemnizaciones. "Hay una confluencia de intereses entre Ministerio, ENESA y Agroseguro que daña gravemente a los agricultores", denuncia Cortés, que condena que "Agroseguro nunca pierde porque cuando una línea de seguro deja de ser interesante suben el precio para ahuyentar a los agricultores".

Unión de Uniones alerta de la posible caída en la suscripción del seguro agrario debido al importante ascenso del precio de las pólizas. "Si tu pagas una cantidad importante por un seguro que luego no te da cobertura te das cuenta que una herramienta que era fundamental para los agricultores ha quedado relegada a un negocio en el que solo gana Agroseguro. El seguro agrario deja de ser un salvavidas en caso de catástrofe para los agricultores".

La organización profesional agraria apunta a la tendencia al encarecimiento del seguro, al recorte de los precios garantizados y a la reducción de coberturas en las últimas campañas a varias líneas de seguros como responsable de la pérdida de la propia naturaleza del sistema y de su atractivo para los principales destinatarios. "El Seguro Agrario nació como una herramienta al servicio de los agricultores y ganaderos para garantizar sus rentas ante las condiciones adversas de la producción" indican desde Unión de Uniones "pero si se sigue en esta senda, lo están condenando, porque al final se van a mantener las líneas que interesen a Agroseguro y a las compañías y aún eso, sólo mientras les sigan interesando".

Ante "el monopolio de Agroseguro", Cortés se resigna a la alternativa que han tomado los agricultores de cerezas: "Hace diez años se contrataban 1.000 pólizas y ahora poco más de 120. Qué pasa, que si se produce una primavera muy lluviosa como este año y se estropean las cerezas se arruinan las explotaciones agricultores. Estamos a la intemperie, a merced de cualquier catástrofe que hay que cubrir con una renta que en cuanto hay cualquier contratiempo no es alta".

La creencia en el campo es que "la idea de Agroseguro es quedarse con aquellas pólizas más rentables y con menos riesgo. No asegurar significa que el Ministerio se ahorra la subvención, Agroseguro una línea de riesgo y el agricultor queda totalmente expuesto". Según los datos de Agroseguro, el pasado 24 de agosto superó los 400 millones de euros (concretamente, 406,2) abonados a productores de cultivos herbáceos por los siniestros registrados en la actual campaña, fundamentalmente por la sequía, aunque también por las tormentas de pedrisco ocurridas entre los meses de mayo y julio.

El seguro de herbáceos es la línea agrícola con un mayor número de pólizas suscritas, unas 125.000, que cubren 5,6 millones de hectáreas, de las cuales casi 4,6 serían de cultivos de inverno, según el último ejercicio cerrado que es el de 2021. Estos últimos serían los que experimentarían las subidas más agudas y sobre los que, en opinión de Unión de Uniones, el efecto desincentivador a la hora de contratar sería más grave.