El centro y el norte de Europa contra el sur. El apoyo del Grupo de Trabajo de Medio Ambiente del Consejo de Europa a la propuesta de la Comisión para aumentar en los arroces importados el nivel máximo de residuos (LMR) de 0,01 a 0,09 mg/kg de triciclazol ha generado un choque entre los países productores, como España y otros mediterráneos, con los vecinos del centro y del norte del viejo continente.

"Los intereses de los países que votan a favor están claros: por un lado abaratar el precio del arroz para que los consumidores de sus países compren a menor precio y por otro que estos países que exportan arroz a la UE consigan divisas para pagar tecnología e infraestructuras que luego van a ofrecerse desde partes interesadas como Alemania o Dinamarca", explica en conversación con El Independiente Juan Salvador Torres, secretario general de Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-ASAJA). "El intercambio está claro. Yo te compro arroz a ti y cuando vaya a India a venderte coches, ordenadores, o lo que sea, tú me los compras a mí", añade Torres.

El conflicto colea desde hace meses, ya que los arroceros españoles acusaron a la UE de favorecer las importaciones para inflar sus negocios en India y el resto de Asia con la excusa del triciclazol, una sustancia prohibida en la UE pero que el Consejo de Europa pretende multiplicar por nueve su nivel máximo de residuos admitido para las importaciones extracomunitarias. El fungicida permite acabar con la pyricularia oryzae, un hongo que solo en la variedad bomba mermó un 50% la producción del parque natural de La Albufera.

Desde ASAJA consideran que la diferencia "supondría claramente una competencia desleal y un paso atrás en la reciprocidad de las relaciones comerciales. Y ocasionaría una deslocalización de la producción agrícola europea que la UE trataría de sustituir por producciones con menores garantías ambientales".

Arroceros contra el centro y el norte de Europa

La polémica votación tuvo lugar el 4 de septiembre y contó con 17 estados miembros a favor de la medida y seis en contra. El resultado deja la resolución en el limbo, puesto que la normativa europea considera que con más de cuatro votos en contra se constituye la minoría de bloqueo y no se obtiene la mayoría cualificada que daría paso al aumento del LMR.

Según trasladan fuentes de las organizaciones agrarias profesionales presentes en Bruselas, para sus intereses "la clave ahora es que los países ausentes, sin posición o en abstención se opongan antes del viernes 8 de septiembre por escrito". En caso de que la propuesta de multiplicar por nueve el LMR de triciclazol en los arroces importados siguiera sin obtener la mayoría cualificada, el próximo paso para frenarla será que el Parlamento Europeo lo rechace.

Aunque los parlamentarios hayan votado en contra previamente, los agricultores no duermen tranquilos: "Los estados miembros que han votado a favor presionarán para que sus europarlamentarios hagan lo propio. Sería un respiro no llegar hasta ese punto", señala Torres.

La sensación transmitida por las organizaciones agrarias es que los países que votan a favor del aumento del LMR lo hacebn por individualismo. "Piensan en el comercio y no en el proyecto de Europa. Es la Europa insolidaria".

La Asociación Agraria Jóvenes Agricultores ha destacado la importancia de "evitar este nuevo atropello a los productores y consumidores europeos" y ha acusado a los países del norte de Europa de hipócritas por favorecer la entrada de más importaciones procedentes de terceros países con una sustancia que ellos mismos prohibieron a los agricultores de la Unión Europea (UE) por su supuesto riesgo para el medioambiente: "O el triciclazol se autoriza en todos los arroces, europeos y no europeos, o se prohíbe para todos. Lo que han hecho es hipócrita, injusto, intolerable, demoledor para la rentabilidad de los arroceros y un fraude para los consumidores europeos".

Uno de los grandes argumentos subrayado por Torres es que el incremento de triciclazol va en contra del Pacto Verde: "Si pretendes luchar contra el cambio climático en todo el mundo no puedes incrementar el LMR de un fitosanitario prohibido en Europa. Es una posición mercantilista y egoísta de los países del centro y del norte de Europa. La Europa de dos velocidades, en contra del sur del continente", concluye Torres.