Las empresas quieren evitar llegar a impagar sus deudas. Así que antes de llegar a ese punto, las compañías renegocian esas deudas, esos créditos y esos préstamos para evitar aumentar la morosidad. Y parece que lo están consiguiendo. Los datos muestran que la morosidad que tanto parecía que iba a llegar todavía se está conteniendo. Pasa entre los particulares, pero sobre todo en las empresas. Los últimos datos de Banco de España del segundo trimestre apuntan a que la ratio de los dudosos se situó en el 4%, por debajo del trimestre anterior, que estuvo en el 4,1%

En el caso de Ibercaja, la morosidad en banca de empresas solo ha aumentado cinco centésimas en un año hasta situarse en el 2,43%, por debajo de la media del sector. La morosidad general de la entidad está en el 1,8%. Teresa Fernández, directora de Banca de Empresas de Ibercaja, explica que las empresas han llevado el año “muy bien” y añade que ha habido más reestructuración de la deuda. De hecho valora este crecimiento como “sano”

“Las empresas son las primeras que se dan cuenta y te dicen: necesitamos sentarnos a hablar. Nos avisan antes de que llegue el impago”, celebra Fernández. No obstante, es consciente de que la morosidad puede seguir subiendo, aunque se muestra optimista con la perspectiva. La directora de Banca de Empresas de la entidad apunta que, con todo, son "prudentes" y que trabajan con el escenario de un aumento de los impagos a lo largo de 2024, a medida que se vaya produciendo la "digestión" de las subidas de tipo de interés.

Asimismo, explican desde la entidad que las empresas no amortizan su deuda, ya que necesitan ese dinero para seguir invirtiendo y creando actividad. Por ello, es más normal que renegocien y reestructuren la deuda antes de amortizarla.

Este escenario de baja morosidad se da mientras Ibercaja aumenta el crédito empresarial concedido. En particular, entre enero y octubre de 2023, Ibercaja ha incrementado el saldo de crédito un 2%, hasta los 6.559 millones de euros, lo que le ha permitido ganar 8 puntos de cuota de mercado en el año hasta el 1,60% a cierre de octubre. Según ha trasladado Fernández, cabe reseñar este comportamiento frente al que ha experimentado el sector, que ha disminuido un 5,08% el saldo de crédito, creciendo por lo tanto Ibercaja un 5,29% más que el sector en 2023. Se trata del tercer año consecutivo que Ibercaja computa un mejor comportamiento relativo, ya que en 2021 el banco aumentó su saldo de crédito un 9% frente al 0,40% del sector; y en 2022 creció un 4,5% y el sector disminuyó un 0,60%. El crédito a empresas supone el 25% del total de Ibercaja. 

El volumen negociado de crédito circulante en estos diez primeros meses de 2023: 8.417 millones de euros, que suponen un aumento del 7% respecto al mismo periodo del ejercicio anterior. La entidad prevé superar los 10.000 millones de euros al finalizar el año y batir esta cota por segundo año consecutivo. “En particular, adquieren especial relevancia los productos específicos de negocio internacional, que se ha consolidado como una palanca clave de nuestro crecimiento”.

Entre enero y octubre, Ibercaja ha captado 4.816 empresas clientes, lo que supone un alza del 17,5% respecto al mismo periodo de 2022. Desde 2021, cuando se puso en marcha la unidad de Banca de Empresas, la firma ha captado a 15.000 compañías, lo que ha permitido elevar su saldo de clientes hasta situarse por encima de las 73.000 empresas clientes.

Si al crédito se suman los recursos de los clientes, Ibercaja gestiona 12.000 millones de euros de esas 73.000 clientes empresas. El 72% de ese saldo pertenece a pymes y microempresas.

Sobre el futuro, Fernández lamenta que no va a haber “alegría inversora”, pero espera que por lo menos esa inversión, por lo menos, no descienda. Para los próximos meses, Ibercaja prevé que los tipos de interés descenderán hasta situarse en el 2,5% en 2025. "2024 puede ser el cuarto año consecutivo que vuelva a haber crecimiento y no se materialicen los peores pronósticos de una posible entrada en recesión. Confiamos en que sea un año más propicio para la inversión empresarial, que no puede aplazarse sine die”.

Esto ocurrirá si se preservan, tal y como apunta Fernández, los márgenes empresariales, puesto que son “la principal variable” económica que motiva a las empresas a llevar a cabo proyectos de inversión; si se van reconduciendo las incertidumbres actuales y, en particular, que se genere un marco jurídico, fiscal y laboral que incentive la inversión; y que se acelere la canalización al tejido productivo de los fondos europeos 'Next Generation', ahora en su versión de 'financiación blanda', “un ámbito en el que las entidades bancarias podemos aportar mucha efectividad y capilaridad en su distribución, tal y como desmostramos por ejemplo en las líneas de liquidez ICO Covid".