Han sido muchos meses de negociaciones y de espera, pero Orange y MásMóvil ya son una solo compañía. En la mañana del miércoles, Meinrad Spenger, consejero delegado de Masorange (así se llamará de ahora en adelante la nueva joint venture), compareció ante los medios de comunicación para presentar el nuevo embrión.

Lo hizo, además, apostando fuerte y argumentando que la nueva empresa de telecomunicaciones no solo quiere quedarse en ser el líder de clientes (que ya lo es por la unión de contratos de ambas empresas). En sus planes está invertir y crecer en redes y en negocios mayoristas para, quien sabe, desbancar a Telefónica como operadora puntera en el mercado español.

Para ello, Másorange invertirá 4.000 millones de euros en los próximos tres años, principalmente en el despliegue de 5G, fibra y nuevos servicios, según ha informado la teleco este miércoles. "El plan industrial de MásOrange demuestra nuestro compromiso con la inversión en España en el desarrollo de nuevas infraestructuras de telecomunicaciones al servicio del mercado y de los consumidores españoles", dijo el propio CEO.

Multimarca… para competir con todos

Más allá de inversiones, la nueva compañía tiene claro que ha de seguir luchando para mantener la cuota de mercado. Con la unión, Masorange ya tiene en su cartera más de 37 millones de clientes, con 30 millones por servicios móviles y 7 de de banda ancha ancha. A ellos, hay que sumarle los 2,5 millones de usuarios de televisión.

Durante el proceso de fusión, se había especulado sobre la posibilidad de que se redujeran sus marcas una vez que se culminase la operación. Orange, de hecho, siempre fue partidario y defendía que lo mejor para el mercado español y su problema de beneficios por cliente era no entrar en la batalla low cost y que se eliminaran operadoras.

Pero el propio Meinrad Spenger dijo que esta opción no está sobre la mesa puesto que Masorange es una marca “multimarca con una oferta para todos los segmentos del mercado”. “Tenemos ofertas desde el mercado premium y contenidos hasta las marcas regionales y otras enfocadas en calidad precio”.

Con todo, la nueva empresa mantendrá como principales marcas Orange y Yoigo y otras con precios más reducidos como Jazztel, PepePhone o Simyo. “Seguiremos apostando por todas nuestras marcas”, remarcó Spenger.

Además, remarcó que buscará oportunidades en el segmento de empresas y administraciones públicas. También ha subrayado la búsqueda de nuevos proyectos como palanca para crecer y potenciar los servicios no telco como seguros, banca, alarmas o telemedicina que la compañía ya presta y en los que crece.

Esta estrategia, por tanto, elimina la posibilidad de que Masorange quiera ser solo una compañía que busque la mayor rentabilidad ante el reto inmenso que tiene por delante. Más aún con sus rivales intentando hacer todo lo posible por seguir mordiendo a un mercado hipercompetitivo.

Digi no frena en su expansión. Su política de precios bajos, con una fibra óptica y una línea que apenas tiene un coste de 25 euros, es la teleco reina de las portabilidades. Sin ir más lejos, la operadora rumana registró más de 355.700 portabilidades en los tres primeros meses de 2024, lo que supone un incremento de más del 22% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

De esas líneas, más de 208.500 corresponden a portabilidades netas de telefonía móvil, un incremento de más del 26% comparado con el primer trimestre de 2023. En marzo el operador ha conseguido más de 115.100 líneas portadas de telefonía móvil y fija, con lo que supera, por tercer mes consecutivo, las 100.000 portabilidades.

Zegona, nueva propietaria de Vodafone España, va por los mismos derroteros. El fondo británico presentó un amplísimo documento de estrategia en la bolsa londinense en el que explicaba las razones de la adquisición. En él, detalló el plan para ser competitivos en el mercado nacional y uno de sus pilares era fomentar las marcas low cost para aumentar su base de clientes.