Una de las consecuencias de una política monetaria más restrictiva es que se encarecen los créditos tanto empresariales como de consumo como, por supuesto, las hipotecas. Esta consecuencia provoca que los ciudadanos pidan menos dinero prestado, porque es más caro, y que utilicen el dinero ahorrado. Sin embargo, los bancos ven como su principal negocio cae, por lo que podrían relajar los criterios para dar estos préstamos. Ante esta situación, el Banco de España se opone a que se rebajen las condiciones hipotecarias.

Los bancos europeos tienen un negocio de banca comercial muy centrado en el crédito. Por ello, Mercedes Olano, directora general de Supervisión del Banco de España, ha asegurado que están “tremendamente vigilantes” con que no se rebajen los criterios de riesgo. “En ningún caso vamos a admitir que haya suavización de los criterios de concesión de créditos”, ha resaltado Olano durante la presentación de la Memoria de Supervisión Bancaria 2023. La directiva se ha referido, sobre todo, a las hipotecas, ya que suponen la mayoría del crédito entre los bancos españoles. 

“El riesgo de crédito lleva siendo muchos años y seguirá siendo muchos años una prioridad supervisora”, ha asegurado Olano. Y ha insistido en que están vigilantes en este aspecto y ha avisado que “ya hemos hecho acciones en el pasado y las volveremos a hacer si es necesario”, estas acciones se refieren a revisar si ha habido suavización en las concesiones de crédito. 

En el informe de Estabilidad Financiera, que se presentó el pasado lunes, se constataba que en 2023 se intensificó el descenso del crédito. El saldo de los créditos a hogares en 2023 se redujo influido por el comportamiento del destinado a la vivienda. Según los datos del Banco de España, al inicio de 2022, el saldo vivo hipotecario sobrepasaba, por poco, los 500.000 millones de euros. Al año siguiente, ese saldo se redujo hasta los 499.416 millones de euros. 

Estos datos constatan que el crédito está cayendo, “en algún momento tiene que volver a crecer”, ha apuntado Olano. De hecho, ha añadido que si hay bajada de tipos, “las entidades para mantener sus márgenes de intermediación necesitan dar crédito”. Sin embargo, ha matizado que hay que tener en cuenta la nueva situación geopolítica podría poner en peligro la estabilidad financiera y por tanto el crecimiento de crédito. 

Tal y como ha explicado la directora general de Supervisión, las razones de las caídas de crédito minorista han sido, básicamente, que las familias han acumulado una bolsa de ahorro que ante la subida de tipos han decidido amortizar hipotecas para que el coste de la deuda al menos sea igual que antes o inferior si es posible. En el caso del crédito de empresas se ve que hay menos demanda de crédito para gastos corrientes no para inversión. 

“En la medida que esta acumulación de ahorro se agote, el descenso del crédito va a cesar. En la medida de que las empresas vuelvan a invertir, porque tienen que hacerlo, cesará la caída del crédito”, ha explicado. Y ha vuelto a insistir en que no creen que se suavicen los criterios para poder seguir creciendo en márgenes, pero “que quede claro, que lo estamos supervisando”. 

Olano ha explicado que cuando revisan los criterios de concesión de crédito revisan que estén incluidas dentro de las políticas de riesgo de la entidad, que estén controlados, el límite de riesgo que se marca. “Estamos contentos y relativamente tranquilos por cómo se están comportando los criterios de riesgo en estas dos carteras, tanto en la de promotores, como en la de hipotecas para viviendas”, ha comentado.

Sobre vulnerabilidades

La Memoria de Supervisión estudia las posibles vulnerabilidades de los bancos españoles. Olano ha reconocido que “no hay muchas”. Y ha puesto un ejemplo con una inspección global que abarcaba a muchos bancos europeos sobre hipotecas. Estas entidades, que son cerca de 20, tres de ellas españolas, presentan debilidades comunes en la forma de concesión de los créditos y en la forma en la que se establecen las provisiones. También han encontrado flaquezas en la valoración de los colaterales, aunque esta parte no la tenían las españoles. “En general las entidades españolas tienen un buen comportamiento”, ha puntualizado.

También se han detectado debilidades en el campo de banco responsable. Según la memoria, muchas entidades no están dando a los clientes toda la información contractual que deben darles. “En algunos casos es por falta de preparación de los trabajadores de las entidades financieras, ya sea porque son parcos en formación o porque el trabajador no la suministra bien”, ha señalado Olano.

Para la directora general de Supervisión, el trabajador debe conocer los conocimientos financieros del cliente para saber si tiene mucha o poca formación en ese aspecto y explicarlo de una manera u otra. “Proponemos a las entidades que formen a sus representantes y les proporcionen información a los clientes, que siempre tenga la información adecuada”, ha apuntado.