El proceso de opa de BBVA sobre Banco Sabadell sigue su curso. El siguiente paso es que se publique el folleto de la oferta, que se prevé que se haga a final de mes o principio de junio. La Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) tiene 5 días para admitir a trámite y 20 días para analizar la oferta y aprobarla. En este punto, tiene que contar con la aprobación de la Comisión Nacional de la Competencia (CNMC) y el BCE. Y es en Competencia es donde pueden venir los problemas, ya que una fusión de estos dos bancos puede aumentar la concentración bancaria, sobre todo en Cataluña. 

Sin embargo, un informe de Analistas Financieros Internacionales (AFI) apunta que la falta de liderazgo en cuota tanto de BBVA como de Banco Sabadell en las comunidades podría esquivar el veto a la opa por parte de Competencia. Es decir, a cierre de 2023 ni BBVA ni Sabadell se presentan actualmente como líderes de cuota en ninguna Comunidad Autónoma. Pero matiza que dados los niveles de concentración alcanzados en Cataluña puede que la CNMC solicite condicionalidades a los efectos de la fusión.

En este aspecto, al igual que ocurrió con la fusión entre Caixabank y Bankia, estas condicionalidades pueden no derivar en la obligación de cierres de oficinas, si no que la obligación se dirija al mantenimiento de una red comercial más extensa, principalmente a nivel rural, para evitar la exclusión financiera, aunque, en este caso, las entidades objeto de la fusión se caracterizan por presentar una red de oficinas principalmente urbana.

Sobre la concentración en Cataluña, AFI analiza el Índice de Herfindahl, que es una medida, empleada en economía, que informa sobre la concentración económica de un mercado. O, inversamente, la medida de falta de competencia en un sistema económico. Un índice alto expresa un mercado muy concentrado y poco competitivo.

Después de la fusión de las cinco comunidades autónomas donde el efecto de la operación es más significativo, teniendo en cuenta la cuota de mercado de oficinas, debido a que es la información pública disponible más granular. Es en Cataluña donde se produce el mayor incremento del índice de concentración, con un aumento superior a 500 puntos, seguido por el efecto sobre Asturias y la Comunidad Valenciana. 

Sin embargo, en términos de estructura territorial, es necesario destacar el papel que presentan tanto los bancos derivados de las antiguas cajas de ahorro como las cooperativas de crédito, con una cuota de mercado muy significativa a nivel regional que puede llegar a ser superior al 30% en algunos territorios. 

La concentración en España ha aumentado, sin embargo, fuentes financieras señalan que se mantiene dentro de niveles que no sugieren problemas competitivos según las normativas europeas y estadounidenses.  En concreto, el IHH sitúa a España en un nivel moderado con un índice de 1.327 a finales de 2022. Aunque este índice se ha incrementado en los últimos años, continúa dentro de un rango que no sugiere problemas de competencia según las normativas de la UE y EE.UU. 

En caso de producirse la fusión entre BBVA y Sabadell, con cuotas de mercado, aproximadamente, de un 14% y un 8%, respectivamente a cierre de 2023, se produciría un incremento del Índice Herfindahl de 226 puntos. En cuanto a la cuota de mercado de las 5 entidades más grandes, se produciría un incremento de 4 puntos porcentuales hasta el 74%. En Países Bajos es del 82% o del 72% en Bélgica o Portugal.

Fuentes financieras explican que la mayor o menor concentración de un mercado es una variable a tener en cuenta a la hora de estudiar la competencia de un sistema financiero, pero no es la única variable a considerar. “Con la operación BBVA-Sabadell la competencia bancaria en España sigue estando garantizada”, aseguran estas fuentes.

Desde AFI consideran que la opa hostil no saldrá adelante “teniendo en cuenta la evidencia histórica, la cual pone claramente de manifiesto lo poco frecuentes que estas operaciones son dentro del sector bancario”. Esto se debe, por un lado, a la elevada capacidad de influencia de los Consejos de Administración de las entidades en los inversores y, por otro lado, a la reacción especialmente adversa que el carácter hostil de la operación pueda tener sobre los clientes de la entidad resultante. Por todo ello y dado el sentido estratégico y las ventajas que podría tener la operación, “parece que habría resultado más razonable replantear vías alternativas a la finalmente propuesta”, señalan.