Las asociaciones bancarias AEB y CECA han cumplido su promesa y han emprendido acciones legales contra el nuevo impuesto a la banca. Las organizaciones que agrupan a los grandes bancos y cajas han interpuesto un recurso contencioso-administrativo ante la Audiencia Nacional contra la Orden Ministerial que aprueba el modelo de autoliquidación y pago fraccionado del tributo.

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El sector ya mostró su rechazo el pasado mes de noviembre, cuando la nueva figura se incorporó al sistema tributario como forma de dar continuidad al gravamen extraordinario sobre la banca creado por el Gobierno en 2022.

Las asociaciones bancarias insisten ahora en su rechazo al impuesto porque consideran que tiene "graves efectos para la financiación de familias y empresas, su impacto negativo para la inversión y, en general, su perjuicio al conjunto de la economía".

Asimismo, insisten en que la banca española "es la única gravada por un impuesto de este tipo en Europa, lo que supone una merma competitiva respecto al resto de entidades bancarias europeas".

El Banco Central Europeo (BCE) se pronunció en diciembre de 2024 en contra de este nuevo impuesto, al igual que hizo ya con el gravamen extraordinario. El organismo comunitario, subrayan, advirtió de sus "efectos adversos" como "limitar la capacidad de las entidades de conceder crédito y contribuir potencialmente a unas condiciones menos favorables para los clientes de los préstamos y otros servicios”, además de poder producir “consecuencias imprevistas para la solvencia y la competitividad de las entidades de crédito”.

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