El ajustadísimo resultado de las elecciones presidenciales de Estados Unidos deja a los mercados en un escenario de incertidumbre. La posible victoria de Joe Biden, el candidato demócrata, que aún no se ha proclamado a la espera de terminar el recuento, anticipa la no aceptación del resultado por parte del actual presidente, Donald Trump, lo que podría llevar al país a una batalla legal que será, a todas luces, negativa para los mercados de todo el mundo y, especialmente, para la economía de Estados Unidos.

De todos los escenarios que contemplaban los expertos, el que va a dejar el resultado electoral era el peor. Olvidada ya la posibilidad de que se produzca una ola azul, es decir, una victoria rotunda de Biden, o una reacción similar entre el electorado republicano, el escenario que dejan los comicios pinta negativo para la economía estadounidense. El hecho de que Biden se hiciera con la victoria, si así fuera finalmente, no garantizaría el fin de la guerra por la presidencia de Estados Unidos, sino más bien el principio.

La prolongada incertidumbre podría socavar las perspectivas económicas de Estados Unidos"

Álvaro Cabeza

Desde los primeros momentos de la jornada postelectoral, Trump se proclamaba ganador y pedía al Supremo que se paralizara el recuento tras acusar a su oponente de "fraude". Si cumple sus amenazas, iniciará una batalla legal por la presidencia cuyo final es aún difícil de anticipar.

"Si el desafío se mantiene en el ámbito legal, los mercados deberían evitar una alta volatilidad. Sin embargo, si el desafío legal, impulsado por el propio Trump, se convirtiera en manifestaciones masivas y violencia, los mercados podrían ver movimientos hacia los activos de calidad que pesarían sobre los activos de riesgo", advierte Franck Dixmier, director de Inversiones Globales de Renta Fija de Allianz Global Investors.

Por su parte, Manuel Maleki, economista de Edmond de Rothschild, apunta que "cuanto más dure [la incertidumbre], mayor será el nerviosismo de los inversores". "Además, el impacto económico podría ser más importante cuanto más tiempo se tarde en aclarar la situación", añade.

Esta situación de incertidumbre jurídica, con todo, favorecerá en Bolsa a los sectores defensivos, como los productos básicos de consumo, los servicios de comunicación y el sector de la tecnología de la información, de acuerdo con Stéphane Monier, chief information officer de Lombard Odier.

La incertidumbre no solo traerá volatilidad en los mercados, sino también malos augurios para la economía estadounidense. "Las situaciones de incertidumbre, cuando perduran, suelen ser perjudiciales para el crecimiento económico, ya que obligan a los inversores a ser extremadamente cautelosos", alerta Maleki, de Edmond de Rothschild.

El experto advierte, además, de que esto se traducirá en "más ahorro por parte de los hogares, menos consumo, un aplazamiento de las compras importantes y muy a menudo una caída de la moral".

De acuerdo con Álvaro Cabeza, responsable de UBS AM Iberia, una prolongada incertidumbre "podría socavar las perspectivas económicas en un momento en que los casos de Covid-19 están aumentando en todo el mundo desarrollado y frustran las limitadas perspectivas de apoyo fiscal durante el período de transición".

Menos gasto fiscal, más Fed

A la incertidumbre sobre el resultado final de las elecciones, ya de por sí perjudicial para la economía, se sumarán los obstáculos de Biden, posible vencedor de los comicios, para cumplir su promesa de aumentar el gasto para financiar la creación de empleo y el transporte público, entre otros, si el Senado se tiñe de color rojo.

Para David Page, jefe de Macro Research de Axa Investment Managers, un estímulo fiscal menor de lo esperado "atenuará las perspectivas de crecimiento del PIB de Estados Unidos" y prolongará, previsiblemente, "la necesidad de apoyo por parte de la política monetaria de la Reserva Federal".

La falta de estímulo fiscal requerirá tarde o temprano que la Fed reaccione, y eso es preocupante"

James Athey

"Si, como parece probable, el Congreso sólo puede aceptar un apoyo fiscal menos generoso o se retrasa y tarda en materializarse, algunas empresas estadounidenses fuertemente endeudadas pueden enfrentarse a un entorno de empeoramiento del crédito", añade Monier, de Lombard Odier.

Y, si la economía estadounidense no reacciona con fuerza, tendrá que hacerlo la Reserva Federal (Fed), lo que llevaría al sistema a una dependencia de su banco central que "no es saludable", según los expertos.

"La falta de estímulo fiscal requerirá tarde o temprano que la Fed reaccione, y eso es preocupante", opina James Athey, director de Inversión de Aberdeen Standard Investments, pues "las herramientas que utiliza la Reserva Federal han producido durante mucho tiempo distorsiones insalubres en los precios de los activos y los mercados están cada vez más programados para saber que el banco central intervendrá a la vista de los problemas".