Los españoles destinan una mayor parte de su renta a invertir en bolsa y fondos de inversión que el resto de los europeos. O, al menos, así lo han hecho durante este año, en el que, fruto de un ahorro forzoso provocado por la pandemia y aprovechando las bajas cotizaciones, se han lanzado, y con fuerza, a este tipo de inversión.
Concretamente, las familias españolas tienen más del 5% de su renta disponible bruta destinada a los activos de renta variable (Bolsa) y los fondos de inversión, frente al 3% de la media europea, según datos del primer semestre del Banco de España. Los españoles, junto con los alemanes (más del 4%), son los que muestran los niveles más elevados de renta destinada a la inversión en acciones de toda la zona euro.
La pandemia ha forzado el ahorro de muchos españoles. Por una parte, el parón del consumo que trajo el confinamiento les ha permitido ahorrar automáticamente todo aquello que no han podido gastar y, por otra, muchos prefieren aplazar decisiones de compra o inversión ante la incertidumbre de la situación económica.
Ese ahorro ha tenido, principalmente, dos destinos. Por una parte, el banco y, por otra, las acciones de empresas cotizadas. Los españoles han recurrido intensamente a guardar el nuevo ahorro en el banco, pero son también los que tienen una parte mayor de la renta disponible invertida en bolsa de entre las principales economías de la zona euro, de acuerdo con los datos del Banco de España.
No en vano, tanto bancos como brókeres registraron en los primeros meses del año una actividad frenética debido a que los españoles han acudido en masa a la inversión en renta variable, que ha tenido, además, más éxito que la fija.
Detrás de este interés generado durante la pandemia se esconde la oportunidad de aprovechar el fuerte hundimiento de las bolsas, pero también el más sencillo acceso a las plataformas de inversión, a lo que acompaña la mayor cultura financiera de los españoles respecto a la pasada crisis financiera.
Solo en rentas altas
En la zona euro, la tasa de ahorro se situó por encima del 16% de la renta disponible bruta de las familias en la zona euro, frente al 13% registrado al cierre de 2019, y el ahorro fue más intenso en países como España y Francia. La diferencia de este ahorro respecto de la media de los cinco años anteriores equivale al 3% del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro.
De hecho, esta tasa de ahorro en España se asemeja a los niveles registrados en la pasada crisis, en la que no se produjo un parón forzoso del consumo, pero sí existió ahorro preventivo por parte de familias que aplazaron sus decisiones de compra e inversión.
Eso sí, este mayor ahorro no se produjo de forma homogénea en toda la población. El ahorro forzoso se concentra en las rentas más altas, pues este colectivo tiene el porcentaje de salario menos expuesto a los sectores más afectados por la pandemia, como expone el Banco de España.
"La evolución agregada de la renta y del consumo encubre una enorme heterogeneidad a escala individual y, en particular, en función del nivel de renta de los hogares", indica el supervisor en un artículo analítico.
Además, las familias con mayores rentas tienen un mayor porcentaje de sus ingresos destinado a servicios que implican una interacción social, que son los que mayor recorte del gasto han sufrido al ser considerados no esenciales.
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