Hacienda realiza inspecciones periódicamente a autónomos y pymes. Una inspección, que puede ser un control rutinario, puede generar problemas y quebraderos de cabeza a este tipo de organizaciones. No porque estén haciendo algo mal, sino porque tendrán que dedicar tiempo extra a corroborar y demostrar que se cumple con las obligaciones fiscales como requiere la Agencia Tributaria.

Pero las inspecciones se pueden prevenir, evitando pasar por el proceso descrito. Lo primero de todo, conviene conocer los hechos o causas principales que implican alguna infracción o situación sospechosa y que, por tanto, deben evitarse en la medida de lo posible.

Una de las formas de evitarla, según una serie de recomendaciones recientemente publicadas en la revista oficial de la Confederación Española de la Pequeña y Mediana Empresa (CEPYME), es tener en cuenta que existen subvenciones exentas de tributación. Pero no todas son así, por lo que desde la publicación recomiendan revisar la obligatoriedad en cada caso.

Devoluciones y sociedades sin actividad

También, dejar sin actividad una sociedad y crear otra parecida, con los mismos socios, misma actividad y misma sede, está dando más que pistas a una posible inspección por parte de Hacienda.

Otro punto que levanta sospechas son los cambios repentinos en las devoluciones trimestrales (o mensuales, depende del caso).  Las devoluciones elevadas, al realizar alguna declaración tributaria (IVA, retenciones, renta), pueden llamar la atención a Hacienda, por lo que, en estos casos, más vale que estén correctas o se ajusten a las operaciones realizadas. Y mantengan, a su vez, una tendencia continuada en el tiempo. Bien es cierto que, debido al devenir del negocio, esto no siempre se puede controlar. Pero lo cierto es que es un factor que llama la atención y que puede llevar a los técnicos a iniciar un proceso de análisis más concreto sobre tu actividad.

Por último, el autónomo debe medir posibles descuadres entre los modelos trimestrales y los anuales presentados a la Agencia Tributaria. Además de extremar las precauciones en lo que a gastos no relacionados con la actividad se refiere. Hacienda cuenta cada vez con tecnología basada en el cruce de diversa información. Esto le  permite detectar la inclusión de ciertos gastos de difícil justificación. En cualquier caso, como norma general para evitar problemas con este apartado, lo recomendable es imputar únicamente gastos claramente relacionados con la actividad, y guardar las facturas y justificantes pertinentes, al menos, durante cuatro años.

 

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