No es la primera vez que un Consejo de Ministros está dividido en dos. De hecho, ha sido bastante habitual en los gobiernos monocolor. Con mayor motivo en uno de coalición. Tampoco que la mayor parte de las invectivas se dirijan a quien ocupa la vicepresidencia primera, en este caso, Carmen Calvo. A fin de cuentas le corresponde, como antes a Soraya Sáenz de Santamaría, presidir la reunión de secretarios y subsecretarios del Ejecutivo, el auténtico corazón del poder monclovita, salvando el gabinete de Presidencia, en manos de Iván Redondo.

La polémica en torno a la Ley Trans que ha redactado el Ministerio de Igualdad, dirigido por Irene Montero, ha encendido las alarmas en el sector morado, que insisten en los "celos" del feminismo socialista por haber perdido una competencia de la que se consideraba depositaria la también ministra de Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática. "Calvo maneja perfectamente la reunión de secretarios y subsecretarios y muchos martes hay sorpresas y poco agradables", para el sector morado del Ejecutivo, afirman fuentes gubernamentales respecto a la posibilidad de que Calvo bloquee en este organismo una de las iniciativas estrella de Montero.

Cambios de última hora en el Consejo de Ministros y hasta en el BOE

A veces los morados no son los únicos que se declaran sorprendidos en plena reunión del Consejo de Ministros, sobre todo en aquellas cuestiones en las que sólo Pedro Sánchez, Calvo y el ministro correspondiente están en el secreto. "Muchos del PSOE flipan, pero ellos no se quejan", destacan los mismos medios consultados. También que del lunes, día en que se prepara el Consejo, al martes, "se cambian cosas" con cierta frecuencia.

Pero no sólo. Porque Unidas Podemos puso el grito en el cielo este enero al ver publicado en el BOE el Real-decreto antidesahucios que hubo que modificarse deprisa y corriendo porque no recogía los términos del acuerdo que habían alcanzado el Ministerio de José Luis Ábalos y la secretaria de Estado para la Agenda 2030, Ione Belarra, que amparaba también a los okupas. "Si nadie de Podemos avisa, va adelante en el BOE una cosa que no se había pactado".

Luego están los "no adscritos", aquellos que ven desde la barrera las broncas entre los socios de Gobierno, aunque algunos, como el titular de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, ha pasado de la luna de miel con los morados al enfrentamiento, sobre todo a cuenta de su propuesta de ampliar de 25 a 35 años el tiempo de cálculo de las pensiones, que ahora niega y que también puso en pie de guerra a buena parte del PSOE.

Las declaraciones de Calvo sobre sus objeciones a la Ley para la Igualdad Real y Efectiva de las Personas Trans, vaticinan una lucha para la que la vicepresidenta no tiene ninguna prisa. “A mí me preocupa fundamentalmente la idea de pensar que el género se elige sin más que la mera voluntad o el deseo, poniendo en riesgo, evidentemente, los criterios de identidad del resto de los 47 millones de españoles”, dijo la semana pasada en declaraciones a la SER sobre el mayor escollo del texto de Irene Montero.

Riesgo de no contentar a nadie

Se trata, sin duda, de una cuestión que polariza al feminismo y a los colectivos queer, de modo que se corre el riesgo de no dar satisfacción a nadie y ni PSOE ni Unidas Podemos se pueden permitir el lujo de enfadar a una parte de sus respectivas bases electorales.

Pero las críticas a Calvo no han venido sólo de la mano de los morados. La diputada autonómica socialista y activista LGTBi, Carla Antonelli, también ha criticado a su compañera de filas. "¿Alguien se imagina que sucedería ahora mismo si alguna persona dijera que una Ley que defendiera derechos y contra la discriminación del Pueblo Gitano 'pondría en riesgo criterios de identidad del resto de los 47 millones de españoles'?", escribió en su cuenta de Twitter parafraseando a la vicepresidenta primera.

Aduce la diputada en la Asamblea de Madrid que el texto de Montero "bebe" de la ponencia del PSOE que en 2019 abordó la reforma de la Ley de Igualdad, "donde me cupo honor participar en su redacción" y se defendía la autodeterminación de sexo.