La ministra portavoz ha arrancado su comparecencia posterior a la reunión del Consejo de Ministros condenando las amenazas de muerte recibidas por dos miembros del Gobierno, Fernando Grande-Marlaska y Reyes Maroto; el candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, y la responsable de la Guardia Civil, María Gámez.

Y ha ido más allá al apuntar a quién o quiénes considera instigadores de este tipo de amenazas. "Creemos en la tolerancia, en el respeto, en el contraste de ideas y rechazamos a quienes quieren alimentar del odio para envilecer el debate con un discurso excluyente y totalitario que no pueden tener cabida en nuestra sociedad", ha dicho aunque sin aludir expresamente a Vox. Tampoco hacía falta. Culpa a la formación de Santiago Abascal de crear un "caldo de cultivo" que propicia el envío de las cartas con balas. Para el Gobierno esas graves amenazas "merecen la condena unánime de toda la sociedad sin excusas" además de solidaridad con los amenazados, "que cuentan con toda nuestra gratitud y afecto".

"Incitación al odio"

Respecto a si puede existir un "efecto llamada" en la denuncia de las amenazas, ha insistido en la creación de un "caldo de cultivo que intenta normalizar situaciones reprobables" así como condenas "genéricas que no se refieren a hechos concretos", en velada alusión no sólo a Vox sino también al PP. Al hilo de este afirmación, reitera la portavoz gubernamental que "supone un peligro la incitación al odio porque pueden aparecer conductas de personas que en otros contextos no se atreven a expresarlas".

"Ninguna amenaza va a hacer retroceder a nuestra democracia", ha proclamado por otro lado, para insistir en que "ninguna amenaza, acto de violencia, intimidación contra ministros, altos cargos o responsables públicos va a debilitar la firmeza democrática". Los demócratas, ha agregado, "tenemos que defender nuestras ideas con la palabra como siempre hemos hecho".

"Cordón sanitario" a Vox

Rechaza Montero las palabras de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, en el sentido de que se está montando un "circo" electoral en torno a las amenazas. Cree que, de esta manera, la candidata popular intenta justificar su negativa a tender un cordón sanitario en torno a Vox, tal y como ha pedido el candidato socialista, Ángel Gabilondo, y "porque puede tener consecuencias electorales para sus expectativas".

Establece la portavoz gubernamental una diferencia entre Vox y Bildu, formación que apuntala parlamentariamente al Gobierno de Pedro Sánchez. El cordón sanitario es para aquellas formaciones que se instalan en la "confrontación, en el odio y la falta de diálogo", actitud de la que parece librar a los antiguos proetarras.

Aún así ha invitado a "una reflexión profunda" sobre el actual clima político, pero esperarán al post 4-M "para llevarla a todos los ámbitos de la vida política, educativa, de relaciones laborales...".