"Esta Sala no puede hacer constar en su informe la más mínima prueba o el más débil indicio de arrepentimiento". La afirmación se detalla en el informe en el que el tribunal del procés informa negativamente a que el Gobierno indulte siquiera parcialmente a los 12 condenados -nueve de ellos por sedición, con penas superiores a los nueve años de prisión- al no apreciar que concurran las razones de justicia, equidad y utilidad pública que justificarían la concesión de la medida de gracia.

En su artículo 25, la Ley del indulto -una norma promulgada en el Sexenio Democrático, durante la etapa de Prim como presidente del Consejo de Ministros- obliga al tribunal sentenciador a hacer constar en el informe que emita al Ministerio de Justicia las "pruebas o indicios" del arrepentimiento que hubiera observado. La respuesta de la Sala ha sido contundente: "El mensaje transmitido por los condenados en el ejercicio del derecho a la última palabra y en sus posteriores declaraciones públicas es bien expresivo de su voluntad de reincidir en el ataque a los pilares de la convivencia democrática, asumiendo incluso que la lucha por su ideales políticos -de incuestionable legitimidad constitucional- autorizaría la movilización ciudadana para proclamar la inobservancia de las leyes, la sustitución de la jefatura del Estado y el unilateral desplazamiento de la fuente de soberanía".

El más elocuente ha sido Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural. El pasado 5 de mayo envió un escrito al tribunal en el que reitera que "(...) no podía haber actuado de otra forma atendiendo a su conciencia y su compromiso social, que no hay ningún tipo de arrepentimiento, que todo lo que hizo lo volverá a hacer porque no cometió ningún delito y que está convencido de que es lo que tenía que hacer, volviendo a hacer un llamamiento a la movilización pacífica, democrática y permanente". Ha sido el único que ha expuesto sus razones a la Sala antes de que se pronunciaran los seis magistrados que la integran. La representación legal de Santi Villa, por su parte, se ha limitado a pedir la emisión del informe

Durante su declaración en el juicio, donde se presentó como un "preso político", Cuixart ya expresó su deseo de que se lleven a cabo "tantos referéndums de autodeterminación hasta que se celebre uno sin violencia policial y cuyo resultado se pueda implementar". Fue condenado a nueve años de cárcel y de inhabilitación como autor de un delito de sedición.

Oriol Junqueras citó los primeros versos del Canzionere de Petrarca cuando hizo uso de la última palabra al término del juicio pero no pronunció la palabra arrepentimiento. Tampoco lo hizo al responder al cuestionario que le hizo llegar a prisión El Confidencial en vísperas de las elecciones autonómicas del 14-F. ¿Ha renunciado a la independencia unilateral?, le preguntó el periodista Fernando Garea. "Nunca. No descartaremos nunca cualquier opción pacífica y democrática que nos conduzca a la consecución de la independencia de nuestro país. Porque es la única vía para poder ayudar a la gente", contestó. La entrevista se publicó el pasado 18 de enero.

"República que dure toda la vida"

Días después, el 5 de febrero, Junqueras se manifestó en contra de promover la Declaración Unilateral de Independencia (DUI) tras los comicios catalanes si el soberanismo obtenía en las urnas un respaldo del 50 %, frente a lo que sí hizo el Govern en el otoño de 2017 tras la celebración del referéndum. "No queremos una DUI que dure unos instantes, no queremos que esto vuelva a pasar", declaró el líder de ERC a la emisora Rac 1. En su opinión, el independentismo tiene que trabajar por "construir una república que dure toda la vida".

"Un camino irreversible". Así calificó Raül Romeva, ex conseller de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia la meta de lograr una república independiente en Cataluña cuando compareció el 28 de enero de 2020 ante la comisión sobre el 155 en el Parlamento autonómico. Aquel día aseguró que seguiría disponible para persistir en el objetivo "en el formato que sea".

Cuixart sostiene que "lo volverá a hacer porque no cometió delito alguno" y porque "es lo que tenía que hacer"

"Se nos apartó de las instituciones, pero que nadie dude que seguiremos haciendo política para hacer realidad la aspiración de construir una república para todos", expresó Romeva, que cumple 12 años de condena por sedición y malversación de caudales públicos. Y añadió: "Como demócrata y republicano siempre se me encontrará en todos los espacios que comporten hablar, dialogar y trabajar por acuerdos, ya sean fáciles o difíciles".

¿Visto en perspectiva, fue un error el 27-O [Declaración Unilateral de Independencia]?, le preguntó tras los cristales en el centro penitenciario de Lledoners al ex consejero de Presidencia Jordi Turull la periodista de El Periódico Sílvia Cóppulo. "No, lo volvería a hacer. No me arrepiento ni del 6 y el 7 de septiembre, ni del 1-O, ni del 27-O. Nadie debería tener miedo de votar", contestó.

El pasado 30 de abril, el ex portavoz del Gobierno de Carles Puigdemont dijo tener "cero" confianza en las promesas de indultos y de la reforma del delito de sedición para acortar sus penas de cárcel. Fue en el curso de una comparecencia ofrecida junto a su equipo jurídico días después de que el Tribunal Constitucional avalara la condena por sedición a los líderes del procés pero con los votos particulares de los magistrados Juan Antonio Xiol y María Luisa Balaguer.  

En enero de 2018, el ex conseller de Interior Joaquim Forn y el ex presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) Jordi Sànchez no hicieron acto de contrición, pero sí acataron de forma expresa la Constitución y el Estatuto de Autonomía y rechazaron la unilateralidad de la declaración de independencia de Cataluña. Fue en sendos escritos dirigidos al magistrado del Tribunal Supremo que instruyó la causa del procés en los que pedían la excarcelación, entonces con carácter preventiva.

En una entrevista publicada por El Periódico el pasado fin de semana, Sànchez -secretario general de Junts per Catalunya desde el pasado mes de agosto- no sólo no se mostró arrepentido por la celebración del referéndum y la posterior declaración de independencia sino que considera que "algunos" deberían pedir perdón a Cataluña. En su opinión, el indulto es una medida insuficiente pero se presenta al menos como "una oportunidad para que el Gobierno repare el daño que ha causado el Estado".

Petición de indulto para Forcadell

El hecho de que no hubiera mostrado el más mínimo arrepentimiento durante el juicio fue uno de los motivos esgrimidos por la Fiscalía en junio de 2019 -cinco meses antes de que se dictara la sentencia- para oponerse a la puesta en libertad de la ex presidente del Parlament Carme Forcadell y otros cinco procesados (Jordi Sànchez, Jordi Turull, Josep Rull, Joaquim Form y Dolors Bassa).

En el caso de Forcadell, la petición de indulto ha sido promovida por las tres personas que le antecedieron en la Presidencia de la Cámara catalana: Joan Rigol, Núria de Gispert y Ernest Benach. En su escrito, éstos aseguran que Carme Forcadell "cumplió escrupulosamente con su función" y elogian la "actitud cívica" mantenida siempre por aquélla. Cuando dieron a conocer públicamente la iniciativa, De Gispert fue más allá y defendió que la concesión de la medida de gracia no debería llevar a "ningún arrepentimiento" por parte de la ex presidenta del Parlament.

"No me pienso arrepentir de haber ayudado a poner el destino de los catalanes en manos de los catalanes a través de las urnas. No me puedo arrepentir de haber hecho el ejercicio democrático, cívico y pacífico que fue el 1-O", proclamó el ex conseller Josep Rull el pasado 12 de marzo a las puertas de la prisión barcelonesa de Lledoners después de que el Juzgado de Vigilancia Penitenciaria anulara el tercer grado a él y al resto de los políticos presos.

El ex titular de Territorio y Sostenibilidad, que cumple una pena de diez años y seis meses de prisión e inhabilitación absoluta por un delito de sedición, había publicado un tuit días antes en el que se reafirmaba en sus convicciones: "No nos arrepentiremos de tener unas ideas legítimas y nobles defendidas pacíficamente. Y no nos rendiremos nunca. Nunca. Porque la esperanza es más poderosa que el miedo". 

"Yo no quiero ser mártir, no soy [Nelson] Mandela", declaró la ex consejera de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia Dolors Bassa a finales de agosto desmarcándose de otros condenados por el procés. "Yo quiero un indulto general para todo el país, y esto es la amnistía por los exiliados y para todos los represaliados. Esto sería una solución política que nos permitiría empezar de cero. Ahora bien, mientras tanto, el indulto nos permitiría salir de la prisión, que sólo es sufrimiento", dijo a Rac 1.

"Cuentakilómetros a cero"

En declaraciones a la misma emisora, Bassa reprochó el pasado 10 de marzo al Gobierno de Pedro Sánchez que sus "buenas palabras" no se tradujeran "en ningún hecho". "Parece que una de las razones es el arrepentimiento. ¿Arrepentimiento a las ideas o a los hechos? Si es a los hechos, estamos inhabilitados. Si está en las ideas, es inverosímil que se diga en una democracia que por las ideas tiene que estar en la prisión", mantuvo.

De los condenados, el único 'arrepentido' en el juicio fue Santi Vila, titular de Empresa y Conocimiento en el Gobierno de Puigdemont y quien dimitió en vísperas de la declaración unilateral de independencia. Fue condenado a un año y ocho meses como autor de un delito de desobediencia.

"Fuimos torpes y las cosas no se hicieron bien, se hicieron francamente mal. Me arrepiento profundamente de haber contribuido a aquel despropósito impropio de una sociedad avanzada y madura como es Cataluña y el conjunto de España", declaró Vila la pasada semana al programa El cascabel, de Trece TV. En su opinión, la concesión del indulto es necesaria para "pasar página y poner el cuentakilómetros a cero".