El PP está en guardia. El carrusel electoral en 2022 parece inminente, y todo apunta a que Andalucía podría no ser la primera comunidad autónoma en la que el primer partido de la oposición reactive la maquinaria electoral no sólo para acercar a sus barones a la mayoría absoluta, sino también para impulsar a Pablo Casado a La Moncloa. La dirección de Génova quiere dar esquinazo al ruido que ha generado su particular conflicto con Isabel Díaz Ayuso, y entiende que no hay mejor fórmula que la de dos éxitos electorales consecutivos que apacigüe el 'efecto Ayuso' y, al mismo tiempo, ponga contra las cuerdas a Pedro Sánchez. El reloj ha comenzado ya a correr.

El PP ha encendido motores. En la dirección nacional nadie duda que el calendario puede acelerarse más rápido de lo previsto, pero sostienen que la última palabra la tienen sus presidentes autonómicos. Que Casado, argumentan, aceptará y respaldará el criterio de sus líderes territoriales. Juanma Moreno acotó ya la fecha de la apertura de urnas en Andalucía. Planteó junio u octubre, pero en las filas del partido no hay dudas de que se decantará por la primera opción. Pero antes, concretamente en el mes de marzo, podrían celebrarse las de Castilla y León. Fuentes próximas al presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco, sostienen que la premisa que ha esgrimido el dirigente tanto en público como en privado es la de "aguantar" pese a la presión. "Pero hay cosas que caen por su propio peso", reconoce un dirigente próximo al castellanoleonés.

El presidente de Castilla y León, según deslizan en su entorno, ya no cierra la puerta a firmar un adelanto electoral en primavera, antes de que Juanma Moreno haga lo mismo en Andalucía. En la región quieren ir "partido a partido" y no tomar una decisión "precipitada" respecto a una nueva apertura de urnas. Pero el factor determinante "no será que saquemos o no los presupuestos adelante", aseguran, sino la posibilidad de que se confirmen las sospechas de los populares en la región y el PSOE active la maquinaria para presentar una nueva moción de censura en Castilla y León, un movimiento que en el entorno de Fernández Mañueco ven más que plausible. "Luis Tudanca lo va a intentar. Como tenga una sola oportunidad, la presentará. Y si la presenta, gana", recelan fuentes solventes del PP en la región.

Las sospechas en torno a la posibilidad de que el líder socialista de la región impulse una nueva moción de censura contra Mañueco -con el aval de Moncloa o sin él- se han disparado a raíz del escándalo sobre la imputación del PP de Salamanca por presunta financiación ilegal del partido, una causa por la que Tudanca ha exigido la inmediata "dimisión" del presidente del PP. "La corrupción está en el origen de su proyecto político", defendía el dirigente socialista. Esta circunstancia ha disparado las alarmas en el seno del PP nacional y regional, preparados para pulsar el botón de adelanto electoral antes de que el PSOE reúna a los suficientes procuradores para su causa.

A mediados de marzo de 2022 se cumplirá un año de la última intentona socialista para desalojar a Alfonso Fernández Mañueco del gobierno de Castilla y León. Entonces, la moción de censura sí contó con el respaldo de Ferraz... pero fracasó. PP y Ciudadanos, que gobiernan en coalición en la región, lograron derrotar al PSOE haciendo frente común, pero la operación tuvo un resultado inesperado para los dos socios: una procuradora de Ciudadanos, María Montero, se pasó al grupo de los no adscritos y dejó al ejecutivo de Mañueco e Igea en minoría.

Desde entonces necesitan del apoyo de fuerzas externas para sacar adelante sus iniciativas parlamentarias, incluidos los presupuestos regionales que se debaten el próximo 22 y 23 de diciembre. Las negociaciones han comenzado, pero Mañueco sabe que no tiene atadas las cuentas públicas para el próximo ejercicio. La mayoría absoluta en la región está fijada en 41 diputados. Son también los escaños que se necesitan para que una moción de censura salga adelante. Con la baja de la dirigente naranja, PP y Cs sólo suman 40. El PSOE cuenta con 35 procuradores, que puede unir fuerzas con los dos de Podemos, con el representante de Por Ávila y con el diputado de Unión del Pueblo Leonés (UPL). En este caso, Vox cuenta también con un sólo representante en la cámara regional.

En lo que también se reafirman las fuentes consultadas es en que Alfonso Fernández Mañueco tiene "las manos libres" para convocar elecciones, así como el beneplácito de la dirección nacional para hacerlo cuando corresponda. Según ha podido saber El Independiente, Génova y el barón popular han hablado en varias ocasiones sobre la posibilidad de acelerar el calendario electoral en Castilla y León. La última llamada formal en este sentido se produjo cuando el vicepresidente regional, Francisco Igea, amenazó con romper su alianza con el PP después de que éstos apoyasen una proposición del PSOE para tumbar una reforma sanitaria propuesta por Ciudadanos. Un galimatías de la que la coalición salió indemne, pero tocada.

A los muchos alicientes con los que cuenta Alfonso Fernández Mañueco para convocar elecciones en primavera se suman las buenas perspectivas del PP en las encuestas de Castilla y León donde, como en Andalucía, los populares rozan la mayoría absoluta por la absorción del electorado de Ciudadanos. En la dirección nacional ven también con muy buenos ojos la oportunidad de que el barón del PP deje atrás la minoría parlamentaria con la que cuenta ahora mismo y amarre un ejecutivo enteramente popular, aplicando con Vox el modelo de Díaz Ayuso en Madrid: pactar su apoyo desde fuera, sin entrar en el ejecutivo.

Se da la circunstancia de que el congreso regional del PP de Castilla y León se celebrará los días 15 y 16 de enero, un cónclave que debe servir para ratificar a Fernández Mañueco como líder indiscutible del PP en la región y como candidato a la reelección del partido. Ese es el motivo por el que desde el entorno del dirigente no prevén que el presidente autonómico convoque antes de su propio congreso que, en todo caso, podría servir de alfombra roja para dar el paso definitivo hacia las urnas.