La explicación nadie la ha encontrado. La pregunta ha aflorado cada vez que los picos de la pandemia les situaba en los puestos de cabeza de la incidencia. En esta sexta ola lo ha vuelto a hacer. Una vez más, Euskadi y Navarra lideran, por mucho, las tasas de contagio por coronavirus. Mientras en España la incidencia media, pese a ir en aumento, aún está en los 323 casos por cada 100.000 habitantes, en la Comunidad Foral supera el millar de casos -1.036- y en el País Vasco, con 827 casos de media, hay provincias con un repunte aún más desbocado del virus. Es el caso de Gipuzkoa, con una incidencia acumulada que el pasado día 6 alcanzó la cifra más elevada de toda la pandemia: 1.244 casos.  

Pero, ¿por qué Euskadi y Navarra vuelven a ocupar los primeros puestos de casos? Las autoridades sanitarias no aciertan a dar una razón clara, apenas citan indicadores que podrían construir una causa aproximada. Entre ellas, aducen que los hábitos sociales implantados en la sociedad vasca y navarra, donde la movilidad e interacción es mayor que en otras regiones puede ser un factor. También que el ratio de cumplimiento de las medidas de prevención básicas -tras la relajación que trajo el levantamiento del estado de emergencia decretado hace poco más de un mes- es más bajo entre algunos colectivos sociales. El mal uso y ni siquiera ponerse la mascarilla es una práctica que hace semanas que se detectó que iba en aumento y en contra de la cual se vienen reforzando los mensajes.

Otro de los indicadores que en las últimas semanas preocupan es la escasa incidencia que están teniendo las campañas en favor de la vacunación entre los colectivos más reacios a recibirla. Los últimos datos de la consejería de Salud muestran que entre el 17% y 20% de los jóvenes vascos de entre 20 a 39 años no ha completado aún la vacunación. Pese a ello, no es esa la franja de edad de entre los vacunados la que registra una mayor tasa de contagios. En la población con una edad comprendida entre los 40 y los 49 años la incidencia de casos acumulados es ya de 1.028. En sucesivas comparecencias, la titular de Sanidad ha insistido no sólo en la importancia de vacunarse sino en el riesgo que no hacerlo implica. Gotzone Sagardui recuerda todas las semanas que quienes no han recibido la inoculación tienen cinco veces más riesgo de ser hospitalizados en caso infectarse.

La situación ha llevado a las autoridades vascas y navarras a decretar nuevas medidas, como la implantación del certificado Covid como requisito de acceso a determinados lugares. El pasado día 4 el País Vasco, tras recuperar la emergencia sanitaria, estableció que la entrada a locales de ocio nocturno y restaurantes con capacidad para más de 50 comensales exigía presentar el certificado de vacunación. El Ejecutivo vasco y el navarro ya han avanzado que quieren extender este requisito de acceso a otros lugares.

Brotes de contagios hospitalarios

En el caso del Gobierno de Urkullu el Ejecutivo vasco remitió el viernes la petición al Tribunal Superior de Justicia para que le autorice implantar la exigencia de acreditación del ‘pasaporte Covid’ en gimnasios, hospitales, residencias, instalaciones deportivas y en el conjunto de la hostelería. De igual modo, la presidenta de Navarra, María Chivite, ya ha adelantado que la próxima semana podría extender esta medida para autorizar el acceso a residencias de ancianos.

Esta sexta ola de la pandemia ha llevado, en el caso vasco, a tener que activar el segundo nivel del plan de contingencia hospitalaria. La decisión supone de modo paralelo el aplazamiento de intervenciones quirúrgicas no urgentes, así como el aplazamiento de determinadas consultas de pacientes crónicos no urgentes en la Atención Primaria. Pese a que el tensionamiento en el sistema vasco de salud es por ahora asumible, Osakidetza sí ha tenido que comenzar a destinar más camas UCI para el ingreso de pacientes Covid, así como más recursos para las labores de rastreo y detección de casos.

Detener la propagación aún mayor del virus se ha convertido en una urgencia. Esta nueva ola ya ha dado un primer susto dentro de la red de hospitales. El pasado jueves la consejería reconoció la detección de un brote en el Hospital de Basurto, en Bilbao. En el Pabellón Revilla del centro médico cinco pacientes resultaron infectados, lo que ha obligado al cierre de la planta, el cribado de los pacientes ingresados ese día y el cribado de los profesionales de ese pabellón de ingresos. El mismo día, en otro centro hospitalario, en Barakaldo, una veintena de profesionales sanitarios resultó infectado en el área de oftalmología.   

La inquietud a un posible empeoramiento ha llevado incluso a suspender algunos de los eventos más tradicionales y populares como los mercados de Santo Tomas de Bilbao y San Sebastián –que suelen atraer a decenas de miles de personas- y el Parque Infantil de Navidad, instalado en varios pabellones del Bilbao Exhibition Centre.

Reacios a la vacuna

En sucesivas comparecencias, la titular de Sanidad ha insistido no sólo en la importancia de vacunarse sino en el riesgo que no hacerlo implica. Gotzone Sagardui recuerda todas las semanas que quienes no han recibido la inoculación tienen cinco veces más riesgo de ser hospitalizados en caso infectarse.

Ahora el Gobierno vasco quiere acelerar lo máximo posible la vacunación de los niños. El martes de la próxima semana comenzará la adjudicación de citas para vacunar a los menores de entre 11 a 9 años. La tasa de contagios entre los niños de menos de 9 años es ya de 1.441 casos por cada 100.000 habitantes. En la red de centros escolares también son numerosos los centros que han tenido que cerrar aulas, -más de 300-, o que han decidido suspender los festivales de navidad en los que ya trabajaban muchos colegios.

El riesgo de extensión del virus es “muy alto”, recuerdan. El mapa de localidades vascas se pinta ya casi en su totalidad de rojo. Apenas una treintena de municipios de las 251 localidades vascas no rebasan la incidencia acumulada de 150 casos por cada 100.000 habitantes a partir de la cual se estima que se entra en un nivel de riesgo.