Al presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan José Omella, no le han debido sorprender los últimos movimientos del Ejecutivo respecto al gravísimo tema de los casos de abusos y pederastia en la Iglesia o, al menos, no del todo. Una cosa es que desconociera el detalle de las intenciones de Moncloa, activando a la Fiscalía; dando trámite, en un principio, a la comisión de investigación en el Congreso de los Diputados y anunciando su intención de presentar iniciativas parlamentarias, y otra que ignorara que el tema había entrado en la agenda gubernamental.

Y es que el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática, Félix Bolaños, le transmitió el pasado 18 de enero a Omella la preocupación y el malestar del Ejecutivo por este asunto que comenzaba a ocupar las páginas de la prensa con testimonios escalofriantes de algunas de las víctimas. Ambos mantuvieron una reunión preparatoria de la que seis días después se celebraría en la sede de la Conferencia Episcopal con presencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

El PSOE se inclina más por la propuesta del PNV de crear una comisión independiente

De esa cita del 26 de enero el principal asunto que trascendió fue el de la asunción, por parte de la Iglesia, de 1.000 inmatriculaciones de bienes que no les correspondía. Moncloa lo vendió como un gran logro. Nada se supo de si se volvió a suscitar el asunto de la pederastia. Pero ese mismo día los grupos parlamentarios de Unidas Podemos, ERC y Bildu, presentaron una proposición conjunta para crear una comisión de investigación al objeto de "esclarecer las agresiones sexuales en la infancia y adolescencia por parte de miembros de la Iglesia católica".

Los representantes del PSOE en la Mesa del Congreso votaron este martes a favor de remitir la petición de la comisión de investigación a la junta de portavoces para que lo incluya en el pleno, aunque los socialistas no han aclarado cuál será el sentido de su voto entonces.

De hecho, les gusta más la propuesta del PNV, partido muy vinculado al clero vasco, de constituir "una Comisión de expertos independientes que elabore un informe sobre abusos sexuales en la Iglesia del Estado español", según han anunciado los nacionalistas vascos. Son las llamadas "comisiones de la verdad" que han creado países como Reino Unido o Australia.

En otros casos ha sido la propia Iglesia la promotora de investigaciones internas, caso de Holanda, o se ha constituído por iniciativa de los parlamentos nacionales. España e Italia son los dos dos países en los que la Iglesia ha arrastrado más lo pies. Naciones como Irlanda, donde el catolicismo tiene un enorme peso, no sólo religioso, sino político y social, han abordado el execrable abuso de los menores en instituciones de la Iglesia. En españa, la investigación la ha encabezado el diario "El País", que entregó sus conclusiones al papa Francisco y a Omella, que incluyen un total de 251 casos de abusos que no se conocían hasta ahora.

Sánchez recibe este jueves al escritor Alejandro Palomas, víctima de abusos

Moncloa guarda silencio respecto a cuáles pueden ser la iniciativas parlamentarias que estudia. Interrogada al respecto, la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, no adelantó ningún aspecto más allá de afirmar que estudian "con determinación todas las fórmulas posibles para hacerlo de la mejor manera e impedir que esto vuelva a ocurrir. Lo vamos a hacer y lo vamos a hacer bien". Se tratará, añadió, del "mecanismo más adecuado" que permita "esclarecer los hechos y dar cobertura al dolor de las víctimas".

Precisamente este jueves el presidente del Gobierno tiene previsto reunirse con Alejandro Palomas, el escritor que ha hecho un relato escalofriante de su experiencia de cuanto tenía siete años. "¿Ves lo que me haces hacer?’, decía el religioso que me violó”, narró a La Vanguardia.