Jornada histórica en el Congreso de los Diputados. Un error de un diputado del PP ha salvado la reforma laboral del Gobierno en una ajustada votación con sorpresa incluida. Sánchez creía tener amarrados todos los apoyos por una apretada mayoría -176 'síes' a 173 'noes'-, gracias al respaldo de última hora de los cuatro representantes del PDeCAT y los dos de UPN, que manifestaron en la mañana de este jueves que acatarían la disciplina de voto del partido y salvarían el proyecto. Sin embargo, tanto Sergio Sayas como Carlos García Adanero habían decidido en secreto que, finalmente, votarían en contra de las órdenes del partido dirigido por Javier Esparza. Su 'no' sorpresa a la reforma laboral iba a tumbar el proyecto, pero el escaño de Alberto Casero, secretario de Organización del PP, se ha teñido de verde.

El PP denuncia que un "error informático" ha impedido al diputado cumplir la disciplina de voto de su Grupo, y descarta por completo que se trate de una simple equivocación. Alegan además que el error técnico en el sistema de votación telemática fue notificado de forma inmediata a la Mesa del Congreso, pero que la presidenta de la Cámara, Meritxell Batet, se negó a corregirlo.

"Él lo puso en conocimiento de la Mesa del Congreso en cuanto se produjo el error, pero decidieron continuar con la votación", ha señalado la portavoz parlamentaria del PP, Cuca Gamarra. Ante la falta de amparo de la Cámara, siempre según la versión del PP, el diputado, enfermo, ha acudido presencialmente al Congreso de los Diputados para solicitar que se le permitiese votar presencialmente durante una votación que se ha producido al filo de las 18:30 horas de la tarde, pero también se ha rechazado tal solicitud. "No se le ha dejado pasar", ha denunciado Cuca Gamarra.

En estos momentos, Teodoro García Egea mantiene una reunión con Meritxell Batet en el Congreso de los Diputados para abordar la cuestión. Los populares denuncian que se ha producido un incumplimiento flagrante del reglamento. Citan el apartado 4 de la Resolución de la Mesa del Congreso del 21 de mayo de 2012, en el que se establece que "el voto telemático se comprobará telefónicamente con el diputado antes del inicio de la votación presencial en el Pleno".

El apartado sexto de la misma Resolución dictamina que "el diputado que hubiera emitido su voto mediante el procedimiento telemático no podrá emitir su voto presencial sin autorización expresa de la Mesa de la Cámara que, con el supuesto en que decida autorizar el voto presencial, declarará el voto telemático nulo y no emitido". Lo que denuncia el PP, petición a la que se ha unido Vox, es que Meritxell Batet se haya saltado el Reglamento "arrogándose" la decisión de no reunir a la Mesa del Congreso y continuar como si nada con la votación.

Vox ha ido un paso más allá y ha anunciado que pedirá amparo al Tribunal Constitucional. La secretaria general de Vox, Macarena Olona, ha manifestado que su formación agotará todas las instancias, incluida la penal, para demostrar una supuesta "prevaricación" por parte de la presidenta del Congreso de los Diputados. "Yo he votado telemáticamente durante la pandemia, y luego he podido votar presencialmente. Fue un error, pero no se me impidió acceder a la Cámara como ha sucedido como el señor Casero", ha denunciado Macarena Olona.

A juicio tanto de Vox como de PP, lo que ha ocurrido este jueves en el Congreso de los Diputados ha sido un "pucherazo" sin precedentes, en que Meritxell Batet ha decidido no estimar las reclamaciones de los populares a sabiendas de que el baile de un sólo escaño hubiese tumbado la reforma laboral. El proyecto ha salido adelante por 175 votos a favor y 174 en contra. Si la Mesa de la Cámara hubiese estimado la petición del primer partido de la oposición, el Congreso habría tumbado este jueves la reforma laboral de Yolanda Díaz.

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