La empresa comercializadora del software de espionaje Pegasus, famoso ya en nuestro país por haberse utilizado para espiar a los independentistas catalanes y tanto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como a la ministra de Defensa Margarita Robles, según desveló el Gobierno este lunes, tiene clientes en 40 países distintos.

Así lo refleja un informe de transparencia y responsabilidad de la propia compañía israelí NSO Group referenciado por el abogado Gonzalo Boye en la querella que presentó este martes en los Juzgados de Madrid por los 18 ataques a su teléfono móvil que sufrió entre enero y mayo de 2020, según el informe forense del grupo de investigación de la Universidad de Toronto Citizen Lab publicado el pasado 18 de abril, cuyos detalles desveló en primicia la revista The New Yorker.

Los clientes que han solicitado el programa espía son muy diversos, según se recoge la querella de Boye, y su contratación ha dado lugar a usos tanto legítimos como ilegítimos, como se trasladó en la investigación periodística The Pegasus Project, en la que trabajaron más de 80 periodistas de 17 medios de comunicación de 10 países, con la colaboración técnica de
Security Lab de Amnistía Internacional.

"Arma de inteligencia cibernética"

Israel catalogó el programa en 2012 como un "arma de inteligencia cibernética", autorizando su comercialización pero con la condición de que sólo pudieran adquirirla autoridades públicas o agencias estatales autorizadas expresamente por el Ministerio de Defensa israelí. Aunque la compañía lo vendió como un sistema para ayudar a los servicios de inteligencia y fuerzas de seguridad de los Estados a prevenir e investigar el terrorismo y la delincuencia con el fin de salvar vidas, gracias a investigaciones como la respaldada por Amnistía Internacional se supo que con ella se hackearon más de 50.000 números de teléfono móvil, entre ellos el del presidente de la República francesa, Emmanuelle Macron o el del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel.

Boye recoge en su querella otros usos internacionales que se han dado a Pegasus, como para capturar al narcotraficante Joaquín Guzmán Loera, 'El Chapo' en México. En este país, el sistema también se habría utilizado para fines ilegítimos como espiar a periodistas entre 2016 y 2017 o a medio centenar de personas próximas al actual presidente Andrés Manuel López Obrador.

En los Emiratos Árabes se habría espiado a activistas de los derechos humanos a quienes el régimen considera enemigos y, en Arabia Saudí, a activistas feministas y el reportero del Washington Post Jamal Khashoggi, asesinado en 2018 en el consulado del mencionado país en Estambul (Turquía).

Según recoge el abogado de Puigdemont, Torra y otros independentistas investigados por su participación en el proceso independentista catalán de 2017 en el escrito presentado este martes, "en Estados Unidos, y debido a que
'Pegasus' no tenía la capacidad original de ser utilizado en números de teléfonos móviles americanos, se creó un subsistema del software de ciber inteligencia 'Pegasus' denominado 'Phantom', que fue testeado por funcionarios del FBI en Nueva Jersey35. Sin embargo, en noviembre de 2021, la Oficina de Industria y Seguridad dependiente del Departamento de Gobierno de Estados Unidos, añadió a 'N.S.O. GROUP' al listado de 'Malicious Cyber Activities' debido a que existirían sobradas evidencias de que los estados extranjeros habrían utilizado indebidamente el software 'Pegasus' a los fines de espiar ilegalmente a funcionarios públicos, periodistas, empresarios, activistas, académicos y empleados de embajadas".

Los gobiernos de otros países como Panamá, El Salvador, la India, Polonia o Hungría (en estos dos últimos se habría espiado a miembros de la oposición y periodistas, respectivamente), Acerbaiyán, Ruanda o Marruecos, también habrían utilizado el programa espía.

El vecino del norte de África -sobre el que se ciernen las sospechas de que pueda estar detrás del espionaje a Sánchez y Robles puesto que los ataques habrían tenido lugar dos días después del salto masivo de la valla de Ceuta- pudo utilizar el sistema entre 2018 y 2019 para espiar al periodista Omar Radi que había publicado informaciones sobre corrupción de su gobierno.