El Govern de Pere Aragonès ha sufrido este miércoles la primera derrota parlamentaria. El Plan Estadístico de Cataluña es un proyecto de ley menor para el Govern, pero la derrota política de su votación es más que significativa. Los republicanos se han quedado solos apoyando un texto elaborado por el equipo de Jaume Giró al frente de Economía, que en su paso por comisión obtuvo el apoyo de todos los grupos menos Vox.

De hecho, el diputado de Junts Joan Canadell reconoció en el debate que se trataba de una "ley fácilmente votable" pero argumentó que a ERC le "falta la visión de estado" para justificar esta primera derrota infringida a sus ex socios. "De hecho, el president ha incumplido el acuerdo de investidura y nos ha engañado" concluía Canadell.

Junts y la CUP se abstuvieron, permitiendo que se impusiera la mayoría en contra de PSC, Vox, Comunes, Cs y PP. Todos ellos movidos por la voluntad de dejar en evidencia la fragilidad del Govern en el Parlament. Tras la votación, ERC emitió un comunicado lamentando el "tacticismo estéril" de los partidos que habían cambiado el sentido de su voto. Todos menos Vox.

Medida a medida

La teoría, esgrimida por Aragonès, de que su gobierno puede completar el mandato pactando "medida a medida" en el Parlament -puro estilo Cholo Simeone- no ha aguantado ni 24 horas de práctica parlamentaria. Especialmente tras una primera comparecencia ante el Parlament en la que Aragonès fue prácticamente avasallado por el resto de los grupos.

El más "amable" fue el líder de la oposición -y ganador de las últimas elecciones- Salvador Illa, porque fue el único que le ofreció su apoyo para aprobar los próximos presupuestos. Pero lo hizo tras reprocharle el "desgobierno" y definirlo como el "gobierno más débil de la historia" de la Generalitat.

"Claro que hay mayorías" posibles le había advertido la líder de los Comunes, Jéssica Albiach, "pero las mayorías no se decretan, se construyen, se negocian".

En otras palabras, sus posibles socios alternativos a Junts le advirtieron por la mañana de que su apoyo no era gratis. Y por la tarde le dieron una demostración práctica de los costes de gobernar en solitario. Pactar hasta la última modificación legal.

Plan normativo

El Govern aprobó hace exactamente un año su Plan Normativo para la legislatura. Un documento, derivado del Plan de Govern, que incluía 107 medidas normativas a aprobar y otras 114 a tramitar durante la legislatura, entre decretos y anteproyectos de ley. Un plan inasumible ahora, vista la debilidad del ejecutivo catalán.

De hecho, en su primera reunión de trabajo el nuevo ejecutivo nombrado la semana pasada Aragonès encargó a los consejeros revisar con la máxima celeridad ese Plan Normativo. El objetivo, seleccionar los proyectos prioritarios por su impacto social, así como los que están más avanzados y pueden generar más consenso, habida cuenta la falta de apoyos parlamentarios.

Presupuestos en entredicho

La primera prueba real de la capacidad de pacto de ERC serán los presupuestos de la Generalitat. Unas cuentas para las que los republicanos siguen reclamando el apoyo de Junts, aunque nadie cree en esa alianza. Aragonès intenta ganar tiempo antes de abrir la negociación con los socialistas, pero los Comunes ya le han advertido que no se sumarán acríticamente a lo que pacte con el PSC.

La exhibición de fuerza de la oposición es un serio aviso para Aragonès, a costa de un proyecto que había sido aprobado una semana antes en la Comisión de Economía y Hacienda.

La víctima es el séptimo plan de estadística que tramita el Parlament, aprobado sin enmiendas al proyecto en su trámite hasta llegar al pleno. Pretendía convertir el Instituto de Estadística de Cataluña (Idescat) en un nodo de información e investigación científica, atribuía al organismo el diseño de estándares en las operaciones de estadística oficial de Cataluña y permitía a los órganos estadísticos acceder a archivos administrativos y tributarios.