En marzo fue absuelta y en septiembre condenado a 425 años de prisión por un mismo atentado. Entre una y otra sentencia, dos tribunales distintos y la decisión del Tribunal Supremo de repetir un juicio en el que consideró que los jueces omitieron una prueba dactiloscópica "con una argumentación no racional" y que ahora se ha demostrado determinante para el cambio del sentido de la condena impuesta a la que fuera jefe de ETA, Marisol Iparragirre, alias 'Anboto'.

El atentado por el que ahora ha sido condenado ocurrió el 19 de mayo de 1985 en Vitoria, fue un atentado frustrado pero es condenada en grado de tentativa por delitos de asesinato en veinte casos y un delito de estragos. La sentencia concluye que fue 'Anboto la que condujo el vehículo cargado de explosivos que la banda colocó junto al estadio de Mendizorroza en la capital alavesa y con el que ETA pretendía atentar contra unidades de la Policía Nacional que se encontraban junto al estadio.

En marzo del año pasado la Audiencia Nacional le juzgó por estos hechos y dictó una sentencia de absolución al considerar que no quedó probada la participación de Soledad Iparragirre. Una sentencia que incluía un voto particular de uno de los magistrados. Finalmente, el Tribunal Supremo anuló el juicio y ordenó su repetición con otro tribunal. El alto tribunal consideró que en el proceso se había omitido una prueba dactilar de modo "no racional" e injustificada y a la que la Fiscalía había dado un gran peso en su acusación.

En el segundo juicio celebrado el pasado mes de septiembre con otro tribunal, la citada prueba sí ha sido tenida en cuenta y se concluye que 'Anboto' es culpable de tentativa de asesinato contra una veintena de personas y otro delito de tentativa contra agentes de la autoridad y uno de estragos. El coche bomba había sido colocado en las inmediaciones del estadio de Medizorroza antes de un partido de fútbol entre el Alavés y el Lleida. El vehículo no llegó a estallar tras ser localizado y desactivado por una unidad de los TEDAX.

Huellas dactilares

La sentencia señala que 'Anboto' condujo el vehículo cargado de explosivos en su maletero y lo estacionó en el lugar donde solían estacionar los vehículos policiales que operaban los días de partido.

El informe dactilar que no fue tenido en cuenta en el primer juicio es, según la sentencia del nuevo tribunal, una muestra de cinco huellas que fueron archivadas como anónimas y tras ser cotejadas se consideran de modo indubitado cuatro corresponden a Iparragiurre. Los jueces otorgan ahora plena capacidad probatoria al informe: "Existen cuatro huellas de Soledad Iparragirre en el volante del coche que estaba cargado con el explosivo. De esta manera existe prueba directa de que María Soledad Iparragirre estuvo físicamente presente en el interior del vehículo y que agarró el volante con cuatro de sus dedos", señala.

'Anboto', de 61 años de edad, ya cumple prisión por otras condenas a la que se suma la ahora dictada, que podrá ser recurrida. La nueva sentencia ha contado con el testimonio de colaboradores del 'comando Araba' que identificaron a 'Anboto' como miembros del comando de ETA implicado en el atentado. Soledad Iparragirre es una de las jefas de ETA que, junto a Josu Urrutikoetxea, alias 'Josu Ternera', leyó el comunicado de disolución de la banda terrorista en mayo de 2018.