Los populares esperan dar un vuelco al mapa de las elecciones municipales del 28-M para volver a teñir de azul el gobierno de varias capitales de provincia tras la sangría de pérdida de poder municipal que comenzó en 2015 y culminó en 2019, con los únicos logros de recuperar entonces, que no ganar, Madrid y Zaragoza. De las 11 capitales de provincia en las que tienen el bastón de mando, creen posible llegar a las 22 a partir del 28-M, esto es, duplicar su actual poder local en los grandes municipios de España.

En 2019 el PP perdió el gobierno de ocho capitales de provincia viéndose ampliamente superado por el PSOE. Génova salvó Madrid, a pesar del triunfo de Manuela Carmena, gracias a Ciudadanos y a Vox, y también Zaragoza, pero dejaron por el camino un pedazo importante de poder municipal en Andalucía, Castilla y León y Castilla-La Mancha. En Galicia dejaron el contador a cero, además de verse desalojados de la presidencia de la ciudad autónoma de Melilla.

Fue en 2015 cuando el PP perdió la alcaldía de Valencia, en manos desde entonces de Joan Ribó, de Compromís, en coalición con el PSOE. En base a sondeos propios, según los cálculos que hacen en la planta cuarta de la sede de la calle Génova -donde se ubica el equipo de Organización-, la capital valenciana "está al alcance de la mano" con la candidatura de María José Catalá, y esa es la joya de la corona del 28-M.

Menos optimistas son con respecto a Sevilla, que también cedieron en 2015 a favor de Juan Espadas. El sucesor de Espadas, el socialista Antonio Muñoz, tiene muchas posibilidades de revalidar el triunfo de su antecesor, admiten los populares a pesar de tener sondeos favorables. En cambio, creen tener posibilidades en Granada y Jaén. La actual mayoría absoluta de Juan Manuel Moreno puede tirar de los ayuntamientos.

Murcia capital se considera plaza segura

Murcia capital se considera plaza segura para el PP, en la que ganó por 13.000 votos y 6 puntos de ventaja respecto a los socialistas. Ahora en manos del PSOE tras la moción de censura que presentaron con Ciudadanos y el apoyo externo de Podemos, el gobierno municipal "hace aguas", dicen fuentes regionales del PP, que no dudan en afirmar que su candidato, José Ballesta "volverá a ser alcalde". De hecho, algunos sondeos le sitúan al borde de la mayoría absoluta.

La peculiaridad de Castilla-La Mancha es que los populares perdieron el gobierno de varias capitales de provincia por los pactos de Ciudadanos con el PSOE. Por ello, tras la segura desaparición electoral del partido naranja, Génova calcula que no sólo será el partido más votado sino que puede recuperar el poder en varias capitales de provincia.

En 2019 sumaban con Cs y Vox en Guadalajara, pero los naranjas apoyaron al PSOE. Lo mismo hicieron en Albacete y en Ciudad Real, donde se alternaron con los socialistas en la alcaldía. Toledo es, en todo caso, la pieza más cotizada para el PP en la región. El PSOE ganó hace cuatro años por amplísimo margen quedando a uno de la mayoría absoluta. Es quizá la plaza más difícil de reconquistar para los populares.

Las cuatro mayorías absolutas de Feijóo no sirvieron para tener poder municipal en Galicia

En Castilla y León perdieron los gobiernos de Ávila y Burgos, éste último porque Vox no secundó el pacto que alcanzaron PP y Ciudadanos. Además, el PP dejó a Ciudadanos la alcaldía de Palencia, que ahora esperan recuperar como los dos antes citados. En Soria los socialistas sacaron mayoría absoluta, mientras que Valladolid se antoja muy difícil.

Caso paradigmático es el de Galicia. Núñez Feijóo encadenó cuatro mayorías absolutas en el Ejecutivo de la Comunidad, pero el poder municipal se le atragantó. No gobiernan ni una sola de las capitales de provincia de la Comunidad. Sólo lo hacía en Orense en coalición con el controvertido Gonzalo Pérez Jácome, al que hicieron alcalde a pesar de haber quedado tercero en 2019, y esa alianza se rompió el pasado verano. Génova cree que existe alguna posibilidad de recuperar Orense y hacerse también con Lugo.

Tras el salto del alcalde de Badajoz a las filas del PP, -esto es, el ex dirigente de Ciudadanos Ignacio Gragera-, esa es otra plaza que creen asegurada para teñir de azul en territorio del socialista Guillermo Fernández Vara. Génova también cree posible recuperar la ciudad autónoma de Melilla, que gobierna otro ex dirigente de Ciudadanos, Eduardo de Castro. Los populares vuelven a presentar a Juan José Imbroda, presidente melillense durante 19 años. Otro cantar es Ceuta, donde Vox podría sacar el 33 por ciento de voto.

Esa es la única excepción al convencimiento de Génova de poder renovar todo su poder municipal actual para ganarle plazas tanto al PSOE como a la casi extinta Ciudadanos. Otra cosa es que, para ello tenga que tener a Vox de compañera de viaje, mochila con la que se tendrá que presentar Alberto Núñez Feijóo a las elecciones generales de finales de año.