Desde el mes de junio, ante las expectativas de quedar fuera del Parlamento andaluz, Ciudadanos, con Inés Arrimadas aún al timón, ponían como ejemplo a seguir a los liberales alemanes. Incluso, defendían que perder la representación no sería "un desastre". Miraban al FPD, que entre 2013 y 2017 quedaron relegados al extraparlamentarismo por la crecida de los conservadores de Merkel, pero, en la siguiente convocatoria, consiguieron retornar con uno de los mejores resultados de su historia. Ahora, incluso componen el tripartito federal, pero empiezan a volver a sufrir un desgaste. El primer golpe ha sido la salida del estado de Berlín, donde estaban presente desde 2016 y han perdiendo sus doce escaños. A nivel federal, igualmente los liberales se aproximan desde el 11,2% logrado en 2021 a la barrera del cinco porciento que se requiere para obtener representación. En España, Ciudadanos está a unas décimas de los tres puntos necesarios para entrar al Congreso de los Diputados en diciembre. Y en Madrid, su principal feudo local, 1,4 puntos separan a Begoña Villacís de la representación, también limitada al 5%.

La refundación que ha experimentado Ciudadanos en la segunda mitad del año pasado y que ha culminado este mes de enero ha servido para cambiar imagen y organigrama, pero los problemas siguen presentes. Primero a nivel de encuestas. La media de sondeos publicados el mes pasado asignaba un diputado y la posibilidad de integrarse en el Grupo Mixto, pero la horquilla vuelve a ampliarse al cero o al uno. SigmaDos ha publicado recientemente una medición sobre Cantabria, donde los naranjas pierden sus tres representantes y pasan del 7,9% al 1,8%. La misma 'casa', en Asturias, estima a Ciudadanos pasar de cinco (14%) a 0-1 (4,5%). El CEMOP de la Región de Murcia apunta a que los naranjas perderán sus seis escaños (12%) y quedarán fuera de la Asamblea con el 2,5%; y en Baleares, según Data10, la también líder nacional Patricia Guasp, tiene complicado repetir al no preverse representación. En el resto de territorios, no hay mediciones recientes.

En segundo lugar, y ligado a lo anterior, está la dificultad de sellar los problemas internos entre la corriente de Edmundo Bal, asentada en su mayoría en el grupo del Congreso. Éste, pese a no haber sufrido modificaciones estéticas de cara al público, percibe una limitación de competencias desde el conocimiento del escrutinio de primarias del partido. Entre ellas, la imposición del sentido del voto "decidido" en asuntos relevantes como fue el último decreto económico del Gobierno, y la designación del nuevo hombre de confianza de Arrimadas, el diputado Guillermo Díaz, como enlace con la dirección y 'segundo' de la portavoz. Algo que desde Ventas niegan. "Edmundo seguirá dando las ruedas de prensa", ejemplifican. El nuevo capítulo de esa ruptura, es que ese sector crítico se abre a dejar sus actas de diputado si llega una oferta laboral, porque las previsiones electorales "no son buenas".

En tercer lugar, y asociado a la falta de confianza, existe un problema estructural con salidas a goteo en el ámbito local y autonómico, dado que en el nacional partidos como el PP entienden que ya han arrebatado el "talento" necesario; que los principales líderes que quedan están demasiado quemados como para proporcionar incentivos de cara a las urnas. Villacís o la propia Arrimadas, se incluyen en estas valoraciones. Estos tres factores, pueden hacer que se produzcan dimisiones en bloque la noche electoral del 28M o en las jornadas posteriores: en la dirección y en las cámaras de representación.

De momento, la cúpula del partido admite que puede perder músculo de representación -cuenta con 2.500 concejales, 178 alcaldes y 59 diputados autonómicos sin contar los seis de Cataluña, que no concurre- pero considera que, con todo, pueden llegar a ser determinante en muchos enclaves. Por ello, Ciudadanos está enfocándose en la puesta a punto de sus candidaturas. Este sábado las presenta -autonómicas y de Madrid y Barcelona- en el Centro Cultural Fernando de los Ríos, en el distrito madrileño de La Latina. El balance que se hace es de 300 candidatos a las municipales y once a las autonómicas, con el puesto aún vacante en Aragón, donde se temen injerencias por parte del PP. Y es que no se han convocado primarias aún porque se teme que la corriente crítica Somos Ciudadanos -algunos integrante estaban en la lista de potenciales fichajes de Fran Hervías y Teodoro García-Egea-, que impera en la región, las amañe para patrocinar a un candidato favorable a la integración en el grupo de Jorge Azcón. Nadie se ha presentado aún, y no se descarta que el Comité Permanente, haciendo uso de sus competencias estatutarias, designe directamente al cabeza de lista como ha hecho en Zaragoza con el abogado José Ramón González.

Rebeliones municipales y transfuguismo al PP

La fuga de cargos electos de Ciudadanos hacia el PP viene dándose desde la declive electoral en las últimas generales, que precipitaron la salida del líder fundador Albert Rivera. Poco a poco. Hace dos mes meses, los populares asentaron un golpe importante a los naranjas con el fichaje del alcalde de Badajoz, Ignacio Gragera, de manera inminente y con el partido a punto de cerrar la renovación de las siglas. A él le ha seguido, aunque no a las filas de Génova, José Alberto Campos, su edil más votado en la Comunidad de Madrid en Paracuellos del Jarama a finales de enero. Éste, ha pasado a integrar la candidatura de la plataforma-partido liberal y moderado Contigo, impulsada por excargos de Ciudadanos. Villacís, hace unas semanas, apuntaba que el modelo para seguir influenciando medidas liberales era ese: "sacrificar las siglas".

Un mal resultado en las elecciones municipales y autonómicas puede provocar una oleada de dimisiones en la propia noche electoral: en la dirección nacional, a nivel regional y municipal, y en el grupo parlamentario.

Próximamente, se prevé que la vicealcaldesa de Zaragoza, y quien fuera candidata el pasado 26M a liderar el consistorio maño, Sara Fernández -que integra Somos Ciudadanos- pase a formar parte de las listas de Azcón. Ya ha hecho oficial que no repetirá con su hasta ahora partido. Pero, esta última semana, el foco ha estado puesto en la comunidad de Castilla y León y en la de Madrid. A las ya dimisiones del excandidato y primer teniente de alcalde de San Fernando de Henares, Alberto Hontecillas, y de la portavoz municipal de Arganda, Cristina Miguel, se suma ahora el cisma en Collado Villalba. Allí, la totalidad del grupo municipal ha dejado sus puestos y ha roto la coalición de gobierno con el PP, perdiendo así más puestos de poder. El motivo, han sido las acusaciones de presunta prevaricación y de tráfico de influencias de la alcaldesa del PP vertidas sobre el ya ex primer teniente de alcalde a la hora de cubrir una plaza de técnico en el Ayuntamiento.

Al rechazo de abandonar las actas municipales de Gragera o de Campos, se han unido a mediados de esta semana el ya exlíder y anterior cabeza de lista -como independiente- por Valladolid, Martín Fernández Antolín. No repetirá, pese al ofrecimiento del partido, y se configura como no adscrito, porque considera que el partido se ha convertido en una "sucursal de políticas conservadoras". En la provincia de Zamora, no obstante, se ha producido uno de los casos más duros para la entidad liberal. Francisco José Requejo, actual presidente de la diputación, ha dejado el partido pero continuará sus funciones administrativas. Lo hace porque planteó a Ciudadanos concurrir conjuntamente dentro de la plataforma Zamora Sí, pero Ventas lo rechazó. Las alianzas y la renuncia a la marca son una línea roja que solo aceptarán en puntos geográficos muy concretos y por estrategia.

En el ámbito autonómico, el PP ha fichado a dos exmilitantes de Ciudadanos. La semana pasada, el candidato a la Generalitat Valenciana Carlos Mazón anunció la incorporación a su equipo económico de la ex síndica en el parlamento Ruth Merino, que días antes había renunciado entre lágrimas al acta de diputada regional. Ha sido otra adhesión más tras las de diciembre: el alcalde de Ciudadanos en la localidad alicantina de Granja de Rocamora o el concejal de San Vicent del Raspeig Pachi Pascual.

Por su parte, después de salir en 2021 de la marca liberal y haber estado ocupando el Grupo Mixto del Senado sin afiliación, Ruth Goñi ha firmado por las siglas en Navarra del PP, el tercer fichaje polémico tras la incorporación de Carlos García Adanero y Sergio Sayas, procedentes de la UPN. Se desconoce si concurrirá en las listas, ya que por el momento seguirá en la cámara alta.