Ciudadanos se resiste a dar la batalla electoral por perdida en Andalucía y, sobre todo, en el ámbito nacional una vez los comicios regionales dibujen un nuevo plano político. Saben que la situación no es la más favorable para las listas y la candidatura de Juan Marín, ya que, con suerte, conseguirán entre cero y dos parlamentarios, como le atribuyen los últimos sondeos, frente a los 21 que les permitieron ejercer la vicepresidencia de la Junta y cinco consejerías dentro del primer gobierno de coalición naranja con el PP. No obstante, confían en que el proyecto seguirá vigente una vez concluyan las legislaturas municipales, autonómicas y estatal y el ciclo político quede renovado el próximo año hasta 2027.
Ante "un contexto cada vez más polarizado", señalan fuentes de Cs, el reto "es defender un espacio liberal" que permanezca impermeable a la confrontación y la radicalidad. Rechazan que el hecho de que se produzca un descenso considerable de representación vaya a conllevar la disolución de las siglas: "parece que si bajamos de 21 a un escaño en el Parlamento de Andalucía ya es un desastre".
En Cs confían en que, si la próxima oleada de comicios rebaja su peso porcentual o los sitúa en una posición extraparlamentaria, las siglas continuarán vigentes a la espera de una nueva oportunidad en convocatorias posteriores. Lo ejemplifican con dos casos: uno dentro de la península ibérica y otro en el norte de Europa. En primer lugar, con el portugués, donde el partido Iniciativa Liberal (IL) concentra al 4,91 porciento del electorado -Cs un 6,68 porciento- y ocho diputados de los 230 que componen la Asamblea Nacional. Pese a no tener un papel notable entre la hegemonía de Antonio Costa y el Partido Socialista (PS) o la derecha moderada del Partido Social Demócrata (PSD), han encontrado y mejorado su nicho electoral.
En segundo lugar, con el caso alemán. El Partido Democrático Libre (FDP), ahora dentro del gobierno 'semáforo' de coalición con socialdemócratas y verdes. En 2013, "los liberales se quedaron fuera del Bundestag, y ahora están de nuevo dentro", advierten desde Cs. "Aguantaron en varios puntos del territorio, tuvieron líderes reconocidos y, a partir de ahí volvieron" a entrar, añaden.
El reto es defender un espacio liberal; parece que si bajamos de 21 a un escaño ya es un desastre
El partido dirigido por Inés Arrimadas considera que la coyuntura tan cambiante que predomina en la actualidad política, puede permitir la reconstrucción el espacio ideológico en cualquier momento siempre que se den los elementos clave. Lo ejemplifican con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su retorno al PSOE y a la secretaría general socialista tras las primarias de 2017. "Estaba fuera del partido, con su coche, y mira dónde está", detallan en Cs refiriéndose a La Moncloa. Lo que no entienden, dicen voces de la formación, es que en España se haya "dado por hecho que el partido liberal deba tener 57 escaños", un resultado, el mejor de los naranjas logrado en abril de 2019 antes de la repetición electoral tras no alcanzarse un acuerdo y supuso la salida de Albert Rivera y una notable parte de la cúpula como el secretario general José Manuel Villegas o el exportavoz parlamentario Juan Carlos Girauta. Sobre todo, cuando en el contexto mediterráneo nadie de sus partidos hermanos gozan de gran representación. Al margen de Portugal, en Italia o Grecia cuentan con nula representación.
En Ventas, donde Cs mantiene la sede nacional, entienden que no se está tratando de la misma manera a otros grupos como pueden ser Unidas Podemos o Vox. Afirman que mientras que los morados lograron la misma representación que ellos, con Francisco Igea como único procurador, en Castilla y León; o que los de Santiago Abascal obtuvieron un solo cargo en las Cortes castellanos y leonesa en mayo de 2019 después de irrumpir en la cámara baja, se mire exclusivamente hacia el centro. "Con ellos, parece que no hay problema, que no pasa nada", expresan.
Villacís continuará en las listas
Desde el seno del grupo liberal, también garantizan la continuidad de la actual vicealcaldesa Begoña Villacís para concurrir como candidata a dirigir el consistorio madrileño el próximo año, en mayo. Todo, pese a los supuestos intentos por parte del Partido Popular para intentar ficharla e incorporarla en la nueva lista de José Luis Martínez-Almeida para consolidar su continuidad. Un objetivo que ahondaría en el intento de absorción que los populares quieren emprender. El ofrecimiento en la Comunidad Valenciana para concurrir en listas conjuntas es parte de ese proceso.
El Grupo municipal de Cs tampoco apoyará una moción de censura contra Martínez-Almeida -junto a Más Madrid y el PSOE- para alcanzar y ejercer, al menos, durante un año, la alcaldía, pese a ser la tercera fuerza, por detrás del PP o el partido dirigido dentro del Palacio de Cibeles por Rita Maestre. En la formación no consideran adecuado optar por esta vía para penalizar el caso de las mascarillas por el que los empresarios Alberto Luceño y Luis Medina consiguieron una comisión de 5,6 millones de euros. Principalmente, porque antes pedirían dimisiones concretas al PP y porque tumbar el Gobierno, llevaría a una sangría masiva de voto hacia la derecha evitable.
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