La reforma de la ley del solo sí es sí saldrá adelante, salvo sorpresas, de la mano del PP, pese a la férrea oposición de Podemos y del Ministerio de Igualdad. El PSOE no dará en ningún caso marcha atrás e incluso tiene decidido aceptar algunas de las enmiendas "técnicas" planteadas por los conservadores. Enmiendas que, de hecho, ya están negociando con ellos, tal y como confirman fuentes de la cúpula del partido. Los socialistas, advierten, solo asumirán aquellos cambios que no desborden el objeto de la reforma ni alteren el sentido de su propuesta.

Esta es una semana clave en la tramitación de la proposición de ley del PSOE. El lunes pasará por ponencia y el martes, por la Comisión de Justicia del Congreso. El jueves, el pleno aprobará previsiblemente el dictamen y lo remitirá al Senado, que dará su visto bueno final, en caso de que no haya más modificaciones, el miércoles 26 de abril.

Los socialistas creen que la polémica está "amortizada" y que lo importante es que la reforma salga, y no si ve la luz sin el apoyo de Podemos y los socios

Los socialistas han apretado el acelerador en el último tramo, aunque eso no les ha hecho ahorrarse las críticas de la oposición por la tardanza en lanzar la reforma, demora que también reconocen en privado incluso miembros del ala mayoritaria del Gobierno. Los tribunales, según el balance facilitado por el Consejo General del Poder Judicial esta semana, con los datos recabados hasta el 31 de marzo, han acordado 978 rebajas de penas de agresores sexuales, reducciones que han supuesto al menos 104 excarcelaciones. Es decir, que el 32% de las condenas revisadas en España han comportado una bajada de la pena del reo. El presidente, Pedro Sánchez, pedía este domingo por primera vez, en una entrevista publicada en los diarios del grupo Vocento, "perdón" a las víctimas por los "efectos indeseados" de la ley del sí es sí, a los que se va a poner "una solución".

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El plazo para presentar las enmiendas concluyó el lunes pasado y el PP registró 14. También registraron las suyas Podemos, ERC y Bildu, pero con una filosofía divergente a la del PSOE, ya que planteaban introducir la violencia y la intimidación como mero agravante. Ferraz ya anticipó que rechazaría esas enmiendas, porque no garantizan la elevación de penas para los casos más graves. La fórmula que plantea Justicia, y de la que el partido no se ha movido, es la de introducir un subtipo agravado, para que se castiguen automáticamente con más dureza las agresiones sexuales en las que haya concurrido violencia, intimidación o anulación de la voluntad de la víctima, y recupera las mismas condenas que había antes del sí es sí. Para Igualdad, este camino es inaceptable porque supone regresar "al Código Penal de La Manada", ya que se retorna, aduce, al esquema en el que la violencia vuelve a estar en el centro. Razonamiento que comparten los independentistas vascos y catalanes.

Según la última actualización del CGPJ, son cerca de un millar las rebajas de pena y más de un centenar las excarcelaciones

El PP, sin embargo, respeta la arquitectura de la proposición de ley socialista. Cree también que la fórmula del subtipo agravado es la idónea. Pero plantea enmiendas que considera "técnicas" y que corrigen "lagunas". La Moncloa en un primer momento no era partidaria de negociar "nada" con los populares, e incluso les retaba a no apoyar la reforma, porque les permitiría endosarles la culpa de que el sí es sí se mantuviera intacto en plena recta final hacia las elecciones. Pero Justicia, mientras, estudiaba la viabilidad de los cambios sugeridos por el PP, y ya estimaba que algunos eran "asumibles", como adelantó este periódico, y Génova, a su vez, advertía de que no participaría en "parches". Es decir, que avisaba el partido de Alberto Núñez Feijóo que Ferraz no podía dar por descontados sus votos afirmativos. El del PP es imprescindible para que el texto salga adelante, ya que se trata de una ley orgánica, que requiere de mayoría absoluta.

Riesgo de revisión a la baja

La cúpula socialista, bajo la tutela directa de la vicesecretaria general y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha decidido finalmente negociar con el PP. Así, ha trasladado a la dirección que aceptará sus enmiendas puramente "técnicas", y no las que tocan otros temas, y mucho menos las que modifican la exposición de motivos de la ley para cargar contra el sí es sí, tal y como confirmaron fuentes del Grupo Socialista a este diario. Así, se aceptarán únicamente las enmiendas que corrigen la numeración errónea en la ley o que reordenan las rúbricas de la norma.

Se rechazará, por ejemplo, que se reintroduzca la agresión sexual por engaño entre los menores de 16 a 18 años, porque si hay engaño, arguyen, no hay consentimiento

Los ponentes socialistas de la reforma —Paco Aranda, Andrea Fernández y Laura Berja— están en contacto con la diputada popular Marta González y le han expresado, por ejemplo, que no aceptarán que se reintroduzca la agresión sexual por engaño o abuso de confianza o autoridad para los menores de 18 años y mayores de 16, porque entienden que si hay engaño entonces es que no hay consentimiento, que es el paradigma que vertebra el sí es sí. Además, el PP plantea para estos casos una pena de uno a tres años, menor a la del tipo básico que figura en el sí es sí (uno a cuatro años), por lo que se correría el riesgo de que por esa grieta se colara una nueva revisión a la baja de condenas, un efecto que sería insoportable tras meses de goteo de reducciones de pena y excarcelaciones de agresores sexuales.

Tampoco comparte el PSOE que, como quiere el PP, en el subtipo agravado no se contemplen los casos de anulación de la voluntad de la víctima, porque defiende que cuando hay sumisión química es lógico imponer castigos más severos. Los socialistas finalmente rechazarán también que se reintroduzca la responsabilidad de la persona jurídica cuando hay trato degradante. Sí creen que es razonable reincorporar este supuesto, pero "en otro momento" y en otra norma, no en esta proposición de ley, cuyo objetivo, recuerdan, es únicamente evitar que de cara al futuro se impongan penas bajas a los casos de agresión sexual más graves.

El PP comparte con el PSOE la arquitectura de la reforma, que introduce la violencia y la intimidación como un subtipo agravado

Ferraz defiende, pues, que esta es una reforma quirúrgica y mínima del sí es sí. Y nada más. Por eso mismo tampoco acaba de ver la dirección la necesidad de "corregir la destipificación" de la distribución o difusión pública a través de Internet, del teléfono o de cualquier otra tecnología contenidos destinados a promover o incitar la comisión de los delitos de agresión sexual cuando se trate de menores de 16 años.

En el círculo de Sánchez están convencidos de que la polémica del sí es sí está "amortizada", y por tanto no temen ni la respuesta airada de Podemos ni las previsibles críticas que les lance el jueves la titular de Igualdad, Irene Montero. De ahí que defiendan que no hay problema en entenderse con el PP, porque los ciudadanos lo que quieren, remachan, es que se solucione el agujero de la ley, y no con quién se saca adelante.