La invitación para viajar de nuevo a Marruecos se la extendió el rey Mohamed VI a Pedro Sánchez en febrero. Pero es abril y todavía no hay fecha para una nueva visita oficial del presidente del Gobierno a Rabat. Ni se espera. "No es inminente", aseguran fuentes de la Moncloa. Tampoco parece previsible que se pueda agendar ese encuentro antes de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, en las que Sánchez se volcará por completo, multiplicando su presencia por todo el país.

El ofrecimiento de ese viaje surgió a raíz de la Reunión de Alto Nivel (RAN) que los dos países celebraron a principios de febrero en Rabat. Aquella cita, a la que el Gobierno confirió una importancia estratégica, suponía el cierre definitivo de la crisis diplomática desencadenada a finales de 2020 y que tuvo su punto álgido con la ola migratoria en Ceuta en mayo de 2021. Sánchez sacrificó a la ministra Arancha González Laya, la reemplazó por José Manuel Albares y a partir de ahí comenzó un arduo trabajo de reconducción de las relaciones bilaterales.

El rey alauí no despachó con Sánchez en febrero porque seguía en su retiro vacacional de Pointe-Denis, en Gabón

En marzo de 2022, la Moncloa, sin consenso con Unidas Podemos y con los socios y a espaldas del Parlamento, decidió girar la posición histórica española hacia el Sáhara occidental, dando cobertura al plan autonomista de Rabat. Ese cambio hizo posible un primer encuentro entre el presidente y el rey alauí, el 7 de abril de 2022 —ahí se inició la nueva etapa del partenariado entre España y Marruecos—, y la convocatoria de la RAN en febrero de 2023. Una cumbre del máximo nivel que llevaba casi ocho años sin celebrarse, desde junio de 2015. El 1 de febrero, la víspera de la RAN, el presidente y Mohamed VI mantuvieron una conversación telefónica de media hora, desvelada a través de sendos comunicados del Gobierno español y de la Casa Real marroquí. En ella, el jefe del Ejecutivo aceptó "con gusto" la "amable invitación" que le trasladó el monarca alauí para realizar "próximamente una visita oficial" a Rabat.

Mohamed VI no acudió a la XII RAN en Rabat porque se encontraba fuera de su país, en el retiro vacacional de Pointe-Denis, en Gabón. Para el PP, aquel plante era una "humillación" hacia el país, pese a que el Gobierno cede "todo". El ministro de Exteriores respondió entonces que son los populares los que ningunean las relaciones claves con Marruecos con sus declaraciones, propias de "un partido que no conoce lo que son las políticas de Estado". El rey sí despachó con José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy en las dos anteriores cumbres celebradas en Marruecos, en 2007, la VIII, y en 2012, la X. Pero no fue así en la XI, en Madrid, en 2015.

El Ejecutivo explicó que sabía desde hacía días que el rey no estaría en Rabat y que por tanto no iba a poder encontrarse con Sánchez, por lo que quedaron días atrás en mantener la conversación telefónica que finalmente tuvo lugar. Es más, desde el Gobierno dieron más importancia a esa charla que a una reunión que habría sido protocolaria y sin más contenido. La RAN, recordaban, es una cumbre entre los dos gobiernos, por lo que la ausencia de Mohamed VI no suponía ninguna merma, ya que de hecho se firmaron una veintena de acuerdos, reflejo de la importancia de la cita, a la que acudieron 11 ministros por la parte española, ninguno de Unidas Podemos.

Desautorización a Yolanda Díaz

La invitación sigue sin fecha dos meses después, según reconocían este martes fuentes de la Moncloa. "No está identificado el viaje como algo inminente", señalaban en el círculo del jefe del Ejecutivo. La prioridad para Sánchez es la campaña del 28-M y la acción del Gobierno, intensa, subrayan, y centrada en los problemas de los ciudadanos, como la política de vivienda, terreno en el que avanzó el Consejo de Ministros de este 18 de abril, al aprobar la movilización de 50.000 viviendas de la Sareb (el banco malo) para alquiler asequible.

La relación con Marruecos ha vuelto a penetrar en el debate público después de que Yolanda Díaz asegurara en una entrevista en Lo de Évole (La Sexta), el domingo pasado, que el reino alauí es "una dictadura" y que si fuera presidenta revertiría el giro emprendido en la política sobre el Sáhara.

La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, enmarcó las palabras de Díaz en declaraciones en el "ámbito personal", porque la posición del Gobierno, sostuvo, es la que quedó fijada en la declaración conjunta del 7 de abril del año pasado y en la RAN del 2 de febrero, donde se alcanzaron "acuerdos muy importantes", que abarcan distintos aspectos de los lazos con el país vecino, con el que España va a seguir trabajando "bajo los principios de colaboración y respeto mutuo". La ministra subrayó que, en diplomacia, "la responsabilidad es muy importante".

Rodríguez reitera que la posición del Gobierno es la fijada en la declaración del 7 de abril de 2022 y en la RAN de febrero

Rodríguez sí que rehusó valorar si es correcta la estrategia de la vicepresidenta segunda de lanzar ataques a Podemos o si ello puede dificultar la unidad a la izquierda del PSOE que la Moncloa y Ferraz anhelan, aunque sean conscientes de que cada vez es más complicada, y desde luego imposible antes del 28-M. No obstante, la portavoz reconoció que estamos en "la antesala de unas elecciones municipales y autonómicas, donde las distintas formaciones políticas están haciendo su trabajo" y donde el Ejecutivo, recordó, "está muy centrado en estas comparecencias donde damos cuenta del trabajo en lo que son las principales preocupaciones de la ciudadanía".