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PNV, PP y PSE, la triple alianza llamada a entenderse para frenar la expansión de Bildu

El acuerdo entre socialistas y nacionalistas vascos ya no será suficiente y requerirá del PP para evitar que la coalición de la izquierda abertzale ocupe importante instituciones.

El presidente del PP vasco, Carlos Iturgaiz se dirige a un colegio electoral en Getxo (Bizkaia) este domingo. M.TOÑA. EFE

El laberinto de combinaciones siempre obliga a dejar pelos en la gatera. Hasta ahora el PNV los había asumido como un coste menor que apenas suponía un coste reseñable a su poder institucional. Pero el rastro que deja el 28-M ha sido más duro del que esperaba. Los 83.500 votos perdidos por la formación que lidera Andoni Ortuzar en Euskadi y Navarra no sólo suponen un revés imprevisto para Sabin Etxea sino, sobre todo, oxígeno para su rival inmediato, el aspirante a ser su alternativa: EH Bildu. La izquierda abertzale logró el domingo mejorar en 18.500 votos su resultado respecto a 2019. En realidad, fue casi en su totalidad fruto de capitalizar la caída de Podemos (26.000 votos menos) más que la absorción del voto desmotivado del simpatizante del PNV.

En apenas unas horas, el revés severo se agravó aún más con la inesperada convocatoria de elecciones generales anticipadas hecha ayer por el presidente Pedro Sánchez. El reto pasa ahora por saber labrar alianzas suficientes para rebajar lo máximo posible el rédito en forma de poder institucional de Bildu. Un objetivo que supondrá abrir una nueva entente con su oposición en Madrid, el PP, y sus aliados en el Congreso, el PSOE. La batalla para frenar la expansión de Bildu ordenada por las urnas requerirá el entendimiento entre el PP, el PSE y el PNV.

De algún modo, se convertirá también en una oportunidad para preparar el camino para lo que pueda ocurrir tras el 23 de Julio. La sintonía entre el PNV y los socialistas está bien engrasada, no en vano han gobernado en coalición en las principales instituciones vascas y seguirán haciéndolo, con toda probabilidad, en todas aquellas en los que los números lo permitan. Sin embargo, la fotografía postelectoral de 2023 no es la de 2019 y la pérdida de concejales en muchos lugares –el PSE ha pedido 21.361 votos- obligará a abrir una nueva ventana para buscar el apoyo del PP, una formación que por primera vez en muchos años tendrá la llave de gobiernos de importantes instituciones en Euskadi.

Esta situación obligará a reavivar el casi inexistente diálogo entre populares y nacionalistas vascos y hacer de la necesidad virtud que podría ser necesaria si tras el 28-J se produce un cambio en La Moncloa.

La 'llave' del PP en Gipuzkoa

Es el caso de la Diputación de Gipuzkoa, el principal objeto de deseo de Arnaldo Otegi tras el 28-M. La coalición de la izquierda abertzale se impuso con claridad, con 22 representantes en la cámara foral frente a los 17 del PNV, que perdió tres asientos en las Juntas Generales guipuzcoanas que ahora gobierna con el PSE. El pulso que la candidata de Bildu, Maddalen Iriarte, y la del PNV, Eider Mendoza, ya han comenzado a librar dependerá en realidad del PP. Serán los populares, con tres junteros, quienes decantarán la balanza hacia el PNV o Bildu, siempre que a su vez PNV y PSE reediten la coalición que ahora mantienen.

El presidente del PP ya ha avanzado que cederán sus votos “sin precio alguno” allí donde sean esenciales para desalojar o evitar que EH Bildu tomen el control de la institución. Por el contrario, EH Bildu ha llamado a otras formaciones a cerrar acuerdos, pero ha advertido de que en cualquier caso será para mantener ellos el control del acuerdo. Una alianza que con Elkarrekin Podemos parece más factible y que con el PSE se antoja más complicada pero sin descartar entendimientos puntuales.

La segunda gran plaza que requerirá un acuerdo a tres entre PNV, PSE y el PP para evitar la expansión institucional de EH Bildu es Vitoria. En la capital alavesa se auguraba un resultado muy reñido y así ha sido. El PNV, que gobierna ahora Vitoria, ha visto como su candidata, Beatriz Artolazabal no podía impedir que el PNV cayera hasta la cuarta posición. Bildu se impuso el domingo con claridad, con 7 concejales, por delante del PSE, con seis ediles, los mismos que el PP y el PNV. Para evitar que la izquierda abertzale alcance la alcaldía de la capital alavesa el PSE tendrá que contar con el apoyo del PNV y del PP. De lograrlo, los socialistas regresarían al gobierno de la capital alavesa doce años después.

Durango, Labastida y Laguardia

El juego de apoyos cruzados entre populares, jeltzales y socialistas para frenar a Bildu también habrá que activarlo en municipios como Getxo. La localidad vizcaína es otro de los puntos en los que el PNV ha recibido el castigo de su electorado que se ha traducido en la perdida de dos concejales. Pese a ganar las elecciones con 9 concejales, la suma con los 3 del PSE no le permite alcanzar la mayoría necesaria y dependería de los dos ediles del PP.

En otra importante localidad vizcaína, Durango, donde reside el lehendakari Urkullu, Bildu se impuso al lograr 9 concejales, dos más que hasta ahora. Un posible entendimiento con el grupo independiente del municipio requeriría que el único concejal del PP se aliara con el PNV y el PSE para impedir un alcalde de la coalición. Un apoyo que Carlos García, el edil del PP, ya ha avanzado que cederá.

Estas cesiones el PP confía que supongan un respeto a los resultados en los municipios en los que ellos han logrado ser la primera fuerza y que la pasada legislatura le fueron arrebatadas por acuerdos entre PNV y EH Bildu. Es el caso delas localidades alavesas de Labastida y Laguardia, donde ahora el PP se ha impuesto el PNV, que ha sido la segunda fuerza y la izquierda abertzale la tercera.

En Navarra el entendimiento entre el PSN y UPN también podría frenar la expansión institucional de Bildu. En localidades como Pamplona, Estella o Barañain los socialistas deberán decidir si permiten que la coalición abertzale se hace con la alcaldía o por el contrario facilita que la lista más votada, en este caso la de Unión del Pueblo Navarro (UPN), se haga con las alcaldías. El presidente de UPN, Javier Esparza, reclamó ayer a Pedro Sánchez que clarifique antes del 23 de julio, día para el que están ya convocadas las elecciones generales, si permitirá el entendimiento en Navarra entre el PSN y EH Bildu o por el contrario se opondrá a él.

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