La Ertzaintza ha asegurado que el grupo crítico de la izquierda abertzale, Jarki, podría estar detrás del intento de boicot contra el Tour que la policía autonómica pudo evitar horas antes del paso de la carrera. Según ha explicado hoy el consejero del Interior, Josu Erkoreka, los servicios de información de la policía lograron detectar el intento de un grupo de personas en el Alto de Morga para parar la carrera en señal de protesta. Erkoreka ha asegurado que durante la primera etapa del Tour que partió de Bilbao el pasado 1 de julio, la Ertzaintza detectó un grupo de hasta 19 personas que portaban cadenas y elementos para encadenarse entre si y con los que pretendían parar la carrera. Los hechos ocurrieron en torno a las 13.30 horas, antes de la llegada de la carrera.

Erkoreka ha detallado que se identificó a 11 personas. Además de los elementos para encadenarse, portaban una pancarta con el lema "Euskal Herria Askatu" (Liberad Euskal Herria) que aspiraban a mostrar. Erkoreka ha apuntado que se enfrentan a una denuncia por presuntos delitos de coacciones, contra la seguridad vial y por desórdenes públicos. El grupo Jarki emitió el pasado día 225 un manifiesto posicionándose en contra de la carrera.

Este grupo, que forma parte de los movimientos críticos con la izquierda abertzale que lidera EH Bildu, consideraba que el paso del Tour de Francia por carreteras vascas era una muestra de la "dominación" de los estados español y francés sobre Euskal Herria, cuya existencia "quieren negar". Aseguraba que los intentos por promover una mera "turistificación" del País Vasco estaban orientados a negar la identidad y el derecho soberano del pueblo vasco y al mismo tiempo a "llenar los bolsillos de la burguesía" vasca y la que está detrás de la carrera. Aseguran que para ese fin propio de un estado capitalista "los perros han tomado las calles" para proteger esos intereses con una dinámica propia de una "ocupación militar".

"Bajas súbitas" en la Ertzaintza

Respecto al otro incidente relevante del paso del Tour por Euskadi, la aparición de chinchetas en algunos tramos de la carrera en la segunda y tercera etapa, Erkoreka ha asegurado que continúa la investigación para esclarecer la autoría y si existe alguna relación con el intento de sabotaje anterior o se trata de incidencias independientes.

El consejero de Seguridad ha asegurado que estos dos fueron los incidentes más significativos de todo el amplio dispositivo de seguridad que se tuvo que desplegar para el normal desarrollo de la prueba. Se ha felicitado del "éxito" del operativo y del buen desarrollo de la prueba, de la que la organización del Tour les habría felicitado.

Respecto a las numerosas bajas que se registraron en algunas unidades de la Ertzaintza, que se encuentra enfrentada al Ejecutivo en protesta por la renovación de su convenio, Erkoreka ha avanzado que se han abierto diligencias en Asuntos Internos para conocer las circunstancias de las "ausencias súbitas" disparadas durante esos días en algunas unidades del Cuerpo. La unidad sindical había advertido en vísperas del Tour que sin acuerdo previo no respaldarían el operativo. Finalmente, el traslado de agentes de otras unidades y de alumnos de la Academia de la Ertzaintza en Arkaute ha permitido cubrir las bajas laborales, que Erkoreka no ha cuantificado.

Según los primeros datos, la primera de las etapas que partió de Bilbao congregó en las calles y carreteras a 364.000 personas y a otras 294.000 durante la segunda etapa entre Vitoria y San Sebastián. Por ahora no se conocen los datos de la tercera etapa.