Le apodan el "Broncano" aragonés pero él, en realidad, aspira a que el Congreso de los Diputados se reconcilie con el legado de José Antonio Labordeta a partir del próximo lunes. Jorge Pueyo (Fonz, Huesca, 1995) lidera la candidatura de Sumar por Zaragoza. Procedente de las filas de Chunta Aragonesista, el joven se ha forjado un nombre en los confines de la comunidad autónoma desde las pantallas, como reportero de Charrín Charrán, el primer programa en aragonés de la televisión regional y ahora en A escampar la boira, un late night en aragonés.

En su incursión política, Pueyo, abogado de profesión, reivindica principalmente su papel de divulgador de la lengua aragonesa, impulsado por las redes sociales. "Tengo un recorrido últimamente como divulgador cultural aragonés. He participado desde que era un crío en movimientos asociativos y en Chunta Aragonesista", desliza, enamorado del idioma que aprendió en casa. "El aragonés es una suerte de esperanto ibérico. Se encuentra en un punto intermedio entre el asturiano, el catalán y con mucha similitud con el valenciano. Tiene algunas palabras que son igual que el euskera. Y se entiende fácilmente", detalla en una entrevista a El Independiente.

Pregunta.- A la defensa de la lengua aragonesa mereces tu fama. ¿Cuál es la situación de la lengua?
Respuesta.- Veníamos de una historia reciente muy mala en cuanto a la divulgación de la lengua aragonesa, porque se habló en todo Aragón y que poco a poco fue retrocediendo hacia la provincia de Huesca y en concreto a los valles de los Pirineos, donde sí que se conserva. A día de hoy somos entre 10.000 y 15.000 hablantes. Somos más que el aranés, pero estamos más desperdigados y no tenemos la altura de la lengua oficial. Simplemente se reconoce como lengua propia en el estatuto, pero depende mucho de las políticas que lleven a cabo los gobiernos para que la propia lengua tenga derechos reales. En estos últimos cuatro o cinco años está habiendo un movimiento juvenil muy potente, sobre todo en la provincia de Huesca, que reivindica la cultura propia, el aragonés, las montañas o los paisajes. Según la UNESCO es una de las lenguas que más en peligro de extinción están del planeta.

He vivido en Bilbao y siento mucha envidia sana de ver cómo dos lenguas pueden vivir en una convivencia absoluta

P.- ¿Y qué va a hacer por la lengua desde el Congreso?
R.- Lo que tenemos que hacer es garantizar que exista cumplimiento de la Carta Europea de las Lenguas, porque también hay muchos compañeros asturianos que están en esta misma situación y confían en mí. se hizo una pequeña intentona pero hay que intentar conseguir la cooficialidad del asturiano y el aragonés y que esas dos también puedan acceder a algún tipo de ayuda para la edición de contenidos o la creación de programación. Hemos visto, por ejemplo, la fuerza que ha podido tener ERC a la hora de negociar que Netflix tuviera contenido en catalán. No aspiramos a eso en un primer momento, pero sí que aspiramos a poder construir políticas diferentes, porque en todo el Estado español hay un 45% de personas que hablan otras lenguas además del castellano.

P.- ¿Escucharemos aragonés en el Congreso?
R.- Algo va a caer. No se permite hablar en lenguas cooficiales, aunque tampoco lo es. Creo que tienes como tres advertencia antes de que te pueden echar de una sesión si hablas en lenguas propias. Hasta cierto punto es lamentable porque el aragonés es una lengua latina que se entiende perfectamente y que no costaría nada que se pudieran hablar y se pudieran respetar todas las lenguas. Hablaré aragonés aunque me echen de una sesión. Intentaremos que eso no pase.

P.- ¿Sientes cierta envidia sana de la protección que gozan el gallego, catalán o euskera?
R.- Viví año y medio en Bilbao. Sinceramente tenía mucha envidia sana de ver cómo se pueden gestionar las cosas y que las dos lenguas vivan en una convivencia absoluta y, sobre todo, sin gente que enfrente y utilice la lengua como un arma política. A veces se ve esto desde puntos de vista de asimilación cultural y entonces parece ser que sobramos más de la mitad de las personas. Yo quiero una España y quiero un Aragón donde quepamos todos y que la construyamos entre todos. Algunos miembros de ultraderecha me han dicho que parece que vayamos a querer quemar contenedores por hablar como mi abuela y mis padres y sinceramente eso es no entender en absoluto lo que es una lengua.

El nacionalismo no me apasiona en absoluto, el regionalismo menos

P.- ¿En qué idioma piensas y sueñas?
R.- A veces ni yo lo sé. Mi lengua materna es el aragonés, porque he tenido la suerte de que mis padres, mi hermana, mis abuelos y el entorno de mi pueblo de Fonz hablaban en aragonés. Yo me crié hablando esa lengua, pero  hay una barrera con el castellano. En la escuela no nos dejaban hablar en aragonés, incluso algunos niños nos llamaban paletos cuando hablábamos en aragonés en el instituto. Depende mucho del entorno en el que estoy. Estoy hablando castellano pero con mi abuela pienso directamente en aragonés o con mi familia pienso directamente en aragonés, pero contigo ahora mismo estoy pensando en castellano. ¿En qué sueño? También depende del contexto en el que depende.

P.- ¿Qué otras prioridades llevas si irrumpes en el Congreso?
R.- Seguir afianzando todos los derechos sociales desde Sumar Aragón. Creo que eso es esencial, pero luego lo más importante y lo diferencial es defender los paisajes, los derechos de los trabajadores y también todas las reivindicaciones que se hagan desde Aragón. O sea, mi intención y por lo que estoy metido en todo esto, es para representar los intereses de Aragón de los trabajadores aragoneses, para luchar contra el trasvase, contra la Canal Roya, contra los macroproyectos eólicos que están asolando nuestra tierra, para también defender esas reivindicaciones propias de Aragón, para que si hay leyes que mejoran la educación, la sanidad, o la movilidad que no nos lleguen solo las migajas presupuestarias. Es necesario que Aragón vuelva a tener una voz en el Congreso, que sea propia y que luche propiamente por su intereses.

P.- ¿Cómo te defines: de izquierdas, nacionalista, regionalista...?
R.- No me gusta mucho el tema de decir que soy de izquierdas o progresista. Yo soy un trabajador y velo por los intereses de los trabajadores. Sinceramente el nacionalismo no me apasiona en absoluto. El regionalismo me apasiona menos porque se parte de una premisa de no reconocimiento del propio pueblo, sino de una mera región. Pero el nacionalismo y el envolverse en banderas y en lo mío no, no me gusta. Yo lo único que quiero es que dentro de Aragón haya soberanía para poder decidir qué queremos hacer con estos recursos que tenemos, acercar el poder al pueblo. Somos los aragoneses los que mejor conocemos a Aragón para poder gobernarlo.

P.- ¿Qué es Aragón?
R.- Mi tierra. Y en cuanto a mi identidad, yo me siento aragonés. Y luego no niego el europeísmo. Me siento parte de una cultura también europea. No vamos a intentar entrar en autarquías ni muchísimo menos. La Europa de ciertas políticas que se llevan a cabo no es la que más me representa, pero soy europeísta. Y como Sumar, estamos apostando por un Estado federal. Esa sería la misión.

Cuando hablo de país me refiero a Aragón, pero dentro del Estado español

P.- ¿Español?
R.- Es más complicado. Ahí no sé qué decirte. En Aragón el concepto de país es diferente. Hay gente que, cuando habla de país, habla de España y otras que se refieren a Aragón. Los abuelos hablan del país cuando se refieren al valle o a la comarca.

P.- Y cuando tú hablas de país, ¿de qué hablas?
R.- Cuando hablo de país me refiero a Aragón, pero dentro del Estado español, claro que sí, porque país al final es una connotación más romántica quizás, pero dentro de ese Estado.

P.- ¿Es Aragón una nación?
R.- Aragón es una nacionalidad histórica, según el Estatuto de Autonomía.

P.- Tu escaño lo ocuparon antes Pablo Echenique y José Antonio Labordeta. ¿De quién te sientes más heredero?
R.- Me siento heredero de las ideas en las que llevo militando 12 años. Yo me siento heredero de aquellos que han sido una voz real en Aragón y me siento heredero de Chesús Yuste, Álvaro Sanz, Pedro Arrojo y por supuesto, de Labordeta. Gente que ha luchado por los intereses de Aragón.

P.- ¿Serás el nuevo Labordeta?
R.- Ojalá. No habría mayor orgullo para mí que hacer eso, pero en todas las comparaciones que se hacen con Labordeta, tengo todas las de perder. Prefiero no hacer ninguna comparación. Labordeta fue Labordeta y yo soy yo. Espero que la gente entienda todo lo que estoy haciendo, las políticas que voy a llevar a cabo. Voy a luchar por mi tierra y voy a hacerlo lo mejor posible. Voy a recorrer todas las comarcas escuchando a todas las personas, las reivindicaciones y las soluciones que se pueden dar a sus problemas.

P.- Te has olvidado de Echenique...
R.- Echenique es una persona muy inteligente, nadie lo niega. Es un científico del CSIC y es que personalmente tampoco lo conozco. Valoro el trabajo que  ha hecho, sobre todo desde Unidas Podemos el impulso a las políticas del PSOE y de la coalición. Pero más allá de eso, creo que voy a ir un paso más allá para reivindicar más la tierra.

Mucha gente me dice: "Cuando llegues al Congreso lo primero que tienes que hacer es mandarlos a la mierda". No lo voy a hacer. Sería caer en lo obvio

P.- Labordeta protagonizó uno de los momentos más virales en la época previa a las redes sociales, con aquel “A la mierda” que dedicó a la bancada del PP en plena invasión de Irak en 2003. ¿Prometes momentos similares?
R.- Conozco mejor las redes sociales que mucha gente que está en el Congreso y no te lo vas a creer pero hay decenas de personas que me han dicho: cuando llegues al Congreso lo primero que tienes que hacer es mandarlos a la mierda. Solo porque me lo haya pedido tanta gente, ya no lo voy a hacer. Sería caer en lo obvio. Hay que sorprender un poco.

El modelo radial borbónico y de los Austrias que hay en Madrid desde hace cientos de años hace mucho daño al resto

P.- Que Yolanda Díaz proceda de la periferia, como tú, ¿ayuda?
R.- Creo que sí, porque el modelo radial borbónico y de los Austrias que hay en Madrid desde hace cientos de años hace mucho daño al resto. Desde el mero hecho de que sociedades de capital puedan establecer su sede fiscal efectiva en Madrid sin ningún trámite; que Madrid se haya convertido en una especie de paraíso fiscal a la a la irlandesa, pero dentro del Estado. Hace falta una revisión de lo que es un Estado federal o un Estado de comunidades autónomas real. No voy a caer en la Madridofobia o como se llame, porque yo conozco gente de Madrid que son excelentes personas, pero eso no quita las políticas que se han estado haciendo e incluso la comunicación que se hace desde muchos lugares. A la gente lo que le importa en Aragón es si tiene un atasco cuando va al polígono industrial de Malpica o al de La Cartuja y no le importa tanto como esté el metro de Madrid, cosa que sale en todos los medios estatales. Yo creo que es un cambio también de valores y de forma de ver el Estado.

P.- Suenas combativo...
R.- (Risas) Es que tengo menos de 30 años. ¿Qué quieres?

P.- ¿Te preocupa que Teruel/Aragón Existe os reste votos?
R.- No. Defendemos cosas muy diferentes. Ha habido mucha gente que se está desengañando de lo que significa Teruel Existe. Están dándole la Diputación Provincial al Partido Popular en un momento en el que dijeron que no entrarían a ningún acuerdo en el que estuviera incluido Vox y los acuerdos son genéricos en Aragón. Vox preside las Cortes de Aragón con Marta Fernández, que es una persona negacionista del cambio climático o de las vacunas. Teruel existe está pactando con la misma gente en el mismo acuerdo general.

El PSOE tiene dos caras: hay un PSOE con el que se puede hablar y otro que ha representado en un sistema mucho más de derechas

P.- En la resaca de las elecciones del 28-M se habló mucho del efecto Huesca, el alto precio electoral que pagaron las izquierdas por comparecer divididas. ¿Cuánto ha pesado Huesca en el 23-J?
R.- Mucho, también en Sumar Aragón. Creo que una de las razones que nos han llevado a todo esto es darnos cuenta de que ahora mismo somos más fuertes si estamos más unidos que nunca. El hecho de que nos quedáramos todos a las puertas, además de decir mucho del sistema electoral, dice mucho de nosotros mismos, porque podríamos haberlo previsto. Todas las fuerzas que se presentaron en Huesca sumaban un 4,5%. La suma habría llegado 19%. Vox no llegaba al 11%, es decir, hubiera podido quedarse fuera Vox. Lo que se está demostrando es que Sumar es tercera fuerza política, por encima de Vox, al que le estamos quitando diputados.

P.- En clave también electoral se suele decir que Aragón es el Ohio español: quién gana aquí, ocupa la Moncloa... ¿Ganará la izquierda en Aragón?
R.- Creo que sí. La fuerza existía, lo que pasa es que estaba dispersa. No es que en el 28-M hubiese  una oleada de derechas. Están envalentonados y vienen con todo. Y el PP está comprando el discurso a Vox, pero las fuerzas de izquierdas unidas somos muy fuertes. Sinceramente creo que se puede conseguir una mayoría de izquierdas en Aragón.

P.- ¿Qué tal te llevas con el PSOE aragonés?
R.- Muy bien. Es que yo creo que hay dos caras: hay un PSOE con el que se puede hablar, dialogar y hay otro PSOE que ha representado en otros momentos un sistema mucho más de derechas que lo que le correspondería a un partido que se dice socialista.

Voy a defender los intereses de Aragón por encima de todo

P.- Cuando fuiste elegido para liderar la candidatura, te comprometiste a ser una voz que “no dependa de otros partidos que quizá tienen una visión de estado diferente”. ¿Vas a tener autonomía en el Congreso para algunos asuntos, más allá de lo que dicte la línea general de Sumar?
R.-  Sí. No hay que vender la piel del oso antes de cazarlo. Primero vamos a salir y luego ya hablaremos de todo esto. Voy a defender los intereses de Aragón por encima de todo. Siempre entramos en contradicción, y más si hacemos política, pero independientemente de eso yo voy a estar como la punta de lanza de la lucha aragonesa.

P.- Me hablabas de la ilusión que percibes entre los más jóvenes. Venimos de un sentimiento similar, el que hace una década germinó en torno al 15-M y Podemos. La historia ha terminado como ya sabemos. ¿Eres consciente que igual que se genera ilusión se puede defraudar?

R.- En el momento en el que los aragoneses lo sientan así, me apartaré de la política y volveré a la abogacía.