La investidura fallida del líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, no parece haberle pasado factura. Si se repitieran ahora las elecciones, el PP retendría el 90,9% de los 8.091.840 votos que obtuvo en las últimas elecciones generales del 23-J. Según la encuesta de octubre de 40dB. para El País y la Cadena SER, el partido popular taparía las fugas de sus votantes a la formación de Santiago Abascal, a los que solo trascendería el 3% de sus votos, es decir, 242.755 votos.

Por su parte, aunque Vox mantendría a más del 80% de sus votantes (85,4%), el 7,8% votaría al PP ahora. El pasado julio, Abascal obtuvo 3.033.744 votos y, de celebrarse elecciones, unos 236.632 votos se los cedería al PP.

No hay sorpresas en las transferencias de votos. Los bloques izquierda-derecha se mantendrían en la mayoría de los casos. Así, los votantes del PP que dejarían de votar a Feijóo lo harían ahora a Abascal y viceversa. Al igual que los socialistas que decidirían no volver a votar a Sánchez en caso de que hubiera elecciones, aunque muchos decidirían votar en blanco, la mayoría pasaría a votar a Díaz, y lo mismo con la formación de Sumar, que traspasaría los votos a los socialistas.

El sondeo muestra una pequeña fuga entre partidos. Vox y Sumar son los partidos más perjudicados de celebrarse una repetición electoral. La investidura fallida de Feijóo y a la que se enfrenta ahora Sánchez parece haber mantenido en segundo lugar al principal socio de gobierno, Sumar, o al que sería el socio de gobierno si estuviera PP en La Moncloa, Vox.

El voto útil tomaría fuerza y los votantes que hasta ahora habían decidido votar a Abascal o a Díaz, optarían por los populares o los socialistas. Mientras que el traspaso de votos de estas formaciones rondaría el 8% cada, el PP o el PSOE les cederían un 3%.

Sánchez no sale perjudicado

Sánchez tampoco sale perjudicado por la posible ley de amnistía que aprobaría de cumplir con las exigencias de Junts para sacar adelante su investidura. Ganaría tres escaños con respecto al 23-J, sus votantes se mantendrían fieles (81,8%) y conservaría 6.348.473,46 votos de los 7.760.970 que consiguió en las pasadas elecciones.

Como ya se ha visto en otras ocasiones, cabría la posibilidad de una pequeña fuga de votantes del PSOE hacia el PP, un 3,8% de los que escogieron su papeleta en los recientes comicios, transferirían su voto al PP. Así, 1.412.497 socialistas darían la espalda a Sánchez, de los cuales 294.916 votarían ahora a Feijóo.

La mayoría de los votantes socialistas que transferirían su voto lo harían al PP (el 3,8%), pero Sumar sería la segunda opción. A la formación de Sumar cederían el 3,4%, prácticamente el mismo número de votos que a los populares, unos 256.112.

También puede percibirse que 403.570 votantes que confiaron en Sánchez en los pasados comicios, ahora estarían indecisos y no tendrían claro a qué partido votar.

Según el barómetro de 40dB., Sumar sería el partido que más malparado saldría de realizarse ahora unas elecciones generales. Frente al partido socialista, que saldría más o menos indemne, con tres escaños más de los que tiene ahora, Sumar perdería 8 escaños y retendría el 80,5% de sus votantes, asegurando los 2.426.274,83 de los 3.014.006 votos que obtuvieron en el 23-J.

En las últimas semanas Sánchez y la posible ley de amnistía han acaparado todas las miradas, lo que ha provocado que el papel de la formación de Díaz esté desdibujado, en medio de diferencias y broncas internas con Podemos y con un protagonismo casi nulo durante la investidura de Feijóo, que precisamente el ala de Podemos criticó a Díaz por falta de autonomía del proyecto respecto al PSOE.

En el caso de la formación de Díaz, aunque la mayoría de sus votantes (9,1%) ahora estarían indecisos o votarían en blanco, la encuesta muestra una amplia fuga de votos de Sumar hacia el PSOE. El 8,2% de los que apoyaron a Díaz hace unos meses, cederían sus votos a Sánchez. De los 3.014.006 votos que lograron en los anteriores comicios, 247.148 votos pasarían a manos de los socialistas, lo que les permitiría compensar una cierta caída en la fidelidad de su propio electorado.