Son dos vías diferentes. Y el Gobierno y el PSOE lo saben. El "llavín" de Coalición Canaria no sirve para abrir la puerta de la Moncloa. Solo cuenta con un escaño en el Congreso, el de la diputada por Tenerife Cristina Valido, y no es suficiente. Los socialistas son conscientes de que necesitan a quien tiene la llave real de la investidura, Junts per Catalunya, y asumen que su decisión es binaria: o o no. O reelección de Pedro Sánchez o elecciones el 14 de enero. Tan simple como eso. Por eso en el equipo del presidente del Gobierno en funciones no supuso ninguna conmoción que la formación de Carles Puigdemont les trasladara que no manejan una abstención en la sesión de investidura, que no quieren medias tintas, o o no y punto. Pero, a la vez, eso no quita para que el PSOE siga persiguiendo el estratégico voto de CC, ya que aunque no sea estrictamente útil para la investidura, sí puede ser necesario durante la legislatura.

En realidad, los negociadores de Sánchez ya venían advirtiendo en las últimas semanas, y con más intensidad en los últimos días, de que un potencial respaldo de Valido no servía para rebajar las exigencias de Junts. En este caso, esas cuentas, decían, no valen. PSOE (121) y Sumar (31) llegan a los 152 escaños, y con ERC (7), Bildu (6), PNV (5) y BNG (1) alcanzan los 171, los mismos que reúnen PP (137), Vox (33) y UPN (1). Si CC se alinea con el bloque progresista, sumarían 172 escaños, uno más que el conservador, por lo que bastaría con la abstención de Junts. Pero esa combinación ya es seguro que no se dará. Si Sánchez logra repetir como presidente, lo hará con 178 apoyos (PSOE, Sumar, ERC, Bildu, PNV, BNG y Junts) o bien con 179 (con la parlamentaria de CC). De lo contrario, si los de Puigdemont optan por el no, no habrá nuevo Ejecutivo y España acudirá a las urnas el domingo 14 de enero.

La decisión final de los posconvergentes de desechar la abstención "no añade ninguna complejidad" a las negociaciones, dicen en el círculo de confianza del presidente

La posibilidad de la abstención de JxCAT sobrevolaba el Congreso pero quedó definitivamente enterrada este jueves. A primera hora y desde Madrid, el presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ofreció el voto de su partido, CC, para que la posición de los posconvergentes no sea "relevante" de cara a la investidura de Sánchez. CC, dijo, "está en condiciones" de convertir al expresident catalán en "un actor secundario". "No tiene por qué ser el director de la España contemporánea", España "no está condenada a depender" de él, aseguró. Es más, "si es cierto que Junts tiene la llave de la investidura, no es menos cierto que Coalición Canaria tiene el llavín de la gobernabilidad".

Pero poco después trascendió, vía La Vanguardia, que JxCAT ya había comunicado al PSOE, tras el encargo del Rey, que no se abstendrá. Su voto será un o un no. Es decir, que no caben aritméticas alternativas. Puigdemont se garantiza así que los votos de sus siete diputados en el Congreso sean decisivos para la investidura, tanto para aupar a Sánchez a la Moncloa como para tumbarlo.

Ese escenario ya era aquel con el que contaban los socialistas. Los negociadores reconocían a los periodistas que a fin de cuentas la decisión que tenía que tomar Junts era "investidura o elecciones", más allá de si la primera opción se materializara con un o una abstención.

La decisión final de los posconvergentes de desechar la abstención "no añade ninguna complejidad", insistían este jueves fuentes del círculo más estrecho de Sánchez a El Independiente. "Es que es lo lógico. Si quieren investidura, votan . Y si no la quieren, votan no. La abstención no tiene sentido", analizan estas mismas fuentes del máximo nivel. "No afecta nada" la posición de los puigdemontistas, convergen en las alturas del PSC.

Clavijo defiende que su partido "no cree en repetición de lecciones" y que puede ser "el llavín de la gobernabilidad"

Sin embargo, que la opción de la abstención de Junts no esté sobre la mesa no significa que el PSOE ya desista de su idea de atraer a Coalición Canaria. "Sí vamos a perseguir su voto. Lo intentaremos. Pero es un grupo diferente a Junts", apuntan desde la comisión negociadora. El partido de Clavijo reclama, para propiciar la investidura, que se respete la llamada agenda canaria. Por eso apoyó a Alberto Núñez Feijóo la pasada semana —y además los nacionalistas gobiernan con el PP en las islas, y lograron desalojar del poder a quien ganó las autonómicas en mayo, el PSOE—, y por eso está dispuesto a respaldar a Sánchez. Lo dijo el presidente del archipiélago en el desayuno informativo de la mañana en la capital:  del partido de Clavijo sería "el mismo que siempre ha sido": la suya es una formación "nacionalista y constitucionalista" que "no cree en repetición de elecciones" y no apuesta por "investiduras" sino por "legislaturas", informa EFE.

"Habrá que ver las condiciones"

Clavijo remarcó que aunque su formación está en contra de la amnistía al procés, sí está dispuesta a apoyar la investidura de Sánchez y la gobernabilidad. "Pero para saber qué votamos, habrá que ver las condiciones. ¿Se va a condonar la deuda de Cataluña con el Estado, de más de 70.000 millones?", se preguntó, para advertir de que a Canarias, que ha controlado su deuda, se le quedaría "cara de tonto".

Sánchez busca una mayoría "de legislatura", para procurarse estabilidad por cuatro años, y ahí el voto de CC sí puede ser más clave

Por la tarde, Clavijo fue repreguntado por los periodistas por la tarde, tras reunirse con la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, sobre la aclaración de Junts de que no se abstendrá. "Cada partido que tome la decisión que tenga que tomar. Nosotros simple y llanamente hemos dicho que estamos ahí y que lo que nos interesa no es la investidura sino la legislatura, el Gobierno no es el fin, es el medio para transformar las cosas. Las declaraciones son bastante claras", sostuvo.

Y en eso coincide con la apreciación del Ejecutivo. Sánchez busca, y lo dijo el martes desde la Moncloa y este jueves desde Granada, una "mayoría de legislatura", no solo de investidura, para procurarse estabilidad durante cuatro años. Y ahí el voto de CC sí puede ser más determinante. Porque amarrar el apoyo de Valido para una iniciativa legislativa haría que bastase la abstención de JxCAT. Un mínimo oxígeno, cierto, para un mandato de entrada mucho más complicado. Lo resumió el lehendakari, Iñigo Urkullu, el pasado lunes: el presidente necesitará "todos los votos todo el tiempo", porque esta vez no cabe la geometría variable. El escaño de CC puede ser un desahogo, pero por sí mismo no desencalla nada.

Probable foto de Cerdán con Puigdemont

Mientras, las negociaciones con los independentistas siguen adelante. Y Sánchez va dando pasos, en una estrategia calculada al milímetro. Este jueves, a su llegada a la cumbre de la Comunidad Política Europea en Granada, reconoció, a preguntas de los periodistas, que sí se está negociando la amnistía, aunque volvió a evitar mentar la palabra. Reiteró que los socialistas fijarán posición cuando concluya la primera ronda de contactos, pero que en todo caso las reglas son claras: el "diálogo como método", "el objetivo, la convivencia", y el "marco", la Constitución. Y apeló a su propia trayectoria —"no soy un presidente del Gobierno nuevo"— para pedir confianza en sus movimientos, para advertir de que no habrá locuras, tal y como traducían también sus colaboradores.

Sánchez, desde Granada, apela a su propia trayectoria para pedir confianza en sus movimientos, para advertir de que no habrá locuras. Y repite que la Constitución será el marco en todo momento

A Junts, sin embargo, le ha dolido que Sánchez confíe en el primer secretario del PSC, Salvador Illa, para avanzar en las negociaciones en los temas relativos a Cataluña. Pero el exministro, dijo Puigdemont en X (antes Twitter), "no podrá ser nunca un interlocutor válido para generar confianza" en las conversaciones. El expresident respaldaba a su vez un mensaje del secretario general del partido, Jordi Turull. En la misma red social, el dirigente de JxCAT se quejaba de que Sánchez diera "protagonismo" a Illa, quien "engañó" a los posconvergentes "el día antes del pacto de la vergüenza en Barcelona para impedir que Xavier Trias fuese alcalde". "Es una manera muy extraña de demostrarnos que son de fiar". Protesta por el peso del PSC, sus rivales directos en las urnas, en las negociaciones, sí. Pero estas siguen adelante. Al menos por ahora. Y eso es lo que permite a los socialistas aferrarse a que la investidura puede estar más cerca.

El acuerdo puede cerrarse con una foto. Con la escenificación de la entente con el expresident. En Bruselas, con él y un miembro de la dirección del PSOE, que podría ser el secretario de Organización, Santos Cerdán, según adelanta este viernes El País, aunque Ferraz y la Moncloa evitan confirmarlo con el argumento de que es pronto para ese momento porque lo prioritario es cerrar el acuerdo, y ese momento no ha llegado. Cerdán es el dirigente con más galones, con más rango orgánico y político, de la comisión negociadora, descontados los ministros María Jesús Montero, vicesecretaria general del partido, y Félix Bolaños. El responsable navarro es, de hecho, el número tres del escalafón socialista, y no tiene un pie en el Gobierno, luego su perfil sería el idóneo para una imagen ansiada por Puigdemont porque le otorgaría reconocimiento. Igual que la que tuvo a comienzos de septiembre con la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz.