Pedro Sánchez inauguró este jueves las declaraciones de los líderes europeos en la Cumbre de la Alhambra hablando también en clave interna. El presidente del Gobierno reconoció de manera explícita, por primera vez, estar negociando la amnistía con los independentistas catalanes para lograr una investidura cuanto antes porque, a su juicio, "existe la urgencia de que haya un Gobierno en plenas funciones".

"Me dicen que por qué no me refiero a ello directamente [a la amnistía]. Estamos negociando con los distintos grupos parlamentarios", aseguró Sánchez a preguntas de la prensa a su llegada al Palacio de Congresos de Granada, escenario de la III cumbre de la Comunidad Política Europea que reúne este jueves a medio centenar de líderes de la UE y los países vecinos. "Cuando el Gobierno de España aprobó los indultos, yo tenía una confianza en que contribuyera a la estabilidad, a la normalización de la política en Cataluña. Hoy tengo la certeza de que fue una buena decisión y que por tanto obedeció a un interés general, que es el interés por el que debemos, digamos, de alguna manera velar, no solamente aquellos que tenemos el honor de liderar un país desde el poder ejecutivo sino también todas las fuerzas parlamentarias", agregó.

Sánchez vuelve a invocar los indultos: así, la amnistía sería el siguiente paso lógico

El martes, tras el despacho con el Rey en la Zarzuela y en la comparecencia posterior a su encargo, el presidente en funciones también se remitió al "efecto beneficioso" de los indultos, a cómo esta fue una decisión "difícil" de su Ejecutivo, pero que se probó "acertada". Este jueves, Sánchez, y o por casualidad, volvió a recuperar esa reflexión, situando la amnistía, sin citarla, como el siguiente paso lógico dentro de su política de distensión con Cataluña.

"Por tanto, estamos negociando y cuando tengamos una posición concreta al respecto, después de reunirme con todos los grupos parlamentarios, fijaremos la posición del PSOE y en este caso yo le hablo, lógicamente, como candidato del PSOE a esa investidura", remachó. La previsión es que la primera ronda de contactos con los grupos, la que él está encabezando en primera persona, concluya antes del 12-O, Fiesta Nacional. Será entonces, según sus palabras de hace dos días y de hoy, cuando se pronuncie en concreto sobre las exigencias de los independentistas.

Su trayectoria como credencial: "No soy un presidente nuevo"

Al tiempo, Sánchez apremió a los grupos a moverse rápido porque hay "urgencia" para que haya un Gobierno con plenas funciones. Pero también reconoció que las negociaciones son "complejas", razón por la que en el PSOE y en la Moncloa, como relataba este diario, ven "muy probable" que la investidura se produzca en noviembre. El líder justificó que hay que "encontrar un espacio de encuentro" con los distintos partidos para poder formar "una mayoría de legislatura", no solo de investidura, y se pueda seguir "avanzando para la mayoría social de nuestro país en derechos y en libertades y progreso" y también para continuar "abonando el reencuentro, la convivencia entre los pueblos de España".

Reitera que el "diálogo" es el método, "el objetivo, el progreso y la convivencia", y "el marco, la Constitución"

Sánchez reiteró que el "diálogo" es el "método", "el objetivo es el progreso y la convivencia y el marco, la Constitución". "Ahí es donde nos vamos a mover porque no soy un presidente del Gobierno nuevo. Llevo ya cinco años y es lo que he hecho durante estos últimos cinco años en circunstancias extraordinariamente complejas como las que hemos vivido", como fue la pandemia, añadió.

Es decir, implícitamente estaba lanzando un mensaje de "tranquilidad", como hace cada martes la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez: él ha demostrado que cumple con la Constitución y la hace cumplir en todos los territorios, también en Cataluña. El presidente, pues, ponía su trayectoria como credencial para las negociaciones que tiene ahora en marcha.