Los hilos de comunicación continúan tendidos. PSOE y Junts continúan su negociación con absoluta discreción, "avanzando", aunque sin llegar a un acuerdo todavía. Pero el escenario ha cambiado en las últimas horas, porque el enviado de Pedro Sánchez, Santos Cerdán, secretario de Organización del partido, regresó el viernes por la noche a Madrid desde Bruselas. Los contactos prosiguen, por tanto, pero a distancia. En el PSOE no quieren ponerse plazos todavía, ni para rematar las conversaciones y anunciar el acuerdo, si se alcanza, ni para fijar la fecha de investidura. Ferraz sigue persiguiéndola para la semana próxima, pero esa ambición se ha complicado por el giro imprevisto de guion de Carles Puigdemont. Todo dependerá de si logra firmar la entente con el expresident en los próximos días.

Alegan en el PSOE que se trabaja en textos de la ley de amnistía "complejos" que requieren de revisiones jurídicas de uno y otro lado

Cerdán había volado hasta la capital belga con la idea de cerrar, el jueves, la alianza con Puigdemont, y comparecer desde allí. Pero no fue posible por el frenazo del líder de facto de Junts. El número tres del PSOE permaneció en Bruselas también el viernes pero volvió a España con su equipo por la noche, según confirmaban fuentes oficiales del partido a este diario. También Jordi Turull, secretario general de los posconvergentes, regresó a España, como informó TVE. Cerdán, no obstante, podría volar a Bruselas de nuevo si fuera necesario en cualquier momento, previenen en la dirección.

En Ferraz mantenían el optimismo este sábado. Buenas perspectivas porque las conversaciones "siguen", "avanzan", "van bien" y "no se han parado en ningún momento". Las negociaciones, inciden desde el cuartel general del partido, no están encalladas "en absoluto" e incluso se trabaja "a buen ritmo".

El perímetro, el alcance de la ley de la amnistía, es la fuente de discordia. No se habla de "nombres", dicen los socialistas. Pero el problema radicaría en las causas judiciales a las que Puigdemont mira, para que la norma dé cobertura a figuras claves del independentismo implicadas en procedimientos no directamente ligados con el procés. Son dos las macrocausas posteriores al referéndum del 1-O que salpican a Josep Lluís Alay, amigo del expresident y jefe de su oficina en Waterloo, en Bélgica. Una es el caso Voloh, que instruye un juzgado de Barcelona, y que investiga si hubo desvío de fondos públicos para financiar el 1-O. Pero la causa también indaga negocios presuntamente sucios de dirigentes ligados a ERC y Junts. También se mezcló la llamada trama rusa del procés, que finalmente quedó archivada. Pero Alay sigue investigado en tres piezas distintas de Voloh.

Tramo final atravesado por la consulta

El consejero de Puigdemont también está implicado en la causa de Tsunami Democràtic, abierta por la Audiencia Nacional. El magistrado Manuel García Castellón indaga las protestas y altercados que se produjeron en Cataluña como reacción a la sentencia del procés. Ferraz responde, sin entrar en concreciones, que se trabaja en textos de la ley de amnistía "complejos" técnicamente, que precisan de revisiones de juristas de las dos partes, por lo que los tiempos se alargan y cualquier matiz o cambio estira más la negociación.

La única fecha en el horizonte, señalan en Ferraz, es la del 27 de noviembre, el plazo de dos meses que concede la Constitución

Por ahora, en Ferraz no quieren hablar ya de fechas, para no presionar a Junts. La única en el horizonte, repiten en la cúpula, es la del 27 de noviembre, que es el plazo tope que permite la Constitución, dos meses después de la primera votación fallida de investidura. Turull, en un mensaje enviado a su dirección el viernes, pedía a los suyos calma para resistir la presión, y venía a advertir de que el acuerdo tardaría. El secretario general ya decía en ese mensaje que no permitiría su partido una "amnistía para vips" y prometía no dejar "tirado" a nadie.

Este tramo de la negociación con los posconvergentes queda atravesado por la consulta a la militancia del PSOE, que culminó este sábado a las 20 horas con la votación en urna en las agrupaciones del partido de toda España después de una semana en la que estuvo abierto el voto electrónico. El resultado se conoce sobre las 22 horas. Sánchez necesita el aval de la militancia para cubrir con algo más de oxígeno el paso final, muy difícil de digerir para su partido, como reconocen distintos dirigentes. El paso que debería conducirle a la reelección como presidente. De lo contrario, si las conversaciones se malogran, habrá elecciones.