Es la obra más ambiciosa y retrasada de cuantas se han llevado a cabo en Euskadi. Los sucesivos consejeros de Transportes del Gobierno vasco han visto desde hace lustros cómo todas sus previsiones y fechas se iban incumpliendo. Hoy el titular de la cartera, Iñaki Arriola, ha dado una nueva fecha: el año 2033. Pero ni siquiera ésta supone la culminación completa de todo el proyecto, sólo de una de sus fases más complejas: la construcción del túnel soterrado de 6,2 kilómetros de longitud por el que deberá llegar el tren de alta velocidad a Bilbao. Después habrá que esperar a que finalice "el proyecto gordo", como hoy lo ha calificado el consejero Arriola, de construcción de la soterrada estación de Abando, en el centro de Bilbao, al que tendrá que llegar el AVE vasco.

Los trabajos del túnel de acceso está previsto licitarlos a comienzos del próximo año y se estima que su construcción podría comenzar a finales de 2026. Será una infraestructura compleja que tiene por propósito llevar la alta velocidad hasta el centro de Bilbao y de modo subterráneo. Lo hará además a una terminal, la de la capital vizcaína, cuya construcción también requerirá muchos años de trabajo y cuya ejecución aún se encuentra en una fase inicial de proyectos constructivo. De este modo, pese a que ambas actuaciones puedan acompasarse en el tiempo, ni siquiera se puede dar por seguro que dentro de una década, como hoy ha asegurado Arriola, se finalice la construcción completa del AVE vasco, cuyos trabajos comenzaron en 2006.

En los 17 años años ya transcurridos, -además de la complejidad de la obra y la amenaza de ETA que se opuso y atentó contra el proyecto-, las negociaciones con los sucesivos Gobiernos centrales, titulares del proyecto y responsables de su financiación, también la han convertido en mercancía de negociación política permanente. En esta ocasión, pese a lo que inicialmente se preveía, la llamada 'Y' vasca no figuró de modo expreso en los acuerdos con el PNV para facilitar la investidura de Pedro Sánchez. Sin embargo, hoy Arriola, consejero del PSE, ha anunciado que el Ejecutivo vasco ha autorizado la firma del convenio de encomienda de Adif al Gobierno de Urkullu para que inicie la redacción de los proyectos básicos y de construcción del corredor de acceso a Bilbao.

175 kilómetros, 23 túneles y 44 viaductos

En enero pasado ya se aprobó el estudio informativo de Adif y que contempla la llegada del Tren de Alta Velocidad a Bilbao a través de un túnel de 6,2 kilómetros. La operación supondrá un coste de 226,5 millones de euros que asumirá Adif y que, al contrario que encomiendas anteriores, abonará de modo trimestral a medida que avancen los trabajos y no vía Cupo, como hasta ahora. De las dudas de que ni siquiera esta vez se pueda cumplir el plazo de diez años para la culminación de los trabajos da muestra que el convenio firmado tendrá una vigencia de una década prorrogables por otros siete años más.

El Tren de Alta Velocidad vasco inició sus trabajos en 2006. Incluso el primer boceto de la infraestructura se remonta a 1989, antes de la inauguración del primer tramo de alta velocidad en España, el que comunicó Sevilla con Madrid en 1992.

El trazado por el que discurrirá se extiende 175 kilómetros, conectando las tres capitales vascas y enlazando con la alta velocidad procedente de Burgos y con Francia. Cuenta con 23 túneles y 44 viaductos. Actualmente el tramo guipuzcoano por el que discurrirá el TAV ya está prácticamente finalizado. Resta un tramo entre Hernani y Astigarraga, que se prevé terminar el primer semestre de 2024 y la estación de Atocha en San Sebastián, a finales de 2025. En el caso de Alava el proyecto está prácticamente terminado.

Estación provisional en Basauri

La llegada a Bilbao es el tajo que más retraso acumula y el más complicado de los que restan. La llegada soterrada que se ha proyectado obligará a construir una terminal bajo tierra en la que concluirán las líneas de cercanías y la alta velocidad. Una estación que se estimó en un coste de 730 millones de euros y que se levantará en el centro de Bilbao, en Abando, donde ahora se sitúa la estación ferroviaria central de la ciudad. Su soterramiento permitirá además recuperar amplios espacios urbanísticos.

Pese a que la llegada no se prevé que culmine, en el mejor de los casos, antes de 2033, Adif y el Gobierno vasco tienen previsto habilitar una estación provisional en Basauri. De este modo se lograría poder poner en marcha el servicio de alta velocidad al País Vasco mientras se construye el túnel entre Basauri y el centro de la capital vizcaína, donde debe concluir la línea.