Pulso hasta el final. Quedan 48 horas para que el Congreso vote la convalidación de los tres reales decretos leyes que aprobó el Gobierno en diciembre —los dos primeros, el martes 19 y el último, el miércoles 27— y ninguno de ellos cuenta por ahora con los apoyos suficientes. Junts sigue aferrada al no y, dado que el PP también ha decidido no salvar al Ejecutivo, los tres textos quedarían derogados. Pero hay negociación por delante. Los socialistas confían en salir victoriosos de la primera prueba parlamentaria tras la investidura de Pedro Sánchez e insisten en que seguirán hablando con todos los grupos, también con los populares, con los que ya se han cruzado llamadas. Lo que sí que sí descartan por completo en la Moncloa y en Ferraz es que el Ejecutivo vaya a retirar los decretos el miércoles si no le dan los números para ahorrarse una severa derrota. Lo afirmó con rotundidad este lunes el secretario de Organización del partido, Santos Cerdán, justo después de que la formación de Carles Puigdemont exigiera que el Gobierno quitase de la circulación los tres textos para volverlos a renegociar con ellos.

No sucederá, insistió desde Ferraz el número tres, porque los socialistas quieren “llevar a votación” los tres decretos para retratar a todos los grupos. Y es que en las últimas horas Gobierno y PSOE están haciendo hincapié en que el propio contenido de los decretos haría poco justificable oponerse a ellos. Porque el primero supone aprobar una mejora del subsidio de desempleo, hasta los 570 euros los seis primeros meses, y el último, el del 27 de diciembre, recoge un nuevo paquete de medidas anticrisis. Entre ellas, la revalorización de las pensiones contributivas al 3,8%, la gratuidad del transporte público para los usuarios frecuentes de Renfe, la bonificación de los billetes urbanos e interurbanos, la suspensión de los desahucios para hogares vulnerables, la extensión de la rebaja del IVA de los alimentos o la subida progresiva de los impuestos de la factura eléctrica.

Los socialistas quieren que los grupos se retraten el miércoles si tumban los decretos, porque afecta a la vida de los ciudadanos, al tratarse de temas como la extensión de la bajada del IVA o el transporte gratis

El decreto en el que de entrada había puesto Junts en el foco era el segundo, el llamado decreto ómnibus, el que trata la eficiencia procesal y digital de la Justicia. Los posconvergentes mostraron su rechazo por la inclusión de un nuevo artículo 43 bis en la Ley de Enjuiciamiento Civil, que implica que cuando un magistrado tiene dudas del encaje de una norma con el Derecho comunitario puede elevar una cuestión prejudicial al Tribunal de Justicia de la Unión Europea, de tal manera que todas las actuaciones quedan paralizadas hasta que el órgano europeo se pronuncie. Para Junts, este artículo podía poner “en peligro” la aplicación de la ley de amnistía. Si el Ejecutivo apretó el paso con ese decreto ómnibus fue porque era necesario para liberar un tramo de 10.000 millones de euros de fondos europeos.

El Gobierno y el PSOE no han logrado convencer a los de Puigdemont para que salgan de su anunciado no. Han insistido en que no es posible sacar del decreto ley el 43 bis porque es una exigencia de la Comisión Europea y porque no supone “ningún cambio” respecto a lo que ya ocurre ahora mismo, de modo que ese precepto solo lleva a la legislación nacional lo que de facto sucedía. Lo reiteraba esta mañana en La hora de La 1 de TVE la vicepresidenta primera del Gobierno y vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero: las reivindicaciones de Junts no tienen “capacidad de abrirse camino en Europa”, por lo que espera llegar a un acuerdo a través de “otras cuestiones que a ellos les pueden resultar de interés”.

“Nada que cambiar” en las cuestiones prejudiciales

Más tarde, y tras la reunión de la ejecutiva federal —la primera del año—, Cerdán compareció ante los medios, en la primera rueda de prensa en la sede del partido desde el pasado 9 de octubre, un mes antes de la investidura de Sánchez. El número tres, negociador principal con Puigdemont, prometió que los socialistas negociarán “hasta el último minuto” con Junts y con el resto de partidos. Y admitió, en línea con Montero, que el PSOE se abre a hablar de otros asuntos, que acepta tramitar por tanto la tramitación como proyecto de ley para incorporar enmiendas, pero por más que los periodistas le preguntaron, no precisó sobre qué: “Vamos a seguir hablando con Junts hasta el miércoles. Se tendrán que poner encima de la mesa otras cosas que ellos quieran. Si alguna de esas cosas que ponen encima de la mesa las aceptamos, las haremos públicas”. A lo que no está dispuesto el Ejecutivo es a modificar o suprimir el artículo 43 bis: “No hay nada que cambiar en lo relativo a las cuestiones prejudiciales. Lo saben [en Junts] y están de acuerdo. Ya existía. Es cumplir con la legislación europea”.

La dirección no precisa sobre qué cuestiones está dispuesto a hablar con Junts, pero sí acepta enmiendas: “Si alguna de esas cosas que ponen encima de la mesa las aceptamos, las haremos públicas”

Los posconvergentes han justificado su rechazo a los otros dos decretos por la infrafinanciación y por la invasión competencial, y también porque entienden que el Gobierno tiene que asumir que no puede negociar como en la pasada legislatura, en la que la aritmética le era más favorable. Fuentes de la cúpula del PSOE indican que Junts tiene que precisar más sus demandas —por qué creen que hay menos recursos, por qué invade competencias de la Generalitat— y asumen que hay que negociar con más calma con los grupos, pero recuerdan que había “urgencia” en sacar adelante el decreto ómnibus porque de él pendía la solicitud de los 10.000 millones de los fondos europeos a Bruselas.

Desde la dirección, no obstante, señalan también que los de Puigdemont deben poner encima de la mesa “cosas del comer”, porque se habla de eso precisamente en estos decretos, de medidas que afectan al conjunto de la población. Y ponen como ejemplo que el PP incluya entre sus reivindicaciones la bajada del IVA de la carne y el pescado, que sí tiene conexión con el decreto anticrisis del 27 de diciembre. Los socialistas, por tanto, se abren a aceptar modificaciones, pero no tanto para quitar puntos de los decretos, sino en todo caso para añadir algún aspecto.

Cerdán subrayó que lo que el Gobierno sí descarta es retirar los tres textos en el último momento, en el pleno del miércoles, para sortear una derrota parlamentaria. Los tres decretos, por tanto, se someterán a votación, y deberán ser los grupos que los rechacen, dijo, quienes tengan que explicar a los ciudadanos por qué votan en contra de medidas que impactan de lleno en su vida cotidiana, como la bonificación al transporte público o la prórroga de la bajada del IVA de los alimentos de primera necesidad. “¿Qué excusas van a dar a la gente?”, preguntó.

“No se trata de salvar a Sánchez”

Entretanto, el Gobierno se ha movido también hacia el PP, para intentar recabar su apoyo. Los dos partidos han confirmado una llamada del ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, a la secretaria general de los populares, Cuca Gamarra. La conversación se produjo en la tarde del domingo, y volvieron a dialogar el lunes por la mañana. Además, la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, también llamó al portavoz y vicesecretario de Cultura del PP, Borja Sémper.

En Ferraz recuerdan que están dispuestos a negociar con todos en búsqueda de esos apoyos y que si se está hablando con el PP “es porque hay algo”, por mucho que desde Génova se insista en el no. No obstante, las posiciones oficiales de PP y Junts son las mismas: rechazo a los tres decretos. ERC, en cambio, sí adelantó este 8 de enero su apoyo a los textos.

ERC ya ha adelantado su apoyo, y en Podemos los socialistas aprecian más una jugada de farol

Cerdán criticó el no de los populares y, respondiendo a Alberto Núñez Feijóo, subrayó que “no se trata de salvar a Sánchez”, sino a los “ciudadanos”. El PP y todos los que se opongan a los decretos, dijo, habrán de explicar con qué medidas no están de acuerdo y qué es exactamente lo que les “molesta”. “No se trata de intentar perjudicar a este partido [PSOE] si votan en contra, no es el momento de cortoplacismos”. El número tres reclamó “actitud positiva y amplitud de miras”.

En Podemos los socialistas aprecian más una jugada de farol, porque es un partido, dicen en la dirección, que siempre ha trabajado para que le “vaya bien a los ciudadanos”. Y con ERC la relación también es fluida. Cerdán no quiso precisar cuándo será la reunión de la mesa de partidos con los republicanos, tampoco si ya está agendada la próxima cita con mediador internacional con los posconvergentes. “Tomen como algo normal que el PSOE se pueda reunir y hablar con ERC y Junts. Van a ser muchas [reuniones], entra dentro de normalidad política”, remachó.