"No cambia nada". Los socialistas no se sienten interpelados ni concernidos por el anuncio de Carles Puigdemont de que será —por tercera vez— el candidato de Junts a la presidencia de la Generalitat. La campaña de Salvador Illa será la misma, subrayan, insistirá en que su proyecto es el "futuro" de Cataluña frente al "pasado" que los catalanes quieren "superar", que tiene alternativas y que está preparado para liderar el Govern. El expresident se disputa el voto independentista con ERC, recuerdan, y hay quienes creen que de hecho su regreso hasta podría beneficiar al primer secretario, en la medida en que puede concitar la simpatía de los ciudadanos contrarios al soberanismo.

La expectación era máxima este jueves por la tarde en Elna, al sur de Francia, la localidad elegida por el jefe de facto de Junts para anunciar su doble decisión: concurrir a las elecciones del 12 de mayo al Parlament y renunciar a presentarse a las europeas del 9 de junio. "Yo no podría explicar, ni tan solo a mí mismo, que después de pasar seis años y medio defendiendo la presidencia en el exilio, ahora que se abre una oportunidad para hacer posible la restitución de aquella presidencia injustamente, ilícitamente e ilegalmente destituida con el 155, yo rehuyese esta responsabilidad por razones de comodidad personal", explicó, entre los vítores de los asistentes. Puigdemont también dejó claro que no pisará España durante la campaña y no se arriesgará a ser detenido, ya que para entonces no estará aprobada la ley de amnistía. Regresará solo para ser investido: "Si soy candidato a la investidura, es decir, si hay una mayoría parlamentaria que me propone para ser candidato a la investidura, dejaré el exilio definitivamente ese día para asistir personalmente al Parlament y pedir la confianza de la Cámara".

Puigdemont busca la "restitución" como 'president', y anticipa que regresará a España si hay una mayoría que le propone como candidato a la investidura. Es decir, no pisará España durante la campaña

En el círculo de confianza de Pedro Sánchez, igual que en las alturas del PSC, había dirigentes que dudaban de que Puigdemont fuera a dar el paso, por el riesgo de quedar tercero —tras los socialistas y ERC— y no tener opciones de ser investido. Pero no veían mal que se postulara, porque sería la oportunidad de que las urnas le derrotaran sin que pudiera invocar el "poder maléfico del Estado que lo amordaza y lo encarcela". Sin embargo, el expresident confirmó en Elna la opción que parecía más probable. Por eso los socialistas ya tenían interiorizado que su candidatura a la Generalitat no iba a suponer un cambio en su hoja de ruta.

"Puigdemont no deja de ser un candidato que ya se presentó en [las elecciones de] 2021 y en [las de] 2017. Por tanto, no hay novedad en eso", despachó el presidente Sánchez a su llegada al Consejo Europeo ordinario, ayer jueves en Bruselas. Preguntado si la candidatura de Puigdemont puede dificultar su objetivo de "pasar página" en Cataluña, el jefe del Ejecutivo insistió en que la democracia apuesta por "mirar hacia delante", "no hacia atrás".

Las elecciones del 12-M son la "oportunidad" para "abrir un nuevo escenario en Cataluña", una "nueva etapa", que mire "más al futuro y no tanto a 2017", cuando estalló el procés. "Cataluña dividida no avanza, Cataluña avanzará unida y para eso se necesita un proyecto integrador que, sin reproches, sin rencores, sin resquemores, apueste por la convivencia y por el avance de Cataluña", el proyecto del PSC, apuntó. Sánchez alabó la actitud de Illa, que ha liderado una "oposición útil", que ha puesto por delante "el interés general de los catalanes".

Sánchez incide en que las elecciones del 12-M son la "oportunidad" para "abrir un nuevo escenario": "Cataluña dividida no avanza"

El jefe del Ejecutivo contrastó el comportamiento del primer secretario del PSC con el PP y su estilo de oposición "destructiva". Con una oposición "útil se ganan las elecciones en Cataluña y en el resto de España", remachó.

"Todo el respeto del mundo a la decisión de Junts", manifestó Illa en El Intermedio (La Sexta), tras el mitin del líder posconvergente en Elna. "Seguiremos con nuestro planteamiento de pasar página a unos años que no han sido buenos para Cataluña. Me parece bien que se presente Puigdemont si cumple con los requisitos, que es el caso".

Líder en las urnas y en las encuestas

El anuncio del expresident coincidió en una misma jornada con el primer barómetro de 2024, del Centre d'Estudis d'Opinió (CEO), realizado entre el 9 de febrero y el 7 de marzo, antes de la convocatoria de los comicios decidida por Pere Aragonès. El CIS catalán mantiene al PSC la condición de primera fuerza, con entre 35 y 42 escaños (33 en las elecciones de 2021), seguido de ERC (26-32, por los 33 de hace tres años). Por detrás, aunque muy próximo, Junts (24-29, cuando ahora tenía 32 diputados en el Parlament). Siguen el PP (9-13 asientos, 3 en 2021), En Comú Podem (8-13, fueron 8 en los últimos comicios) y Vox (9-13, por los 11 que tenía ahora). El último partido con representación en la Cámara sería la CUP (7-10, por los 9 actuales). Cs, la fuerza vencedora en las urnas del 155, las de 2017, saldría del Parlament. La mayoría independentista estaría en riesgo. El CEO también señala que el 62% de los catalanes está a favor de la ley de amnistía. Y el principal problema para ellos, el que cita un 15%, es la sequía y el cambio climático.

Su candidatura es una vuelta a un pasado que los catalanes han superado", sentencian fuentes muy próximas al primer secretario

Illa ya ganó en las últimas autonómicas de 2021, empatado en escaños con los republicanos, pero no pudo gobernar. Pero en este tiempo ha seguido liderando las encuestas. Y esa primera posición hace que la esperada irrupción de Puigdemont en el tablero, como explican en las cúpulas de PSC y PSOE, no cambie la estrategia de la campaña. "Vamos a hacer la campaña que teníamos prevista. Ser muy respetuosos con todos, insistir en los problemas de los ciudadanos que no se han gestionado, como la sequía, la educación o la baja implantación de las renovables, y de ahí no nos vamos a mover", indican en el cuartel general del PSC.

Illa no buscará el cuerpo a cuerpo con Puigdemont. Pero tampoco con Aragonès. "Nos vamos a centrar en nosotros, que es lo que hemos hecho en estos tres años, en presentar una alternativa a un Govern que no ha funcionado y que ha gestionado mal —continúan las mismas fuentes—. Cataluña quiere pasar página a un tiempo que ha sido un desastre. Al presentarse Puigdemont, se visualizará que él es el pasado. Pero no vamos a entrar en descalificar. Ya contamos con que él y Aragonès buscarán confrontar con Salvador, pero nosotros no vamos a entrar". "Su candidatura es una vuelta a un pasado que los catalanes han superado", resumen con total convicción fuentes muy próximas al líder del PSC. Esa es la imagen con la que jugará Illa en este viaje al 12-M: su proyecto frente a la "foto del pasado" que representa el independentismo.

"Es positivo que concurra Puigdemont", complementan desde el aparato federal del PSOE, "porque estarán todos presentes sin que nadie pueda ir de víctima. Nosotros no vamos a cambiar nada por el hecho de que él sea candidato". "Nosotros a lo nuestro, no miramos a los demás", asegura una segunda fuente de Ferraz.

Salva no necesita polarización con nadie. Se habla de proyecto del único que tiene un proyecto de futuro. Salva está muy por encima de ellos dos [Puigdemont y Aragonès]", aseveran en la sede de Ferraz

Una de las grandes preguntas que deberán despejar las urnas del 12-M es si el retorno de Puigdemont —está por ver que tome posesión de su escaño, aunque podría hacerlo a distancia, y que esté presente en el debate de investidura— convulsiona el tablero. Si pulveriza los pronósticos. Si produce corrimientos de voto en el espacio independentista. O si moviliza a los constitucionalistas. En el puente de mando del PSC prefieren andarse con prudencia con el argumento de que todavía queda mucho camino para los comicios y todo puede suceder. Pero entienden que la entrada del expresident en campaña no tiene por qué provocar un revival de 2017. "Creemos que eso está superado y que no hay ganas de volver al lío. Y los que somos garantes de que no haya lío somos nosotros", sostienen en la sede del PSC.

El 'president' de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonès, participa en un desayuno informativo en Madrid, este 20 de marzo de 2024 en Madrid. EFE / CHEMA MOYA

Hay dirigentes de peso que sí estiman, no obstante, que Illa puede concentrar en torno a su candidatura el voto antiindependentista, dado que es la alternativa viable, la papeleta constitucionalista que, salvo absoluta sorpresa, ganará y quedará muy por delante de las demás. "Eso iba a pasar en cualquier caso, con o sin Puigdemont", tercia uno de los cuadros del partido hermano con más olfato político. "Salva no necesita polarización con nadie. Se habla de proyecto del único que tiene un proyecto de futuro. Salva está muy por encima de ellos dos [Puigdemont y Aragonès]", abunda un alto mando federal. "Los catalanes están ya en otra pantalla. Lo decía Illa: habléis la lengua que habléis, lo primero los servicios públicos. Vengáis de donde vengáis, lo primero los servicios públicos. A eso estamos nosotros", añaden en el cuartel general del PSOE. "Tiene sentido que nos pueda beneficiar que Puigdemont se presente. Pero la campaña es muy larga de aquí a mayo. Y no hay que olvidar que él ya fue candidato en 2017 y 2021. Es decir, es una novedad muy relativa", agrega un ministro.

La respuesta automática de ERC

Los socialistas estiman que a quien más puede impactar la salida al campo de juego del expresident es a ERC. El líder de Junts no dejó de lanzar pullas a los republicanos desde su mitin en Elna, e incluso se ofreció a liderar una lista unitaria para ser "restituido" como jefe de la Generalitat. Invitación que ERC se vio obligada a replicar de inmediato: rechazó concurrir con los posconvergentes en una misma papeleta pero se abrió a "rehacer puentes" con ellos. El PSC no se disputa, lógicamente, votos con Junts, y lo que está en juego el 12-M es si se reedita la mayoría soberanista en el Parlament y quién queda por delante en el mundo separatista.

En el núcleo de Illa prefieren ser prudentes y no anticipar si su candidato puede resultar beneficiado por la irrupción del jefe de Junts: "Ya veremos, 'step by step', paso a paso"

"Que se presente Puigdemont afecta al bloque independentista, no a nosotros. Veremos qué recorrido tiene él en campaña. Queda mucho hasta el 23 de abril [el Sant Jordi, a solo tres días del arranque de la campaña oficial]. Nosotros hemos de evitar confrontar con él y con Aragonès. Que confronten entre ellos. A partir del 23, habrá que tomar en serio las encuestas, aunque solo sean radiografías. Pero el clima social en Cataluña no es de confrontación, ni de movilización. Por lo tanto, vamos a ver cómo está la sociedad semanas antes. Antes, hoy, hablar de cómo se moverá el electorado es un juego de azar", asevera un veterano dirigente del PSC, integrante de la renovada ejecutiva de Illa. "Ya veremos, paso a paso, step by step", remarcan desde el núcleo de Illa.

Son menos de dos meses hasta las urnas, pero todo puede pasar. Ya se ha comprobado en los últimos procesos electorales que los giros de última hora pueden ser determinantes en los resultados. Puigdemont, eso está claro, será un protagonista ineludible del 12-M. Pero su operación de riesgo sigue generando dudas en un parte del PSOE y del Gobierno: "Por mucho que haya dicho que no se presenta a las europeas, yo creo —sentencian en el equipo de confianza de Sánchez— que puede hacerlo al final. No le veo en la oposición en el Parlament, y sin la inmunidad [de eurodiputado] no se va a querer quedar". Los socialistas quieren pensar que, esta vez sí, Illa sí podrá gobernar. Pero los números de las urnas, si se repiten los del CEO, pueden arrojar, en realidad, una Cataluña ingobernable y tal vez abocada a la repetición electoral.