Los socialistas saben de sobra lo que es sentir vértigo ante las urnas. La inquietud lacerante de un mal pronóstico, la sensación cierta de que la campaña ha sido un desastre. Fue lo que ocurrió hace escasamente dos meses, en las elecciones autonómicas gallegas, que se saldaron con el peor resultado histórico del partido. O en las autonómicas y municipales de hace casi un año, en las que perdieron prácticamente todo su poder territorial. También saben lo que es remontar el vuelo con todo en contra, despegar tras salir noqueados de la primera semana de campaña. Sucedió en las generales de julio.

Y saben también lo que es echar el telón con la convicción de que han salvado mejor de lo previsto los muebles, de que no se han achicado y de que no han salido mal parados. Este es precisamente el carrusel de sentimientos que rodean estos comicios vascos del 21-A: estos últimos 15 días, creen en el Partido Socialista de Euskadi-Euskadiko Ezkerra (PSE-EE) y creen en Ferraz, se han dado bien, han servido para que su candidato, Eneko Andueza, se haya podido "hacer un hueco" entre PNV y EH Bildu, hacer ver que la pugna "no era cosa de dos" solo y visibilizar su proyecto. Perciben que han ido "de menos a más" y que el tropiezo severo del cabeza de cartel de la coalición independentista, Pello Otxandiano, con su negativa a reconocer a ETA como una banda terrorista, puede acabar penalizándole y ayudar a las dos formaciones llamadas a reeditar su alianza en el Ejecutivo de Vitoria: PNV y PSE. Es la mirada de un partido que se proclama decisivo, la llave de la gobernabilidad en unos comicios a los que están llamados 1.795.206 electores.

Vamos a dar la sorpresa. Nos hemos volcado. Hemos dado la cara. Tenemos un proyecto nítido, de frente, ha merecido la pena", remarca Andueza

Andueza cerraba este viernes campaña en Bilbao junto a Pedro Sánchez. Ante un millar de militantes. "Vamos a dar la sorpresa. Nos hemos volcado, hemos pateado Euskadi, hemos llegado a cada puerta, a cada persona, para trasladar nuestro proyecto. Tenemos la voz íntegra, la batería suficiente para seguir. Hemos dado la cara. Tenemos un proyecto nítido, de frente, ha merecido la pena", resumía el candidato y líder del PSE.

Las expectativas son, más o menos, las que estaban sobre la mesa en el arranque de este viaje del 21-A. En línea con el consenso demoscópico: los socialistas creen que lograrán entre 10 y 11 escaños. Tal vez 12, si la noche se da muy bien. Consiguieron 10 diputados y un 13,52% de los sufragios en las autonómicas últimas, las del 12 de julio de 2020, así que lo esperado por el partido es mantener los resultados de hace cuatro años o mejorarlos ligeramente. Y, sobre todo, sumar mayoría absoluta, de 38 parlamentarios, con el PNV, del que creen que se ha podido recuperar en estos últimos días tras una primera semana "francamente mala" del candidato jeltzale, Imanol Pradales.

No hay dudas en el partido. Miembros de la cúpula del PSE, altos cargos socialistas de los tres territorios históricos, Ferraz. Todos estiman que la principal conquista de esta campaña es que Andueza se ha hecho valer. Que no se ha diluido. Que no se ha evaporado, como le ocurrió a su compañero José Ramón Gómez Besteiro en las pasadas elecciones gallegas del 18 de febrero, comicios que se convirtieron en un duelo entre el PP y el BNG. En Euskadi, subrayan varios dirigentes consultados, no ha sucedido eso: el PSE, pese a que es y seguirá siendo tercero, no ha sido engullido, afirman, en una campaña dominada por las dos fuerzas que se disputan la hegemonía, PNV y EH Bildu.

Eneko ha sabido meter la cabeza, ha sabido hacerse hueco entre PNV y Bildu, ha estado presente, ha planificado la campaña, no ha ido a trompicones", valora una dirigente con galones

"Hemos roto la idea de que esto era cosa de dos. Al margen del resultado, se ha visto que hay un proyecto claro del PSE con propuesta y con una forma de entender la política que es la que nos ha traído hasta aquí en los peores momentos y en los mejores", sostienen en el equipo directo de Andueza. "Hemos ido de menos a más. Ha sido un partido no de PNV y Bildu, como se pensaba, sino a tres, entre PNV, Bildu y PSE", apostilla un mando del aparato autonómico.

Distintos cuadros coinciden en que ese objetivo, el quebrar la "fatídica pretensión de reducir el 21-A a un debate entre nacionalistas", entre PNV y Bildu, no era nada sencillo, por las tendencias naturales de las campañas a la polarización. "Eneko ha sabido meter la cabeza, ha sabido hacerse hueco entre ambos, ha estado presente. A su favor tenía que se sabía desde hace tiempo que sería el candidato [en 2021 relevó en la secretaría general del PSE a Idoia Mendia], y que ha planificado la campaña, a diferencia de otros partidos, que han ido a trompicones, como el PNV, aunque ha mejorado, o de un Bildu que acabó tropezando en lo que era más evidente para todos", apunta una responsable con muchos galones que conoce bien las entrañas de la federación.

Fijar propuestas como los 2.000 profesionales para Osakidetza

Los compañeros de Andueza dan mucho valor a que ha conseguido "explicar bien el programa" del PSE, subrayar objetivos como el fortalecimiento de los servicios públicos, fijar propuestas en estos 15 días como refuerzo, con 2.000 profesionales, de Osakidetza, la sanidad pública vasca, muy desgastada en los últimos años y eje de los debates de este 21-A, sobre todo en la primera semana. Añaden que le ha ayudado su propio estilo, su personalidad —"un tío muy echado p'alante, que no pasa inadvertido, más vehemente, más convincente, lo que le permite traspasar la tele y superar nuestro electorado más clásico"—, su defensa de la necesidad y la validez de los acuerdos entre diferentes y su reivindicación de la "buena gestión".

En el partido valoran la hiperactividad de Andueza: seis debates y una cincuentena de entrevistas: "Ha sabido diferenciarse claramente de sus rivales"

"Eneko ha cumplido sobradamente. En cambio, hay partidos que han empezado mal y acabado mal, como el PP, que no ha encontrado su sitio, nuestra izquierda, que ya veremos a ver qué pasa... y el punto de inflexión de Bildu —observa un dirigente con un pie en Euskadi y otro en Madrid—. La ciudad va a premiar una buena campaña. Hemos podido llegar a los ciudadanos con un mensaje nítido, claro, de estabilidad, de que no queremos aventuras. Y no hemos cometido errores".

Este es otro rasgo que citan varios responsables: Andueza no ha descollado, pero tampoco ha patinado, y eso en una campaña reñida es capital. También entienden que ha acertado con su hiperactividad: ha sido el único candidato que ha estado en todos los debates (TVE, ETB1, ETB2, El Correo, El Diario Vasco y la SER), en euskera y en castellano. Y ha concedido, según recordaba él mismo en el acto de cierre en Bilbao, casi una cincuentena de entrevistas. En Ferraz aplauden la "enorme campaña" de Andueza. "Ha sabido diferenciarse claramente de sus rivales y poner en valor la presencia del PSE en el Gobierno vasco sin dejar de reivindicar que hay mucho por hacer y que los socialistas vascos son la garantía que de haya políticas progresistas en Ajuria Enea —indican en el cuartel general del PSOE—. Nuestro objetivo es crecer, seguir siendo el partido central de la política vasca y seguir condicionando las principales políticas que benefician a la gente en Euskadi".

El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (2d), acompañado por el candidato socialista a 'lehendakari', Eneko Andueza (3d), con la cabeza de lista por Álava, Aroa Jilete (3d), la 'vicelehendakari' segunda y exlíder del PSE, Idoia Mendia, y el portavoz parlamentario del PSOE y 'exlehendakari', Patxi López, durante el acto de cierre de campaña del PSE, este 19 de abril de 2024 en Bilbao. EFE / MIGUEL TOÑA

Miembros de la dirección del PSE y también dirigentes más a pie de calle recalcan que han podido palpar una buena receptividad de los ciudadanos hacia la propuesta del partida. No se han visto "antipatías". Todo lo contrario, señalan, y eso es indicativo de que la imagen del partido es positiva y que suscita interés entre los electores. "Yo tenía cierto miedo al principio porque nunca sabes cómo está la gente, pero Eneko ha entrado bien", manifiesta un cargo que no recuerda una respuesta ciudadana así desde hace "muchos años".

Dirigentes apuntan que la receptividad ciudadana ha sido positiva y que la segunda semana se ha dado mejor que la primera

La percepción general es que la segunda semana se ha dado mejor que la primera. Primero, porque el electorado socialista, que marcha más al ralentí, "entró en campaña". Los primeros días, además, estaban envueltos en una atmósfera más plana y la atención no estaba en las urnas, sino en la vuelta de la gabarra a la ría del Nervión para celebrar la conquista de la Copa del Rey por el Athletic. Pero también porque fue el pasado lunes por la noche cuando se produjo el punto de inflexión del 21-A: la entrevista de Otxandiano con Aimar Bretos en Hora 25 (SER). El candidato de Bildu no solo no condenó la violencia de ETA, sino que rehusó calificarla de banda terrorista —la llamó "grupo armado"—.

Disculpas insuficientes

Hasta entonces, ETA no había aflorado en la campaña, ni siquiera mentada por el PP. Pero a partir de ese momento la recta final se tensó y el 21-A copó más protagonismo en los medios nacionales. La presión se incrementó hacia la coalición de Arnaldo Otegi y su cabeza de cartel fue acumulando errores: admitió que se "arrepintió" de lo que dijo en la SER y pidió "perdón" a las víctimas de la banda por si hubiera podido herir su sensibilidad, pero siguió sin definir su actividad como terrorismo.

Claro que esto les va a penalizar", sostiene un veterano, "hasta entonces se les veía como la cara amable, pero se ha comprobado que son lo de siempre"

Los socialistas no acaban de entender cómo Otxandiano pudo enredarse —y "sin saber salir del bucle en toda la semana"— en un tema que es, evidentemente, su principal debilidad. "Ellos, que estaban surfeando la ola ganadora, pretendían encapsular el pasado que no les gusta, querían dejarlo ahí y que nadie se lo sacara. Pues no. Y han perdido la oportunidad de ampliar su base: los suyos los tienen ya, tendrían que garantizarse el voto de los que no proceden de Batasuna", señala una dirigente del PSE.

¿Tendrá impacto electoral el patinazo del candidato? Aquí la opinión no es unánime. Hay mandos que están convencidos de que sí, de que no puede ser de otra manera, porque las palabras de Otxandiano han tenido repercusión nacional y los electores vascos, como en el resto de España, también ven y oyen las cadenas de difusión estatal. La sensación es que lo ocurrido puede ayudar al PNV y al PSE, por ser los partidos "refugio, los que dan seguridad", y retraer una parte del voto a Bildu, el de los ciudadanos de 30 o más años "que han podido recordar ahora cómo eran los años de plomo". "Claro que esto les va a penalizar", sostiene un veterano, "hasta entonces se les veía como la cara amable, pero se ha comprobado que son lo de siempre".

Otros dirigentes, sin embargo, son más cautelosos, no tienen tan claro que vaya a influir en el resultado final: "Quizá les ha perjudicado un poquito, pero el efecto será neutro. Su electorado va como una moto", apuntan en el círculo más directo de Andueza. "Es difícil de saber", manifiesta otro cargo, "hay demasiados elementos nuevos como para estar convencido de nada: todos son candidatos nuevos, nosotros venimos de ganar las generales, Bildu está de subida, murió el exlehendakari José Antonio Ardanza, la gabarra, la agresión con espray de pimienta a Pradales... y esto de Bildu". El cálculo es que el devenir de la campaña también ha sentado bien al PNV, "le ha dado oxígeno".

En la federación no creen que los electores castiguen las contradicciones de los socialistas porque Andueza "ha despejado" la duda de los pactos y por la trayectoria de gobiernos con el PNV

Pero las declaraciones de Otxandiano también interpelan a los socialistas. Por sus alianzas en Madrid con la izquierda abertzale. Andueza ha insistido una y otra vez, sin descanso, en que no pactará con Bildu ni hará lehendakari a su candidato. Sánchez ha reconocido que no son suficientes las disculpas de Otxandiano —"Las cosas hay que llamarlas por su nombre: ETA fue una banda terrorista"—, pero ha mantenido los puentes con su formación: se apoyará, dijo el jueves desde Bruselas, en todas aquellas fuerzas que le permitan sacar adelante su agenda social.

El PP ha explotado las contradicciones del PSOE, pero también lo ha hecho el PNV, al deslizar la sospecha de que quien decidirá los pactos en Euskadi será Sánchez, a su conveniencia. En el PSE no creen que esa alerta les golpee: "Si el PP crece será porque robe votos al PNV o porque absorba los apoyos a Vox, no porque haya transferencia de electores de PSE a PP", sostiene un cargo provincial. "El PSE en todo momento ha dicho la verdad, y Eneko ha despejado la incógnita de cuál es nuestra política de pactos: queremos reeditar la coalición con el PNV. La sociedad vasca demanda tranquilidad", apunta un responsable con muchos trienios a su espalda.

La impresión en la federación es que los acuerdos con la formación abertzale pueden tener su efecto en el conjunto de España, pero no en Euskadi, donde la fuerza del PP es residual y hay memoria de las coaliciones con el PNV, las que ambos partidos llevan firmando desde 2015 después de la etapa Ibarretxe en la que se enfrió su relación. Y recuerdan que una cosa son los acuerdos parlamentarios, de los que no reniegan, y otra gobernar juntos, que requiere de una "complicidad" con Bildu que no existe, aparte del peso de su "mochila ética". "En Euskadi esto no nos afecta. Venimos de ganar una campaña, la de las generales, en la que se nos acusaba de todo", advierte un dirigente.

El territorio clave es Álava, muy reñido, pero es en Bizkaia donde el PNV debe contrarrestar la ventaja de Bildu en los otros dos territorios

En Ferraz respaldan la contundencia de Andueza con los independentistas y remarcan que ese señalamiento de las contradicciones del mundo de la izquierda abertzale "no es algo que no se haya dicho a nivel nacional". "El PSOE y Pedro Sánchez siempre han reiterado que en ese mundo hay todavía camino por recorrer. Igual que también dijimos que buscaríamos votos debajo de las piedras para subir las pensiones o aprobar leyes sociales", apuntan.

El 21-A se jugará en buena medida en Álava, el territorio histórico que más bascula de elección a elección y en el que es más difícil predecir qué partido se llevará la victoria. Su escasa población (261.623 electores) y una barrera del 3% hacen que conseguir cada uno de los 25 escaños a reparto sea una misión sencilla. Pero la diferencia de estos comicios, advierten varios mandos socialistas, la tendrá que marcar Bizkaia. Dado que la victoria de Bildu en Gipuzkoa se da por descontada, y la pugna en Álava será ajustada, el PNV, para ganar, ha de sacar muchos cuerpos de ventaja a Otxandiano en su feudo, en Bizkaia.

Solo "tres opciones"

Allí, en la capital, Andueza y Sánchez, junto a los cabezas de lista por Gipuzkoa (Denis Itxaso) y Álava (Aroa Jilete), echaron el telón a la campaña del 21-A. El candidato insistió en que solo hay "tres opciones" en estos comicios: la "autocomplacencia" —o sea, el PNV—, "volver hacia atrás, el encerrarnos en nosotros mismos, aislarnos, dividirnos" —Bildu—, y "progresar, mejorar, incluir, convivir, avanzar, modernizar" —el PSE—. Andueza recalcó que cuando los socialistas no están en los gobiernos, "no hay pluralidad", ni "diálogo", ni "soluciones a los problemas reales", solo hay "proyectos identitarios". El PSE, dijo, gobierna "para todos los vascos, sin exclusiones", y "no hay riesgos", sino "estabilidad". "Somos el voto seguro", proclamó.

Andueza vuelve a pedir el voto a los "decepcionados" con el PNV, a los que están "hartos" de las peleas entre Sumar y Podemos y a los que apoyaron a Sánchez el 23-J

De nuevo, reivindicó el PSE como el partido de la buena gestión, frente a los que se han visto "desbordados" por eventos como la pandemia, como le ha ocurrido al PNV, o los que "dejaron Gipuzkoa como un trapo cuando gobernaron", Bildu. El PSE, incidió, es "la alternativa de verdad, y no los que van de alternativa". Y por eso, razonó, "Euskadi necesita un PSE mucho más fuerte".

Andueza se empleó a fondo en el mensaje con el que lleva percutiendo desde hace una semana: el llamamiento a los "decepcionados" con el PNV, a los votantes progresistas que están "hartos" de las peleas entre Sumar y Podemos, a los que apostaron por el PSOE en las generales del 23-J, para que no se queden en casa. Y apeló al corazón, a la patria de partido en una federación muy castigada también por el pasado terrorista: pidió llenar las urnas de votos socialistas, los que simbolizan "honestidad, sacrificio, trabajo, lucha, mucho dolor y mucha alegría". "¡Somos la izquierda útil!", se vació.

Sánchez también apuntaló el mensaje dirigido a los votantes socialistas que sí se acercan al colegio electoral en las generales pero que se abstienen en las autonómicas: "Euskadi siempre ha votado socialista en los momentos importantes", lo hizo en las generales, situando al PSE-EE como primera fuerza, y "lo volverá a hacer el domingo". "Habéis ganado por goleada esta campaña", elogió, porque frente a la "resignación de unos, la agenda oculta de otros y los insultos de los de siempre", el PSE ha aportado "ilusión y ganas", ha sido "transparente" y ha puesto "soluciones" sobre la mesa.

Sánchez opone la "ilusión y ganas" del PSE a la "resignación" de unos y la "agenda oculta" de otros. Y recalca que los valores de los socialistas son "progreso, convivencia y estabilidad"

El presidente hilvanó esta convocatoria con las catalanas del 12 de mayo, las siguientes en el calendario: sería un "extraordinario orgullo" para el partido, remarcó, que Andueza fuera lehendakari y Salvador Illa, el candidato del PSC, el próximo president. "Convivencia, progreso y estabilidad" son los tres atributos que definen a los socialistas, los que quiere que queden grabados a fuego en esta superprimavera electoral.

Euskadi ya se dirige a las urnas. Para el PSOE, para el PSE-EE, estas elecciones no aparecen manchadas de nubarrones. El reto es mantenerse como la fuerza llave de la gobernabilidad. Y, si es posible, fortalecerse. El 21-A dirá si las expectativas, modestas, se han cumplido o yerran. Un escenario de bajada, de caída en escaños, sería una auténtica bomba en la casa socialista. No entra en los planes: en ellos caben esos 10-11-12 escaños. Y sumar. Sumar la mayoría absoluta con el PNV, o acercarse a ella, y reeditar el Gobierno de coalición. Ahora con Pradales al frente.